Yo me siento y soy actor de un drama que yo mismo voy escribiendo. Mi vida no es un hecho natural porque es un hecho único; un hecho natural es indiferente, indistinto, mientras que una vida humana es algo distinto de todo y de otra vida, algo cargado de sentido. Al otro lo llamo mi semejante porque, como yo la mía, tiene él su propia vida. Esta dignidad sobrenatural de ser único lleva consigo una limitación: mi vida es única pero irremediable. No puedo deshacer lo que ya está hecho, no puedo hacer que no sea lo que ya fue. Aunque no piense activamente en ello, estoy siempre en la situación de un ser que no puede retroceder. Tampoco puedo detenerme: tengo que seguir adelante, inexorablemente. Pero seguir adelante siempre, me cuesta siempre esfuerzo: tengo que afanarme. Estoy en la situación de un ser que se afana siempre. Sin embargo, éste afán por el cual siego siendo no me permitirá seguir siendo siempre. Llegará un momento en que perderé mi afán, o ya no podré realizar afán ninguno. Cuando haya dejado de ser, otros seguirán siendo y otros vendrán a ser como vine a ser yo mismo. La continuidad de mi afán es limitada porque tiene un principio y un fin. Y no puedo eludir la representación de la vida entera, mía y de los demás que me precedieron y me seguirán, como una unidad conjunta que transcurre a pesar de mi llegada y a pesar de mi ausencia. Yo estoy en la situación de un ser que nace y muere y piensa su nacimiento y su muerte. Soy un ser limitado porque mi vida tiene principio y fin, porque ella es única y porque es esforazada. Soy limitado, además, aún en mi autonomía. Soy autónomo porque me afano, y porque mi afán es único; pero ni puedo afanarme por todo, ni puedo realizar todos mis afanes, ni todo lo que me acontece proviene de un afán mío.
Todas estas situaciones vitales fundamentales que se nos descubren en la primera reflexión tiene el caráctaer de forzosidades, determinan la condición humana en cuanto tal, y entran a constituir lo que llamamos el destino humano(...). Si mi vida no tuviera fin, yo no tendría que afanarme, y sin el afán no habría ésta que llamamos proyección al futuro, por lo cual la experiencia inmediata presente, se cualifica temporalmente.
Eduardo Nicol. Psicología de las situaciones vitales.
3 comentarios:
Es dificil aceptar que seguimos buscando lo que ya nos ha encontrado..muerte. Morrison.
Camarada Carlos, cuanto me place saber que sigas trabajando a E. Nicol, sus planteamientos existencialistas son la fuente primaria para la Crítica de la Psicología, el sentido de las situaciones vitales, es un proceso que no es estático, ni lo será jamás, el dolor querido Carlos ha de ser de igual forma,parte de ese ciclo que estará en constante devenir histórico, un abrazo.
el existencialismo....divina corriente que nos da palmadas en la cabeza por pensar bien.
hermano...
primero. pues me da mucho gusto q encontrases trabajo
segundo. los pensaminetos malos se solo son un devenir de injusticias, no hay q apoderarse de esa mentalidad... si la vida produce escoriaciones... sabaras q camino a bine tomar...
tercero. me encanto el texto de las sexoservidoras... interesantisimo.
te kiero mi ermano, yo ando desolado, tanto trabajo para q no sirva de nada... cuidate.
te manda saludos el pol... y usted saludeme al pulgoso...
ciao
tkm q estes bien
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