Berlin 19 de febrero. "Nos cayó como un balde de agua fría, sentados con una especie de cuchillo sobre nuestras gargantas; hubiéramos preferido irnos a casa. Mediante sobresalientes actuaciones e imágenes que quedan fijas en nuestra memoria, a pesar de todo, la película todavía transmite esperanza; esta cinta muestra un tema que nos deja sin habla, pero del que hay que hablar".
Estas fueron las palabras del jurado de la Berlinale, en la sección del Festival de Cine Infantil Plus 14 (festival de cine para adolescentes), al otorgar el Oso de Cristal a Voces inocentes, del director mexicano Luis Mandoki.
Dentro de la Berlinale Kinderfilmfestival (festival de cine infantil), se realiza el Kinderfilmfestival Plus 14, en el que se escogen producciones donde los temas de la adolescencia juegan un papel protagónico. La película de Mandoki, seleccionada para concurso junto a otras ocho producciones de Irlanda, Suecia, Japón, Italia, Gran Bretaña e Irán, fue la que abrió esta sección del festival, que celebra apenas su segunda edición.
El jurado, compuesto por cinco adolescentes berlineses, es escogido por los organizadores de la Berlinale. Adolescentes cinéfilos, son invitados a contestar un cuestionario y realizar sus comentarios después de la proyección de alguna película. Aquellos que hayan dejado plasmadas impresiones que a juicio de los organizadores reflejen un fino sentido de apreciación cinematográfica, son invitados a participar como jurados.
El tema de la guerra en El Salvador en los años 80 está prácticamente olvidado por los alemanes. En una breve encuesta realizada entre el público de la Berlinale por La Jornada, pudimos constatar que al alemán inclusive le resulta difícil ubicar geográficamente al país centroamericano: ''¿Está en Sudamérica?, ¿cómo dijo?, ¿El Salvador?, ¿tal vez cerca de Cuba?''. La guerra librada en los años 80 apenas es recordada por algunos que dicen que efectivamente "algo" recuerdan que salía en las noticias.
La película de Mandoki, a juicio de algunos asistentes a las cuatro presentaciones en la Berlinale, ha servido para que Europa, si acaso a años luz de distancia de las realidades latinoamericanas, recuerde las matanzas en El Salvador a través del pequeño Chava (Carlos Padilla), protagonista del filme, que da voz a las experiencias narradas por Oscar Torres sobre esa olvidada guerra que por 12 años causó 75 mil muertos, 8 mil desapariciones y cerca de un millón de exiliados, y que Estados Unidos apoyó mandando equipo y proporcionando entrenamiento a las fuerzas armadas salvadoreñas, además del envío de más de un billón de dólares.
Actualmente más de 300 mil niños sirven en ejércitos en más de 40 países, sentencia Voces inocentes al final de la proyección. Ya el jurado que otorgó el premio en Berlin a Mandoki, lo dijo: es un tema del que hay que hablar.
Alia Lira Hartmann, corresponsal de La Jornada.
1 comentario:
Super la noticia..muy intenso el film. Yo lo acabo de ver apenas hoy y siento cierta indignación al ver a mis vecinetes gringos a lo lejos, desde la ventana de mi cuarto...
Corazón roto en desolación
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