miércoles, mayo 23, 2007

La acción es la elección de una posibilidad y la renuncia a otras. O la elección de una imposibilidad y el fracaso. Pero siempre vivir es renunciar. La renuncia es necesaria, pero no determinada. Es la consecuencia y el contrapeso de una opción libre. Libre, aún cuando conduzca al fracaso: el hombre es el único ser que fracasa. Si en la opción no hubiese renuncia nuestras posibilidades se reducerían a una, y en este caso tampoco habría elección, ni tendría sentido decidirse a nada. No habría proyecto ni futuro. Seríamos, en todo caso, espectadores de nuestro propio destino. Mientras que ahora somos actores de nuestra vida, y espectadores de las vidas que pensamos hubiéramos podido vivir, y que a veces creemos ver representadas en las vidas ajenas o en las creaciones literarias que nos emocionan hondamente.
Eduardo Nicol. Temporalidad y acción. CFE.

1 comentario:

Remo dijo...

Renuncio a estar siempre quieto, aunque ello conlleve a veces tropezar y caer.

Saludos a toda carrera.

El Zòrpilo.