viernes, marzo 31, 2006

Principio ético: dícese de lo que nosotros decimos que es ético

"Cualquier ley o política pública que (...) sea esencialmente contraria a los principios éticos universales no tiene legitimidad, aunque haya sido aprobada en votación democrática (...). Por tanto, las personas tienen no sólo el derecho humano y la libertad de no obedecerlas, sino la obligación ética de combatir para que no se apliquen y para que sean derogadas”.

Resolutivo del Foro Ético Mundial, que agrupa a organizaciones de ultraderecha (La Jornada, nota de Alma Muñoz, 14 de febrero de 2006).

jueves, marzo 30, 2006

Se eu puddese dar um toque em meu destino, ñao seria un peregrino nesse inmenso mundo cao...
Se pudesse tocar em meu destino, hoje eu seria alguien, seria eu um intelectual, mas como ñao tive sorte de ter estudado num colegio legal, hoje me chaman pivete, mas nunca me daram apoio moral.
Se eu pudesse ñao seria um problema social.

Neguinho da Beijo. Flor.

miércoles, marzo 29, 2006

A propósito del nombre de este blog.




HOMO RODANS, UN HALLAZGO ANTROPOLÓGICO.
El homo sapiens frente al eslabón perdido.

El insólito descubrimiento antropológico que en las últimas semanas conmocionó a los diversos círculos científicos mundiales, está a punto de hacer su aparición en México donde los más renombrados intelectuales discuten su postura respecto de la posibilidad de re-escribir los libros de historia, a causa de la aparición del Homo Rodans.
El hallazgo fue dado a conocer por la Cofradía de Antropólogos Vieneses gracias a un tratado que fue rescatado de los archivos de la Universidad de Viena con fecha de 1959.
En éste, se daba constancia de la excavación hecha, a principios de siglo, en Lilibia, Mesopotamia, por arqueólogos ingleses, donde se rescató el famoso cofre que contenía el diario cuneiforme de la reina Tol y dentro del cual se encontraron, además, 50 huesos lumbares todos ellos pertenecientes a un mismo individuo. El hecho fue ignorado por los arqueólogos de la época que consideraron estar frente a huesos de diversos animales, sin otorgar mayor importancia al descubrimiento.
No fue sino hasta que el antropólogo vienés W. H. Strudlees en su "Tratado sobre huesos lumbares" retomó el tema de los restos óseos para argumentar la teoría de que el antecesor del Homo Sapiens había sido el Homo Reptans, cuando el asunto cobró especial importancia. Hälikcio von Fuhrängschmidt, investigador alemán, mostrando total desacuerdo, escribió su propia teoría al respecto en el "Tratado del Homo Rodans" donde aporta los elementos para estudios posteriores.
Actualmente, la reconstrucción exacta del esqueleto encontrado en Lilibia, comprueba la hipótesis planteada por el estudioso alemán en 1959, de que el eslabón faltante en la evolución entre el Pithecantropus, encontrado en Java en 1891, y el actual Homo Sapiens, es, sin duda, el Homo Rodans.
Según esta teoría, el hombre, en sus primeros intentos por caminar erguido, se valió de instrumentos de soporte como lo fueron los primeros bastones. 15 000 años más tarde, la necesidad natural de adaptación del organismo humano abandonó el bastón al desarrollar otros mecanismos de desplazamiento y locomoción, como lo fueron las vértebras lumbares encogidas y dispuestas en forma de círculo que le permitían una mayor movilidad.
VARO, Remedios, Cartas, sueños y otros textos, introducción y notas de Isabel Castells, ed. ERA: Tlaxcala,1994, pp.133.

jueves, marzo 23, 2006

El barro de mis huesos cansados.

Remontarme a trabajar de forma creativa con el barro, me llevó a conocer de cerca la visión del mundo que mis compañeras y maestras alfareras huaxtecas poseen, es traer al presente el cúmulo de experiencias y conocimientos que los ancestros les heredaron, aún mucho después de la llegada de los españoles a México.

El alfarero busca el terreno idóneo, las planicies colmadas de vegetación, con ojos expertos indaga la topografía del entorno. Cava con serenidad la madre tierra, temiendo herirla, arrancarle un sufrimiento por demás innecesario, con solemnidad la trata para ser tratado de igual forma. El azadón agrieta el suelo y dispersa los terrones de barro, claro y oscuro, que serán recolectados y trasladados al hogar en donde habrá que remojarlos en agua, contenida en los cazos y tinas metálicas predispuestos para este fin. Ahí reposan los despojos terrosos hasta que se les perturba con agitadas manos, que les destruye los nudos, aparta las moletas y agresivas piedras, hasta lograr una mezcla uniforme y espesa que será colada en ingeniosos embudos hechos con las bolsas de plástico en desuso, que se ocupaban para acarrear la dominical compra de víveres. Vuelve el reposo, esta vez ya sin la hojarasca, dotándo a las aguas estancadas de un color densamente parduzco.

El padre sol se encarga de aquí en adelante de la evaporación del líquido, días tras día asentará el barro hasta conseguir una pasta fresca y chiclosa al tacto. Comienza entonces el modelado, la pasta de barro se golpea para domar sus propiedades y darle la forma deseada. Las herramientas son nuevamente la improvisación. Se echa mano de láminas de aluminio, maderas y el propio barro para construir útiles instrumentos de devastación, pulido y acabado.

El tetlatl (piedra en el agua) es un trozo de barro cocido en forma de diminuto salchichón que se emplea remojado para darle acabado uniforme a las piezas. Con trozos de metal se devastan las piezas para retirar el exceso de barro y darles una forma definida, entre éstas destaca por su forma el tepozyahuali (fierro redondo), una especie de aro que sirve para redondear las vasijas. Otra herramienta indispensable son pequeños platos de barro,extendidos que sirven a manera de tornos, los cuales se hace girar agregando barro fresco y agua en la base.

Los motivos modelados en las piezas siempre tienen que referirse a la naturaleza, de una forma totalmente figurativo. El artesano expresa su profundo conocimiento y habituación a las formas de la naturaleza que lo rodea: las flores, las hojas, las plantas, los animales domésticos y los salvajes que habitan los montes, el movimiento de los astros, todo ello manejado con una sensibilidad destacada.

Cuando el artesano termina de trabajar el barro, guarda las piezas en la sombra esperando a que desaparezca todo indicio de humedad para continuar con la cocción. Nuevamente la madre naturaleza obsequia muestras de tierra, que diluídas en agua obtienen colores blanco y rojo, pigmentos naturales con los que se diseñan, empleando plumas de guajolote previamente preparadas, los motivos finales que darán vida a las obras. Este tipo de decoración llama la atención por dos razones, los dibujados expresados asemejan lo que en psicología se denominan mandalas, recursos psicológicos de sanación espiritual y por otra parte el producto final será dotado de un color poderosamente lustroso y original.

Las piezas se colocan cuidadosamente en hornos en forma cilíndrica hecho de barro y zacate seco, los cuales tienen una pequeña boca-umbral uterino-en la parte inferior, donde la suave caricia del fuego abrazará al barro, le pondrá a prueba, le revestirá de dureza y acaramelado color. Retazos de piezas fallidas son reciclados para "tapar" la pila de piezas nuevas, para evitar que el calor que ascenderá minutos mas tarde escape y junto a él, sus bondades sobre el barro.
La hoguera encendida en la boca del horno se consume lentamente para depositar en el fondo del horno las vivas brasas, para que el calor ascienda y recorra cada una de las piezas. Previo al primer fuego, le depositamos una ofrenda, consistente en hojas de aguacate, hierbas olorosas (cuya savia es abrasiva), chile piquín seco, tabaco, cal y cenizas. Las propiedades de cada elemento ofrendado es que son sustancias "fuertes" que repelan la acción de las energías negativas. Persiste la superstición de que si se tiene enemistades con los vecinos, se ofende a la naturaleza o a una persona en todo este proceso de crear piezas de alfarería o si algún vecino sufrió la mordedura de una serpiente, inevitablemente afectará el horneado, destruyendo las piezas.
Las múltiples hogueras que nutren al horno se repiten por varias horas, alcanzando temperaturas de 2000 grados centígrados. Las piezas son sacadas del horno al amanecer y se reparten entre los propietarios que al no poseer un horno familiar en la parcela, son convocados en solidaridad para cocer sus modelos con los anfitriones.
En la actualidad hay dos vertientes en los acabados de las piezas: quienes conservan la forma tradicional de decorar con pigmentos naturales y quienes hacen uso de pinturas vinílicas y barnices, dotando a las piezas de nuevas dimensiones plásticas.
El huaxteco a través del arte de la alfarería produce bienes utilitarios dotados de la sensibilidad y cosmovisión del grupo cultural, a la vez de que obtiene de este oficio renumeración económica que permite subsistir a los alfareros junto con su obra, que son los beneficios inmediatos. Sinembargo también regula las relaciones con el resto de los miembros de la comunidad, con el vecindario, y con otros grupos sociales. Es legado a las siguientes generaciones, a través de la observación participativa de los más jóvenes, las tradiciones, supersticiones, creencias y experiencias del grupo, razón por la cual aún persisten estos métodos rústicos de producción alfarera.
En un mundo global, donde se uniforman pensamientos e identidades, los huaxtecos se resisten a la inserción voráz del sistema globalizado, defendiendo su identidad cultural como grupo, frenando a lo que la "gente de razón" llama "modernización", ganando tiempo para digerir, asimilar y aprovechar las nuevas tecnologías de trabajo. Al final, solo adoptarán lo que desde su cosmología, refuerze sus conocimientos y preserve su tradición.

jueves, marzo 16, 2006

"Lo que más deseamos siempre se encuentra resguardado, por lo que llamamos imposible. Y nadie es tan generoso de allanarnos el camino."

Luis Spota. La sangre enemiga.

miércoles, marzo 15, 2006

BIPOLAR.

La Universidad Iberoamericana-Puebla invita a la inauguración de la muestra pictórica BIPOLAR que se llevará a cabo este jueves 16 de marzo a las 19:00 horas en la Galería/Biblioteca del campus universitario.

Esta exposición tiene como objetivo mostrar pintura abstracta contemporánea de dos artistas que si bien comparten elementos visuales, cada uno interpreta su identidad y circunstancias de manera distinta.

En el caso de Maria Eugenia Jiménez, ella pasa de lo trágico a lo cómico. A pesar de desfilar por el oficial requisito de dominar la técnica y transformar el “nivel de registro iconográfico”, ahora presenta una serie de trabajos en gran formato donde el humor y la autocrítica se hacen evidentes. No trata con sutilezas sino se enfrenta y se ríe de las ironías, tragedias y expectativas de la vida. Los colores y textos hacen evidente la postura de bajar la tregua y pasar de la resistencia a la conciencia y dejar fluir la vida. No intenta ocultar la realidad. No nos engaña ni permite que nos engañemos. No nos convoca a quedarnos callados.

En el caso de Edgar Romero Martínez, con su obra busca el reencuentro con esencial de las pequeñas cosas que conforman la realidad. Ensaya llevar a la práctica el principio de volver a las cosas mismas y se respira la proyección de lo elemental, esa estructura mínima necesaria que nos remite a la respuesta tan buscada por los visionarios de principio de siglo.

La exposición BIPOLAR permanecerá en exhibición hasta el 6 de mayo del 2006. Horarios: lunes a viernes de 7:00 a 20:45; sábados 8:00 a 14:45 horas. Entrada gratuita. Mayores informes:372.3037, galeria@iberopuebla.net

Váyan a echarle porras a maruquita pues!!

martes, marzo 14, 2006

Memorias de Adriano.

"Una parte de cada vida, y aun de cada vida insignificante, transcurre en buscar las razones de ser, los puntos de partida, las fuentes. Mi impotencia para descubrirlos me llevó a veces a las explicaciones mágicas, a buscar en los delirios de lo oculto lo que el sentido común no alcanzaba a darme. Cuando los cálculos complicados resultan falsos, cuando los mismos filósofos no tienen ya nada que decirnos, es excusable volverse hacia el parloteo fortuito de las aves, o hacia el lejano contrapeso de los astros. "

Marguerite Yourcenar.

miércoles, marzo 08, 2006

El teatro y el dramaturgo.

Por Víctor Hugo Rascón.


Una vez, viajando por Alemania en un tren con el dramaturgo Hugo Hiriar, él nos dijo que estaba cansado del teatro porque el teatro no había evolucionado, como sí lo habían hecho las otras artes, desde su invención.
La pintura que reflejaba al paisaje y a los hombres, se volvió abstracta, la música se olvidó de la armonía conocida y se volvió atonal. La escultura dejó de reproducir al hombre y se volvió geométrica. Sólo el teatro no ha cambiado en su esencia. Sigue siendo un hombre frente a otro hombre, comunicándose con la palabra o con el silencio.
Sin embargo, desde los griegos a nuestros días han pasado muchas en el teatro. Se inventaron otros géneros. Y a la farsa, a la tragedia y a la comedia se les agregó el melodrama y la pieza moderna equivalente a la antigua tragedia, sólo que sin dioses ni destino, sólo el hombre frente a otros hombres.
Se inventaron nuevos estilos a partir del realismo. Surgió el teatro didáctico, el teatro del absurdo, el teatro expresionista. Se decretó la muerte del dramaturgo y los directores se convirtieron en dictadores de la escena, asumiendo ambos oficios, prescindieron del texto o lo volvieron pretexto.
Apareció un híbrido en las artes escénicas, el teatro danza, o la danza teatro con muchos seguidores. La tecnología invadió los escenarios y aplastó la dimensión humana y la capacidad de expresión de los actores que fueron suplidos por artefactos, máquinas y efectos especiales. Se intentó un teatro plástico, cercano a la pintura en movimiento, que desplazó a la palabra y la anuló.
El socialismo llegó al teatro y surgió la creación colectiva, donde aparentemente no había un dramaturgo, ni un director, ni un actor ejerciendo su oficio individual, sino que todos hacían de todo y creaban todo. Al diablo la división del trabajo por gremios.
Se decretó la muerte del realismo. Hubo obras sin palabras, como insomnio de Estela Leñero, o sin luz, a oscuras totalmente donde sólo se escuchaba la voz de los actores. O sin actores, solo maniquíes y muñecos en una instalación con múltiples juegos de luces.
¿Y qué pasa ahora, en el inicio del nuevo siglo? Ni siquiera en Colombia se insiste ahora en la creación colectiva. El teatro danza o la danza teatro tiene todavía sus seguidores, pero no han desaparecido ni el teatro ni la danza.
Hoy asistimos al regreso del dramaturgo. A la vuelta del actor frente al espectador. Presenciamos el retorno de la palabra sobre el escenario. Se ha revalorado el realismo. Antes, entre más tecnología teníamos, más nos alejábamos del teatro. Ahora, entre menos tecnología se utilice, más se rescata al sentido escénico del teatro: la comunicación de emociones y sentimientos.
Como una reacción en contra de la creación colectiva, ahora se habla constantemente de dramaturgia escrita, la del dramaturgo, pero también de dramaturgia escénica, cuando dirige el director, dramaturgia musical, la que hace el músico y de dramaturgia actoral, que genera el actor con su interpretación.
Ahora, el teatro está dejando de contar historias. Estas se van dejando para el cine y la televisión. Ahora, en el teatro se debaten ideas. Parece que el teatro ha vuelto tras sus huellas, al lugar de origen, a buscarse a sí mismo.
El teatro ha renunciado a la comunicación masiva y ha reconocido sus propios límites, que le impone la proximidad del actor freente al espectador. El teatro se ha vuelto íntimo, elitista. Y por otra parte, ha perdido público. El público ha perdido su capacidad de concentración, que le ha sido deteriorada por el cine y la televisión y por la ausencia del hábito de la lectura.
¿A dónde irá el teatro en el nuevo siglo? ¿cómo será el teatro que viene?
Hay confusión en el fenómeno teatral de estos tiempos. Hay tanto teatro y son tantos sus oficiantes, en nuestro país, que se pierde la perspectiva. El público mismo se extravía ante las ofertas teatrales, sin distinción de calidad o de eficacia. Es tan grande la Ciudad de México y tan extenso el país que es difícil tener una visión clara y objetiva de lo que está pasando.
Estamos en el ojo del huracán teatral y es difícil sistematizar, clasificar, establecer tendencias y corrientes, antes tal multiplicidad de manifestaciones. Sin embargo, es posible registrar lo más evidente, algunas señales, como el surgimiento de un poderoso teatro regional que se rebela a los dictados del centro; la irrupción del teatro de las mujeres dramaturgas; la proliferación del teatro gay y de obras que se ocupan de la enfermedad del siglo, el sida; el teatro de la violencia y la desesperanza, el teatro que tiene como fuente no un texto dramático primigenio, escrito especialmente para la escena, sino al cine y a la literatura; la expansión de un teatro light, inocuo y aséptico; y el rompimiento de las fronteras del teatro con el uso de la multimedia y la cibernética.
Así como el cine alimenta al teatro, la narrativa se está convirtiendo en otra fuente del hecho escénico. El disparador fue Cartas al artista adolescente, la adaptación teatral que hicieran Luis Mario Moncada y Martín Acosta al texto de Joyce, con tanto éxito artístico y de público, que otros autores siguieron el camino.
¿Por que los nuevos directores acuden a la literatura como fuente de sus puestas en escena? Quizá porque no encuentran textos dramáticos que les provoquen su interés o porque no quieren encontrarlos y da más prestigio adaptar a un famoso escritor que montar a un desconocido dramaturgo local.
En los últimos años, siempre ha habido novelas y cuentos en la cartelera teatral...
El teatro alimentó al cine, con actores, directores y dramaturgos, pero ahora se observa un fenómeno contrario. El cine se vuelve teatro. En los últimos años, los creadores llevan al teatro las historias que primero contó el cine o bien, escenifican obras que el cine hizo famosas...
El caso extremo de este fenómeno lo constituye el joven director Jaime Ramos, que cruzó el océano, fue a Londres y tocó la puerta de Peter Greenaway, para pedirle su película Una zeta y dos zeros, sobre la descomposición de la materia y de las relaciones humanas.
Y, ¿qué pasa con el teatro que se hace fuera del Distrito Federal? Ha sucedido algo semejante a lo que acontece con la globalización de la economía, la caída de las utopías y la desaparición de las dos hegemonías políticas, capitalismo y socialismo.
Así como en Europa y Medio Oriente surgieron los nacionalismos y las autonomías de las regiones étnicas y religiosas, así ha surgido en México el orgullo de lo regional, y más que el orgullo, la conciencia de lo regional, de lo propio. Basta leer el libro La realidad virtual del teatro mexicano, del duranguense Enrique Mijares, no sólo para constatar el fenómeno; sino para sentir el grito de rabia y protesta contra lo que proviene del centralista Distrito Federal, políticas culturales, cánones teatrales y dictadura estilística.
Desde varias regiones del país llegan al centro las noticias de un teatro diferente, para un público particular, con su propio acento, temas locales, forma e identidad. Nada que ver con aquel constumbrismo de los años cincuenta, herencia también del centro, pero que sobrevivió por más tiempo en aquellas latitudes......
Cada grupo, cada dramaturgo, cada director es particularmente distinto, como si perteneciera a un país diferente. Cada uno representa a uno de los muchos Méxicos que integran la geografía del país. La identidad nacional se fortalece en el teatro regional y es tierra adentro donde se construye ahora el teatro nacional.
Los escenógrafos son los primeros que han experimentado con la multimedia. Alejando Luna fue el pionero, luego Gabriel Pascal, pero ha sido Philippe Amand quien más ha investigado su integración al teatro. Directores como Luis de Tavira antes, y ahora Martpín Acosta y Alejando Ainsile han incorporado ese lenguaje a sus puestas en escena, pero son las jóvenes escritoras que también dirigen, como Rocío Carrillo y Alejandra Montalvo, las que hacen un teatro al que llaman personal, quienes han llevado su búsqueda al terreno de la dramaturgia, dándole una importancia mayor al lenguaje cibernético que a la palabra escrita.
Los jóvenes creadores son los más receptivos a las influencias y corrientes que llegan del extranjero. Cuando se presentó en México el Leitmotiv, el espectáculo canadiense, multimedia, teatro de sombras, video, luces, proyecciones, diapositivas, ópera, e imágenes plásticas, con las mínimas palabras, una carta solamente, quedaron arrobados y convencidos de que ese real el teatro del próximo milenio, aunque lo visto no fuera teatro, sino espectáculo de feria, como el cine a fines del siglo pasado.
Sin embargo, acaba de pasar por México, el grupo catalán Fausto versión 3.0 que agotó las localidades con jóvenes que querían ver a estos heterodoxos del teatro que rapalean edificios, rompen pianos a hachazos y convierten las calles en espectáculos teatrales de efectos especiales. Pero, oh, sorpresa. El grupo dice que las vanguardias se han muerto y que hay que volver a los teatros y sentarse en las butacas. Fura des Baus recupera la palabra y la reflexión sobre la condición humana. Su vuelta al teatro, no sólo es un regreso a un espacio físico, sino al uso de las posibilidades del teatro, el actor y la palabra frente al espectador, donde la tecnología, que no deja de usarse, otra vez la cibernética y la multimedia, no sepulta el drama del hombre contemporáneo, antes bien, lo enmarca y lo explica.
Y esto mismo ha pasado con los directores mexicanos que no hace más de quince años, declaraban la muerte del dramaturgo, la desaparición y la prevalencia de la imagen y el movimiento sobre la palabra. En menos de veinte años, en México y en el mundo, el teatro vuelve a su origen, la palabra, no sin dejar de usar los aportes de la tecnología y de las técnicas modernas de interpretación y verificación escénica.
Pero hay un fenómeno muy particular: la irrupción de las mujeres en el teatro. No como personajes, que ya lo han sido desde los tiempos del teatro griego, ni como actrices, que ya lo han sido desde el siglo XIX, sino como directoras y dramaturgas... Hoy, son casi un medio centenas las mujeres que escribe y dirigen teatro.
Las mujeres no quieren ya que los hombres cuenten sus historias e interpreten su universo femenino. Han tomado por asalto los escenarios para hacer oír su propia voz. En ella, sobre todo en las más jóvenes, prevalece el sentido de la experimentación y el rompimiento de las fronteras del teatro.
Hay otras señales temáticas del nuevo siglo, la pareja en crisis, obras con el tema del sida, el surgimiento del teatro gay en espacios alternativos y un teatro que muestra la violencia y la desesperanza de los nuevos creadores que sólo ven un mundo negro y cruel.
Otra tendencia que se observa en el teatro del Distrito Federal es el cada vez mayor número de obras de teatro light, un teatro superficial, de fuga y diversión, que escriben y dirigen jóvenes creadores, que no son comerciantes del teatro ni aficionados incultos, como pudiera pensarse, sino jóvenes universitarios egresados de las carreras de letras. teatro o actuación.
Se trata de un teatro lúdico, un simple divertimento, vacío de contenido, donde lo que importa es la risa fácil a través de situaciones supuestamente cómicas y desenfadadas, sin la menor intención de provocar una reflexión....
Lo que hace cambiar al teatro son las investigaciones en el campo del lenguaje escénico que realizan los creadores al ajercer responsablemente su oficio, al plantearse cada día por qué y para qué hacer teatro. El teatro sobrevivirá a la cibernética y a las tecnologías conocidas y por conocer.
Ya hemos asistido al regreso de la dramaturgia escrita, como propuesta inicial, generadora de un hecho escénico, Ya hemos vueloto a la palabra como vehículo de la comunicación, cuando se nos había asegurado su sustitución por la imagen, la música y el movimiento. Ya hemos constatado que las más avanzadas tecnologías no han podido suplir al hombre y hemos sido felices testigfos de la vuelta del actor, el hombre pues, al centro del escenario.
La escritura es una conversación compartida entre el escritor y su sociedad. Pero en la dramaturgia, el autor dialoga con el público a través de los actores. El escritor, lo dice Octavio Paz, es el primero en enfrentarse con la nada y el silencio para que los habite la palabra, que nos revelará el significado de las cosas. El sueño de todo dramaturgo es hacer soñar a los espectadores, pero también enfrentarlos a la pesadilla de su cotidianidad.
El teatro es un hecho vivo sobre el escenario. Quien escribe para ser publicado o para la posteridad, comete un error. El teatro es un festín efímero, ha dicho Esther Seligson. El teatro se consume a sí mismo mientras se produce. El teatro es también literatura, por accidente y consecuencia, pero ese no es su fin primigenio.
Por supuesto que el teatro no es una agencia de policía, un púlpito, ni un estrado, ni una tribuna. Es una comunicación mágica, en que por breves instantes cada persona da y recibe algo que la trasciende, creando algo, inexistente hasta entonces, que jamás volverá a repetirse.
El dramaturgo es real. Está ahí como un fedetario. Para dar testimonio de lo que oye, de lo que ve, de lo que siente. El teatro refleja la angustia existencial del hombre en el absurdo de la condición humana. El dramaturgo es mortal. El teatro es inmortal. No porque no muera nunca, sino porque siempre renace.
El teatro se ha negado a morir durante dos mil quinientos años. Se ha mantenido gracias a sus mismos elementos, pues en el teatro, siempre el hombre le ha hablado a otro hombre. Por eso no pude haber teatro sin público.
¿Qué mas busca el teatro? Excitación, una descarga emocional, exaltación, revelación de un conocimiento o bien una escapatoria. Voy al teatro para que me entetengan dicen muchos, Pero entretener no sólo es divertir o evadir, es asir o retener, respondió el maestro Héctor Azar. El teatro debe retenernos.
El escenario es el teatro de las minorías. Drurante muchos años fue el único espectáculo dramático, ahora lo es el cine, su hijo y la televisón, su nieto. Nadie mató a nadie como se temía. Pero el escenario es algo vivo, directo, personal. Por eso tiene la capacidad de transmitir fuertes y profundas emociones. Para poder conmover al público el teatro tiene que ser más grande, intenso y emotivo que la vida misma. El simple hecho de revelar una verdad no basta, se le debe interpretar y expresar de una manera distinta.
Una es la realidad de la vida y otra la realidad teatral, que algo tiene de la realidad virtual de la cibernética. Por algo los economistas nos hablan de escenarios económicos, los gobernantes de escenarios políticos y los informáticos, planeadores y analistas, de escenarios virtuales.
Brecht decía que el amor es el arte de construir algo con las posibilidades de otro, y en este sentido, la escritura es un acto de amor y todo acto de amor es un acto de fe. Esribir es un acto de fe en nosotros mismos, de fe en el valor de una palabra sensata en un mundo demente. Es un acto de fe en seres humanos que son responsables de su destino.
Los dramaturgos aceptamos el reto de escribir teatro efímero. El dramaturgo sabe que el escenario teatral es un sitio donde algo está sucediendo. Algo que no dejará las cosas igual que como estaban. El teatro al final debe resultar incómodo. Si el teatro no incomoda, perturba, provoca, no está pasando nada. El teatro va contra la ley, contra la moral, contra las reglas sociales. Los personajes transgreden, hacen lo que no deben, contradicen las leyes humanas y divinas.
Por las obras del dramaturgo no habla él, habla su tiempo. El es el vehículo, el médium de los sueños y pesadillas de su época.
Hay que escribir lo que nos cambie la vida. Hay que escribir para entender qué nos está pasando. Para transmitir el dolor que está en el aire, pero también para vislumbrar un rayo de esperanza en el caos y el desorden cotidiano.

sábado, marzo 04, 2006

Poema de amor con rostro oscuro.

J' aurai dans mes mains ton visage obscur.
-Ives Bonnefoy.

1
cómo llamar este poema lo llamaré fluir de aposentos
lo llamaré estrépito de frondas poema de amor con rostro
oscuro hermoso título alguién no sé quién me dice cuídate
de los significados no busques verdad detrás de la belleza
aprende a respirar con la mirada en una galería de arte
una mujer de ojos tristes devora picassos
duerme en cuartos de hospital escucha esta historia érase
una vez una princesa bah la muerte no tardará en aparecer
la muerte sus ojos azules sobre mi plato vacío.



2
nunca sabrá quien soy es ciega y aborrece las miradas
le ofrezco una hoguera un puñado de nieve le ofrezco
una rosa cortada ¿ahora de qué hablamos? hablemos
del cielo hablemos del miedo esta noche habrá tormenta
mejor caer y nunca levantarse cómo le pregunto
y desaparece no sé si volverá sin embargo espero
con mi diente de leche con mi vieja colección
de estampillas con mi hoja de afeitar y un espejo
de noche viene me susurra al oído eres único me dice
en un millón de años sabré su verdadero nombre
su rostro oscuro pleno de cielo pleno de miedo



3
¿porqué escribo esto? pupila incandescente soy un cisne
sueño morir en tu sueño en una caja donde arda el infierno
donde todo enceguezca la tormenta nada dice es muda
debiste haberme mirado aquella vez los viñedos
florecían las vacas pastaban yo era feliz tú eras feliz
la transparencia del enigma entibiaba el café la disección
del mito la muerte de cualquier teoría soy un cisne
mi sueño es morir en tu sueño ¿por qué no me miraste?



4
los estudiantes preguntaron el significado del dolor
con una hoja de afeitar le corté el dedo a una muñeca
no hubo sangre no hubo parpadeo dije esto es dolor



5
simultáneamente leo y escribo es lo justo las montañas
aprueban por exceso la noche cierra un ojo con el otro
me contempla no hay nada alrededor hay flores de plástico
purgatorios a punto de cerrarse y puertas y ventanas la luz
se impacienta el tiempo destruye los relojes ¿puedo hablar?
no es necesario las páginas arden tu lámpara se quema
yo me desnudo dejo que el frío encienda mi pene



6
ahora arribo a la parte más difícil del relato
a la parte donde hablo de marsopas y delfines la mujer
de ojos tristes vomita ratas en el excusado yo hablo
de mi deseo no quiero que lo sepa diré sólo una palabra
rozaré apenas su cabello y si huye ah las palabras perdidas
las habitaciones oscuras cada cual con su estertor de pájaros
cada cual remontando su vuelo la mujer cierra los ojos
penetrándome dice he olvidado tu nombre no tengo
ningún nombre de lo más alto de la cama un dios observa
su cuerpo herido me dice cuánto me desea



7
sombrío ven cuando quieras ardes en tu memoria quemaré
tu lengua cualquier desorden tendrá cabida en tus sentidos
cualquier gesto alegoría en nuestras manos tengo para ti
un cuaderno un vaso de agua peces muertos le dije sombría
adoro los cuadernos espero cada noche un vaso de agua
en mi lengua peces muertos son delirio los estudiantes
preguntan qué es delirio me abro la camisa y les muestro
tus senos esto es delirio



8
fluir de aposentos desbordantes es hora de jugar tú eres
sombra yo soy luz tu lames mis heridas yo me hundo
en el relámpago en las dos oscuridades donde duermes
donde espero la palabra humo es la palabra mañana
tu cuerpo y mi cuerpo cantarán y habrá otra vez un bosque
desplegándose en mis ojos una persiana abierta un manantial
de ángeles sobre la ropa sucia cuéntame algo cualquier cosa
lo importante es despertar y no ceder al sueño se pudren
los amores felices se pudren los amores desgraciados
adiós me dice adiós hay heridas y flores en sus manos



9
dejar vagar el cuerpo no el amor en otros cuerpos
así comienza el exilio la expulsión violenta una luz
muy hermosa agoniza en los escombros nadie puede verlo
el hielo es engañoso cuando brilla el cielo un pasado
irrevocable una voz que lastima una voz que no llega



10
inquieta la geometría del mármol bajo sus pies
la metáfora buscada es un ciclón azul la callecita oscura
la tumba de cualquier proyecto aunque nada lo impida
podemos ser felices pero aquí no hay nadie sólo yo
y las palabras los viajes a destiempo los buses escarlata
su luz recuerdo oscurecía el dolor y sin embargo se fue
la seguí hasta perderla nadie me enseñó a perder un deseo
nube violenta cubre mi cuerpo los estudiantes preguntan
qué es un cuerpo dibujo en el aire una palabra la palabra
estalla y cae al suelo les digo esto es un cuerpo

viernes, marzo 03, 2006

El palacio rojo de las pasiones.

Por Fernando Muñóz Castillo.
El encuentro.

Una noche de verano de 1979, al salir de la última función del Cinema 59 el sonido de la música llamó mi atención, fue cuando me percaté de que enfrente de mí se encontraba una casa de finales del siglo pasado con policías en la puerta y en la que entraban varias personas. Como era sábado, en seguida pensé que se trataba de un baile popular, así que decidí cruzar la calle y averiguar un poco más, porque la verdad, la música tropical que salía por la puerta de la calle era alegre y bien interpretada.
Los policías me vieron y sonrieron. El chavo de la puerta me dijo que costaba diez pesos la entrada. Pagué y fue así como entré en una mansión decimonónica que, luego me enteré, era sede del Sindicato de Músicos y Filarmónicos del Sureste.

Traspasando las fronteras.

Al prinicpio no noté nada fuera de lo común, aunque sentía en el ambiente que algo era diferente. Mas no tardé en percatarme de que era un lugar de vestidas proletariadas, en donde se mezclaban sardos, mujeres mayores principalmente vestidas con el trajo regional y jovencitos exacerbados más por la marihuanma que por el alcohol.
Tenía ganas de bailar una rica cumbia, así que me acerqué a una de las vestidas y la invité a la pista, la respuesta fue un no acompañado de una mirada agresiva, lo cual me extrañó. Me acerqué a otra y la contestación fue la misma. Ante tantas declinaciones opté por bailar solo, a la tercera cumbia, una morena de afro, pequeñísimos pantaloncitos y botas negras me preguntó si podía bailar conmigo. Acepté.
Después de esa noche asistí con cierta asiduidad a este espacio que semejaba un lugar sin límites donde lo moral y lo inmoral no existían y que por lo mismo era un lugar fuera del mundo, de la realidad que representaba la ciudad de Mérida.
Por La Marquesa, me enteré de todo el movimiento y gracias a ella las demás vestidas y parte del personal masculino me trató con deferencia.
Y así, a la hora de las trompadas, los silazos y las botellas que volaban por los aires, corrían en parvada hacia mí para encerrarme en cualquiera de las múltiples habitaciones y evitar que algo me sucediera.
La mutación de esta mansión comenzaba todos los sábados a partir de las ocho de la noche y terminaba a las seis de la mañana del domingo, durante estas casi doce horas se transformaba en El Palacio Rojo o como lo llamaban las vestidas: El Palace Red.

Fiebre de sábado por la noche.

Una de las características de este espacio era la ausencia de noción de pecado. El personal iba a bailar y a beber, a darse un toque si se podía y a pasársela bien. Sin embargo, la mayoría del mundo homosexual de la ciudad no asistía por miedo, unos a encontrarse con conocidos que iban a bailar con los putos, y otros por no sentirse a gusto con el proletariado. Pero a partir de que ciertos personajes de la cultura se acercaban a este espacio con mirada más antropológica que humana, el mundillo gay de la ciudad comenzó a frecuentarlo con poses snob.
A la distancia, hoy resulta que todos eran asiduos del Palace Red.

Si la cumbia se vistiera de luto, solamente que muriera el cumbión...

El ambiente que se vivía en este lugar pertenece al universo que describe Jean Genet en sus novelas. Universo habitado por ladrones, asesinos, militares de bajo rango, mayates, travestis, padrotes, locas, policías, drogadictos, vendedores de drogas, ancianas que pagan su servicio a padrotes jóvenes, criaditas recién llegadas de sus pueblos o rancherías que hablan más maya que español, y niños de la calle dedicados a la prostitución.
Este último grupo comenzaba a hacer su aparición en la ciudad de Mérida como un producto importado de Cancún.


Me está llamando Cancún, yo me voy para Cancún.

Muchas familias de todas partes de la República se desplazaron a Cancún en busca de la tierra prometida. Al no hallarla, la ciudad más cercana que auguraba trabajo resultaba ser Mérida, que aún ahora sigue siendo la ciudad más importante de la frontera sur del país, por sus clínicas, comercios, centros de diversión y vida cultural. Pero a pesar de todo esto, Mérida es una de las ciudades con más subempleo y salario mínimo no acorde al estatus de ciudad turística, así que los sueños y expectativas de la mayoría volvían a estrellarse en el vacío. Pero ya en la ciudad se fueron acomodando en lo que hoy se conoce como cinturón de miseria. Es en este esapcio habitacional desposeído de todo, donde surgen las bandas que rara vez se mueven hacia el centro de la ciudad, y estas pandillas de niños de 10 a 14 años que se venden a los gringos viejos en la plaza grande de la ciudad y que me sorprendió ver en plena madrugada beber cerveza, bailar y agredir sexualmente a las vestidas más encleques del Palace Red.
Conversé con ellos y me hice amigo de su jefe, un escuincle de apenas 12 años que se comportaba como todo un rebelde sin causa, que fumaba, bebía y hablaba desenfadadamente de sexo proponiendo goces como el mejor prostituto de cualquier video gay "hard porno".
Y, paradojas de la vida, junto a estos prostitutos infantiles convivía el hijo de la señora que vendía sandwiches y café caliente en las madrugadas, sin percatarse de quiénes eran aquellos niños que corrían, gritaban y bebían como locos.
El personal "femenino" temía a esta pandilla de niños, pues operaba para robo y violencia en grupo, eran como pirañas...
En 1979 la sociedad mexicana no se percataba todavía del grave problema de los niños de la calle. Estaba más horrorizada y entretenida de demonizar a la banda de los Panchitos y sus símiles en el país, que en observar un fenómeno, que hoy ha alcanzado dimensiones estratosféricas y que crecía junto con las devaluaciones, el desempleo y el narcotráfico.

Cha cha cha que rico vacilón.

Las noches en el Palacio Rojo transcurrían siempre iguales, el personal era el mismo, tanto el citadino, como el que venía de municipios circunvecinos sólo para bailar con otro hombre y beber sin ser molestados. Los nuevos siempre resultaban mirones que jamás regresaban, pero que se iban satisfechos en su morbosidad y algunos en su líbido.
Pero lo más sensacional, fueron las noches de carnaval, ahí sí lo insólito era perfectible, desde los disfraces hasta los personajes. En el último carnaval en el Palace Red conocí a una vestida perteneciente a la tercera edad que me contó la historia de "El Mambo", uno de los cabaretes más famosos de la Amapola -nombre que recibía la zona de tolerancia de Mérida-, y que fuera inagurado nada menos ni nada más que por las Dollys Sisters.
"El Mambo" fue regenteado por una conocida madame que venía de Tijuana y por ese travesti que en el cincuenta era un joven que vivía de ejercer la prostitución en los muelles de La Habana y a quien uno de los socios del negocio trajo como amante y administrador. En su anecdotario nombres conocidos y eméritos de la ciudad salieron a relucir, acompañados de su curriculum erótico y sexual.
En 1981, el montajista y fotógrafo Enrique Luna estuvo en Mérida y sacó una serie de fotos sobre El Palacio Rojo que son un fehaciente documento.

El final.

A principios de 1982 El Palacio Rojo fue cerrado debido a la campaña represiva disfrazada de moralizadora que emprendió el gobernador en turno, el general Gracialino Alpuche, y que agredió a todos los sectores de la sociedad yucateca. El cierre del Palace Red significó el fin de una época que se caracterizó por el placer por el baile y que permeó a todos los estratos de la sociedad mundial. Por sus características específicas, el Palace Red era la zona franca dentro de una sociedad represiva y de doble moral. Un lugar gay donde se reunía el superlumpen proletariado y que no ponía contención alguna para evitar el acceso de todo aquel que quisiera divertirse un sábado por la noche, sin prejuicios y sin complejos de culpa.
En 1983, instado por las fotos de Enrique Luna y por otros amigos, escribí una obra de teatro basada en El Palacio Rojo. Lo hice no sin cierto temor, ya que mi dramaturgia nunca ha sido realista, sin embargo el trabajo fue merecedor del premio nacional de dramaturgia JOMAR 85.
Por los años en que existío, El Palacio Rojo adquiere a la distancia una mayor dimensión, ya que fue en 1979 cuando el Frente Revolucionario Homosexual organizó el primer desfile del Orgullo Homosexual en la ciudad de México.
También fue en esos años que los espacios recreativos gay's en el D. F. comenzaron a surgir abiertamente. Así que un espacio de la naturaleza del Palacio Rojo y en una ciudad como Mérida, Yucatán, merece ser reconocido como uno de los estadios recreativos más gozosos en la historia de la ciudad, sobre todo después del cierra de la zona de tolerancia La Amapola, en 1970.
En este final de siglo no existe otro espacio igual, se han dado remedos, pero nunca otro igual como este Palacio Rojo de las Pasiones.

jueves, marzo 02, 2006

Alfonso Reyes y "La Bandida".

Don Alfonso Reyes visitaba a una famosa señora llamada La Bandida, Graciela Olmos, que tenía una casa mala (no tan mala). Era compositora del "Siete leguas" y de algunos corridos y varias canciones. Iba muy seguido a jugar dominó con ella, llegaba con una boina vasca, la dejaba a un lado y empezaban el juego. A ella le encantaba que don Alfonso la visitara, porque era conversador, y una gente tan inteligente y sabia. En una de esas llegó el momento de los elogios mutuos: "Usted es todo un escritor". "No, Graciela, usted es una poetisa formidable." "No, don Alfonso, que poetisa ni qué nada, escritor usted, usted es el mejor escritor que hay." "No, pero qué poetisa es usted", etcétera.
- Mire, dígame una cosa, Graciela, ¿de dónde sacó usted esa figura poética tan hermosa que puso en el "Siete leguas", ahí donde dice: "En la estación de Irapuato/cantaban los horizontes"?
- Ay, don Alfonso, Los Horizontes era un trío de cancioneros que estaba ahí en la estación.
Don Alfonso contaba que se indignó, cogió su boina vasca, se la puso y se fue, y no volvió a ver a La Bandida.

Gabriel Figueroa. Memorias.

Suite de la neurosis.

Y con el húmero y los huesos sepultados
qué me queda sino reír en los panteones
preguntándome si ahí lloran las piedras.

qué me queda sino remontar el infinito
o morirme ciego en esta cama
que entreabre su esqueleto
ahíto de púas y navajas

qué me queda sino la obstinación de un sastre
que sutura enloquecido
los pétalos de la Rosa que ninguno vio jamás
(porque nadie ha visto la agonía e la Rosa
que siempre será de nadie
mientrs la boca mira y le suplica que vuelva
a saberse
sólo Rosa)

Maurizio Medo.
"Porque tienes miedo de beberte hasta el fondo, miedo de saber a qué sabe tu muerte, mientras te crece en la boca el sabor, la sal del dormido que reside en la tierra..."


J. J. Arreola. Botella de Klein.

miércoles, marzo 01, 2006

Las cosas que digo son ciertas.

Un astro estalla en una pequeña plaza y un pájaro pierde los ojos y cae. Alrededor de él los hombres lloran y ven llegar la nueva estación. El río corre y arrastra entre sus fríos y confusos brazos la oscura materia acumulada por años y años detrás de las ventanas.

Un caballo muere y su alma vuela al cielo sonriendo con sus grandes dientes de madrea manchada por el rocío. Más tarde, entre los ángeles, le crecerán negras y sedosas alas con qué espantar a las moscas.

Todo es perfecto. Estar encerrado en un pequeño cuarto de hotel, estar herido, tirado e impotente, mientras afuera cae la lluvia dulce, inesperada.

¿Qué es lo que llega, lo que se precipita desde arriba y llena de sangre las hojas y de dorados escombros las calles?

Sé que estoy enfermo de un pesado mal, lleno de un agua amarga, de una inclemente fiebre que silba y espanta a quien la escucha. Mis amigos me dejaron, mi loro ha muerto ya,y no puedo evitar que las gentes y los animales huyan al mirar el terrible y negro resplandor que deja mi paso en las calles. He de almorzar solo siempre, es terrible.

Blanca Varela. Ese puerto existe.