sábado, abril 01, 2006

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(cancionero:5)

Llevando un ramo
de flores silvestres
(y un coyote
sobre mis huellas)
he cruzado el mundo
de los vivos
para decirte: me gustas.

Y sí, en el grado cero
de mi corazón
esas dos palabras,
austeras como
un patio de cipreses,
bebieron dichosos
un veneno conyugal
para poder decirse
con todas sus letras.

Ahora que sabes
algo de mis gustos,
podrás llamarme
discípulo de tu penumbra,
planeta de pensar en ti,
alquimista de un día de octubre.

Ernesto Lumbreras.

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