Y con el húmero y los huesos sepultados
qué me queda sino reír en los panteones
preguntándome si ahí lloran las piedras.
qué me queda sino remontar el infinito
o morirme ciego en esta cama
que entreabre su esqueleto
ahíto de púas y navajas
qué me queda sino la obstinación de un sastre
que sutura enloquecido
los pétalos de la Rosa que ninguno vio jamás
(porque nadie ha visto la agonía e la Rosa
que siempre será de nadie
mientrs la boca mira y le suplica que vuelva
a saberse
sólo Rosa)
Maurizio Medo.
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