lunes, junio 16, 2008

De víboras, mal de amores y otras linduras.

Advierto con el paso del tiempo, que me es difìcil continuar haciendo lo que pienso. Renunciar a lo que soy, a lo que siento, a lo que vivo no es debatible. Esto me ha causado a lo largo de estos 28 años una infinidad de sin sabores y sí, claro, de momentos trascendentes, donde he sido marcado y he marcado la existencia de otros que conforman mi historia personal de vida.
Sin embargo, que cansado estoy de encontrar puertas cerradas, de invertir tiempo y esfuerzo, tripas y corazón en proyectos inacabados, inacabables. Y encuentro también la factura a pagar, de mis excesos, de mis rebeliones.
Crecer como persona se antoja una tarea de renuncias, de desapegos. Hace una semana en mi habitación, encontre el exoesqueleto de una serpiente, a primera vista me pareció temiblemente hermoso, transparente, suave, frágil. Pronto comprendí que aquel frío animal rastrero había pasado por mi lecho dejando rastros de su pasado, trozos de su vida que ahora parecían mas claros para el observador ajeno, podía leer sus escamas, sus vértebras intuír, podía mirar a travéz de su transparencia como un ligero velo que suavemente oculta. Y ese pasado frágil al tacto, que se desprende con molestia, con serias incomodidades, que se pulvoriza con el agua y con el viento, pasa a formar parte arenoso del polvo, su testimonio palidece, enmudece en los vientos. Así la historia propia.
Espero tenerles noticias mías pronto. El activismo llama y espero participar y comenzar a trabajar en las áreas que me interesan en este medio semestre del año que nos resta. un abrazo existencial para ustedes queridos lectores y amigos en tránsitos.

3 comentarios:

Remo dijo...

La retrospectiva sin duda alguna es más que interesante.

Y bueno, uno puede crecer y simplemente cambiar de piel, pero en el centro, el mismo ser permanece.

Saludos reptilescos.

El Zòrpilo.

ka! dijo...

Pues, propiamente lo que nos llama la enseñanza de la serpiente es a aprender que todo cambio implica renovarse, aunque eso nos obligue a cambiar de piel, quizá por una nueva, quizá por una mejor o quizá por una por escamas más brillantes con chaquira y lentejuela..

¿Qué es la vida sino todo lo constante que nos queda, es el cambio?

Abrazo.

Social Drinking y Su Sonido Chikinasty dijo...

Borron y cuenta nueva y a enfocarse en lo que en verdad importa, al igual que la serpiente el pasado es fragil y transparente para nosotros como humanos, pero a diferencia de noble animal (si tengo afinidad por las serpientes)no podemos despojarnos tan rapido de el, pero no es imposible, abrazos y la fiesta del sr ka nos espera.