viernes, junio 09, 2006

26.

Me secuestraron desde el miércoles, cuando llegué a la casa de mi pulgoso ya había reunido el arsenal con el que acribillaría mis débiles resistencias para combatir al alcohol. El enfriador rebosante de cerveza, nos sentamos a esperar a los dos invitados para justificar la extremista ingesta de agua mareadora. Héctor y Raúl se encargaron de amenizar con sus extensas, aburridas e insulsas conversaciones nuestra velada, de vez en cuando un acalorado debate, alguien que se aferra a sus ideales, otro que se siente ofendido, pero en general era divertido ver a dos abogado pragmáticos tirarse mordidas y uno que otro ladrido. Me cuesta trabajo compaginar con la gente cuyo trabajo es desconfiar de todos y para todo, que olvida esa parte cálidamente humana, fundamental dentro de cada persona. No todo es sacar provecho del más débil, me resisto a desconfiar de los otros y de tomar ventaja de las situaciones.

Entrada la madrugada nos trasladamos a la playa reabastecidos de mas cerveza. Las nubes dispersaban la tenue luz naciente que aparecía por el horizonte, el mar se agitaba calmo, las olas de plata suavemente se deslizaban hacia la costa y yo nadando desnudo en ese amanecer mágico.

Por la tarde volvimos al mar, esta vez para reponernos del cansancio, el desvelo y los estragos del abuso de alcohol. Una tarde amena, jugetona, que se nos fue de las manos, hasta que mi pulgoso se acercó curioso hasta una caja depositada en el suelo, y varios voluntarios en torno a ese misterioso objeto: contenía tortugas rescatadas que serían liberadas a donde pertenecen.
Esas frágiles vidas se tornaban instintivamente hacia el agua salada provistas con sus pequeñas aletas como su única herramienta para luchar contra la arena, el embiste de las olas y el terror de ser devoradas por las gaviotas. Sobrevivir es nuestro mas tierno recuerdo cuando despertamos a la vida. Yo no quise ayudarlas, el mérito está solo en protegerlas y facilitarles con seguridad alcanzar la meta.

Por la noche salimos a bailar, citamos a mi gran amigo ronnie, nos divertimos mucho con nuestras bromas, nuestra simpleza, con el mutuo cariño que nos profesamos. Lástima que el miedo a una redada obligara a los empresarios a cerrar sus changarros, algo turbio se ha de mover por esas municipales aguas negras.

Nos refugiamos en la playa de noche. Me ha gustado pasar a mi edad adulta temprana, reencontrándome con el líquido donde comenzó la vida en este planeta, simbolismo materno, miterios del inconsciente, ceguera dual hacia la muerte. Silencio abismal donde nos encontramos con nosotros mismos.

La despedida fue graciosa, hablando de política, de homosexualidad y de coquetería con nuestro taxista, quien nos sorprendió por su apertura hacia quienes son diferentes. Hasta ahora ha sido uno de los mejores cumpleaños de mi vida. Gracias pulgoso.

4 comentarios:

del Mar dijo...

flaquito que linDa experiencia la tuya... y por fin ya conocí al q ama tu alma. eso es super. te quiero mucho y espero verte pronto.
Y lo del mar que pasión tan padre no???

Ronnie Valencia dijo...

Que mas te esperabas, creo q he tenido el gozo de poder compartir contigo un momento de tan especial fecha. Amigo como te dije en nuestra aventurilla burlesca, te estimo un chingo y eres parte importante de esta tan salada vida que me toco vivir. Y sabes estoy muy contento con saberte enteramente pleno en el terreno espiritual que te ofrece el amor. Cuidate nene y un abrazo a tu pulgoso jejeje.

Bexos!!

atte
Ronnie Valencia

Margarida V dijo...

en primer lugar feliz cumpleaños, que vengan muchos muchos mas!!
y del comentario que dejaste en mi blog, la verdad es que para mi me da igual que la familia sea tradicional o no, solo me gustaria que no hubieran mas niños solos en el mundo.

Anónimo dijo...

Pues no se le puede sino desear un feliz cumpleaños, y por supuesto que su manera de festejar fue bastante original, mil felicidades y éxitos.

Saludos.

El Zórpilo.