sábado, septiembre 24, 2005

Estaba leyendo una entrevista al maestro Arreola publicada en una conocida revista, deleitándome con el agudo sentido del humor y la sapiensa del finado escritor, cuando solté la carcajada y le mostré a Eli el siguiente texto hilarante:

LEÑERO: estaban escribiéndo ¿qué?
ARREOLA: Estábamos haciendo un argumento de cine entre los tres.
LEÑERO: "El gallo de oro".
ARREOLA: No, maestro; mira, te ruego que no me interrogues
Risas
porque éste es un secreto que voy a revelar pronto.
LEÑERO: Yo sé que "El gallo de oro"/
ARREOLA :(interrumpíendo): No. Lo de "El gallo de oro" es un cuento posterior que me contó un amigo de la escuela de Zapotlán-donde probablemente estudió Rulfo-que se llamaba nada menos que Juan Figueroa.
LEÑERO: ¿Y porqué le diste ese cuento a Juan?
ARREOLA: Yo se lo dejé a Juan porque me encantó. Y creo que Juan no lo aprovechó... Yo nunca he leído "El gallo de oro", para que veas nomás lo buenos amigos que somos.
LEÑERO: Pero tú se lo regalaste; que ése es un gesto...
ARREOLA: Yo se lo di totalmente.
LEÑERO: Era tuyo originalmente.
ARREOLA: Originalmente era mío, pero me lo había dado Juan Figueroa de Zapotlán. El cuento de un gallero... Pero me dicen que Juan no explotó una veta muy importante del cuento original: que el gallo no era gallo-gallo, era un gallo-gallina, que son bravísimos.
LEÑERO: Putón.
ARREOLA: (entre sonriente y reprobatorio): Bueno, maestro, pero eso...
Risas
LIZALDE: Bisexual... Bicicleto. Ahora les dicen bicicletos.
ARREOLA: (Idem): Pero cómo pueden tratar/las bromas...
LEÑERO: Es que así es.
LIZALDE: Yo oí a Juan Rulfo recitar "El gallo de oro", borracho. (Transición) Perdón. Esto no lo vayan a poner. Yo no estaba en la entrevista. Yo nos soy el entrevistado aunque se grabe ¿eh?
Leñero y Ponce asienten, con inclinaciones de cabeza y medias palabras, a la aclaración de Lizalde.
LIZALDE: (reanuda): Yo le oí a Juan Rulfo, en casa de Tito Monterroso...-estaban presentes González Pedrero, actual gobernador de Tabasco, y Víctor Flores Olea-. Llegó Juan, y alguien lo provocó. Le dijo: "Ponte a decirnos lo que estás haciendo". Y se puso a recitar entero "El gallo de oro".
LEÑERO: Pero la historia era tuya.
LIZALDE: (en aparte, como recitando y remedando): Dionisio Tiscareño era un gallero...
ARREOLA: La historia era mía, pero a mi me fue regalada por Juan Figueroa, a quien rindo homenaje... ¿sabes?, fue compañero mío, cuando José Luis Martínez.
LEÑERO: Y tú se la contaste a Juan.
ARREOLA: Se la conté a Juan.
LEÑERO: Y Juan la escribió/¿O la escribió contigo?
ARREOLA: No no no. Eso lo escribió él. Pero yo se lo conté. Le digo: "Mira lo que me acaban de contar" (transición) Yo venía a México de un viaje a Zapotlán, y me encontré por única vez en la vida con el niño que había sido mi compañerito de escuela. Como José Luis Martínez (Pausa/Recordando) Yo era un muchacho adolescente/ No... no. Ya estaba sobre los veinte años/No, ya estaba yo casado. Teníamos los dos entre veinte y los trenita cuando lo volví aver, después de veinte años. Y me vino contando, en la tienda de Luis Preciado-con mi hermano Rafael- la historia del gallero que traía ese animal y que entierra en el suelo ylo deja aquí así (ademannea para significar un animal ahogado hasta el pescuezo). Pero el chiste original era que no era un gallo-gallo, era un gallo-gallina. Son bravísimos... ¿sabes qué son? Mira, en Zapotlán hay un dicho que dice: "Estás como el gallo-gallina, picoteado por los gallos y aborrecido de las gallinas".

Cuando Eli terminó de leer le conté que mi abuela tenía la costumbre de regalarnos pollitos para que los criáramos como mascotas en la ciudad, y que en muchas ocasiones me tocó ver lo que Arreola llama atinadamente los gallo-gallina, empinándose para recibir al gallo dominante. Entonces me mira seria y me pregunta:
- ¿Y quién decide quien se pone arriba?
a lo que impulsivamente le respondí:
-pues el que llega primero....
Fué así como le expliqué el modus operandis del bisexual diestro. (jajaja).

No hay comentarios.: