Sigo el peregrinaje, me he quedado sin fierros para continuar el viaje, pero confío en que el universo será bondadoso conmigo, para muestra un botón, me alegra pensar que aún hay gente solidaria, siempre son los que menos tienen los que se quitan el abrigo para cobijarnos.
LLueve en Orizaba, quizá no sea un buen día para vender mi artesanía callejera, tendré que improvisar y sacudirme la angustia.
En los lugares que he visitado hasta han sido reflejos de mi antiguo yo. Veo una urgencia de amar y de ser amado, esa urgencia hace que nos precipitemos, que pasemos por alto las formas, desbocados por un poco de cariño. Y a la vez es tan fácil hacernos y hacer daño. No sé si en esta gran vía a la que llamamos amor sobreviva en un terreno en el que todo sucede muy rápido, tanto que es casi imposible detenerse a pensar, o quizá esto le suceda a quien no está acostumbrado a observar al hombre.
Veremos a dónde me lleva este viaje.
p. s. perdí el poster del año pasado del cervantino.... y eso me duele mucho porque me lo obsequió la hermana de iván....
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