Próximo tu abrazo,
la sonrisa imaginada
que me recoge de este asalto
tiempo atras emprendido.
Cercano el tiempo para estrecharte a mi cuerpo,
y sin embargo cuán efímero y que breve será ese primer abrazo.
¿a dónde se va el ansia?
¿en dónde muere el cosquilleo de tripas, la sonrisa, el asír de manos,
brazos, espaldas, tu beso?
Noches de insomnio forzoso,
café y cigarrillos consumidos,
deambular por los pasillos,
transéuntes fríos que siempre dan la espalda.
En esta mirada laberinta de verte a lo lejos y buscarte
todo me parece un lugar común.
Al final, todo ya fué conocido,
te conocí antes,
te conozco hoy.
sábado, diciembre 31, 2005
domingo, diciembre 25, 2005
Sigo el peregrinaje, me he quedado sin fierros para continuar el viaje, pero confío en que el universo será bondadoso conmigo, para muestra un botón, me alegra pensar que aún hay gente solidaria, siempre son los que menos tienen los que se quitan el abrigo para cobijarnos.
LLueve en Orizaba, quizá no sea un buen día para vender mi artesanía callejera, tendré que improvisar y sacudirme la angustia.
En los lugares que he visitado hasta han sido reflejos de mi antiguo yo. Veo una urgencia de amar y de ser amado, esa urgencia hace que nos precipitemos, que pasemos por alto las formas, desbocados por un poco de cariño. Y a la vez es tan fácil hacernos y hacer daño. No sé si en esta gran vía a la que llamamos amor sobreviva en un terreno en el que todo sucede muy rápido, tanto que es casi imposible detenerse a pensar, o quizá esto le suceda a quien no está acostumbrado a observar al hombre.
Veremos a dónde me lleva este viaje.
p. s. perdí el poster del año pasado del cervantino.... y eso me duele mucho porque me lo obsequió la hermana de iván....
LLueve en Orizaba, quizá no sea un buen día para vender mi artesanía callejera, tendré que improvisar y sacudirme la angustia.
En los lugares que he visitado hasta han sido reflejos de mi antiguo yo. Veo una urgencia de amar y de ser amado, esa urgencia hace que nos precipitemos, que pasemos por alto las formas, desbocados por un poco de cariño. Y a la vez es tan fácil hacernos y hacer daño. No sé si en esta gran vía a la que llamamos amor sobreviva en un terreno en el que todo sucede muy rápido, tanto que es casi imposible detenerse a pensar, o quizá esto le suceda a quien no está acostumbrado a observar al hombre.
Veremos a dónde me lleva este viaje.
p. s. perdí el poster del año pasado del cervantino.... y eso me duele mucho porque me lo obsequió la hermana de iván....
jueves, diciembre 22, 2005
La tierra de la cajeta.
El destino me ha llevado a Celaya, esta mañana he recorrido sus iglesias y su centro histórico, ayer en la noche fué de vida nocturna. Es agradable iniciar este viaje en un lugar inesperado con compañías gratas, mucho reggae y mucha ganja, pero mas que ello, muchas ganas de ver y conocer. Esta ciudad como muchas de nuestro país está llena de contrastes, de graves injusticias sociales, de personajes ambiguos. Se respira una nerviosa tranquilidad.
Estaré el viernes en la ciudad de Mexico-Tenochtitlan brevemente para iniciar un extenuante peregrinaje por el Golfo de México hasta llegar a la Península de Yucatán.
Estaré el viernes en la ciudad de Mexico-Tenochtitlan brevemente para iniciar un extenuante peregrinaje por el Golfo de México hasta llegar a la Península de Yucatán.
lunes, diciembre 19, 2005
El uso de la palabra.
Escribir-en forma creadora-resulta siempre, y en más de algún modo, transgredir. En primer lugar, al silencio (El abismo de la página en blanco" es la barrera inicial), sin enfrentar al cual no hay voz posible. Y luego por lo menos, también a esa entelaquia seudo cristalizada que dormita en los diccionarios. Ya que escribir es usar las palabras, volverlas lengua y cuerpo desde su limbo de pretendida indefinición, contaminarlas con los hedores y los fervores de la vida, justamente. Pero también, en forma no menos insoslayable -y, lo que es tan maravilloso como terrible, al mismo tiempo-, escribir es de algún modo pactar, y hasta transar. Pactar con el lenguaje que nos precede, nos supera y nos envuelve, dejarse llevar por él y por lo que él arrastra: muertos nuestros y de otros, familiares y especie, voces perdidas y lugares comunes, la misma hirviente marea de lo humano.
Y siendo la poesía (hoy, por supuesto, ya mucho más que un género) la forma más creadora de escribir, a ella también le tocará entonces transgredir, pactar, transar: antinomias complementarias de las que se alimenta su propia dialéctica, y que no son diferentes a las que mueven también -¿cómo no?- a la vida misma.
Ello implica no pocas complicaciones. Y hasta no pocas confusiones posibles. Sin norma fija, sin derrotero cierto, en la errancia de su propio (y humanístico) devenir, las aguas de la escritura poética están hoy libradas a su propio nivel, es más, a sus propios contornos y a sus propios vasos comunicantes. Por eso, quizás, y por supuesto no sólo en estos tiempos, sino en realidad desde hace mucho tiempo ya, la poesía y los poetas han llegado a ser objeto de estudio que quisieran hacer de ella una materia científica o racionalmente mensurable y cuantificable, con los riesgos que son de imaginar, y a veces también con los altos hallazgos conocidos, pero que no pocas veces naufragan en su intento-cuando la intención es demasiado ambiciosa-u obtienen sólo fugaces victorias a lo Pirro (cuando es modesta o sensata la ambición). Esos intentos suelen ser encarados también por poetas, es decir, por creadores de la misma materia que se juzga, y aunque no se lo puede considerar como una ley, resulta facilmente aceptable coincidir en que para la mayor parte de los casos los resultados de sus afanes son, por lo general, cuando se logran, más fecundos y menos deletéreos que los de otros.
Por aquellos felices tiempos presocráticos-de los que siempre el inmenso Heráclito, pero también Empédocles, Parménides o Zenón, por ejemplo, serán resplandeciente paradigma- en que aún no se había dividido a la filosofía y a la poesía como dos compartimientos estancos, separados, con dominios distintos y casi impenetrables entre sí, tampoco podría haberse asumido esa escisión, como desgraciadamente después llegó acurrir, "profesionalmente". El logos griego era al mismo tiempo palabra, verdad y realidad, y no se limita ni se parcializa sino que por el contrario se abre, se expande, se mantiene disponible (conservándose uno) para la diversidad, para el cambio.
Algo de eso hay en la forma parábola elegida por Cristo y, para otras religiones, en los textos jasídicos o sufíes, sin que se pueda aquí olvidar en absoluto al zen. La idea o su razonamiento no son presentados en forma discursiva, lineal, pretendidamente descriptiva, sino que se encarnan en la mismísima llama del lenguaje vivo, como una evidencia y no como una disquisición. Algo cerca de lo cual las modernas y recientes investigaciones científicas sobre el lenguaje han venido a traer un casi inesperado, insospechado aporte. Aquella escisión de que hablábamos se mantiene como una herida abierta a todo lo largo del derrotero de la cultura occidental. E intentó-y logró-ser soldada una y otra vez por las grandes individualidades o los grandes movimientos de la poesía.
El mar de Homero, el mar de Moby Dick, el mar de Joseph Conrad, por mencionar sólo algunas de sus muchas memorables referencias, estambién el mar de la vida (claro lugar común) y el mar de nosotros mismos, de nuestra propia interioridad, indudablemente. Pero es también el mar de las páginas de libros, el mar no menos inmenso de la literatura, y también el mar primigineo del lenguaje-como el otro, también claustro materno-,que nos rodea y nos constituye, nos crea y nos implica. El lenguaje nos hace hombres. Estamos hechos de lenguaje como estamos hechos de tiempo y, por lo tanto, en consecuencia, de memoria. Y deviene entonces ilusoria (también ésta, ay) la certeza de que nos servimos del lenguaje cuando es él quien muy probablemente se sirve de nosotros.
Braceando sobre los abismos de la vida, y no de una vida cualquiera, abstracta, sino de esta vida, nuestra, actual, contemporánea, donde el destino final implementado por los propios humanos puede ser más ferozmente voraz que un tiburón o una orca, el lenguaje humano es consciente de que no es posible ya, ante tanto naufragio, intentar apenas decir sino casi milagrosamente ser, así lo haga por un instante. No otra es la ambición de la más auténtica poesía, en rigor de todo el más auténtico arte moderno. Especialmente a partir de Rimbaud.
Experiencia del fracaso de nuestra condición, pero a la vez prueba irrefutable de su presencia (así sea instantánea, como vimos) en el mundo, quizá no sean los hombres quienes hablan sino ese mar orgánico y fecundísimo del gran lenguaje humano, hecho de todos los lenguajes, de todas las civilizaciones y de todos los muertos, vida misma en sí, lengua viva inmortal mientras la humanidad exista, y que sería irrisorio pretender juzgar apenas como literatura. A ese nivel, la poesía sólo encuentra-y ofrece-preguntas.
Rodolfo Alonso. Jornada semanal 563.
Y siendo la poesía (hoy, por supuesto, ya mucho más que un género) la forma más creadora de escribir, a ella también le tocará entonces transgredir, pactar, transar: antinomias complementarias de las que se alimenta su propia dialéctica, y que no son diferentes a las que mueven también -¿cómo no?- a la vida misma.
Ello implica no pocas complicaciones. Y hasta no pocas confusiones posibles. Sin norma fija, sin derrotero cierto, en la errancia de su propio (y humanístico) devenir, las aguas de la escritura poética están hoy libradas a su propio nivel, es más, a sus propios contornos y a sus propios vasos comunicantes. Por eso, quizás, y por supuesto no sólo en estos tiempos, sino en realidad desde hace mucho tiempo ya, la poesía y los poetas han llegado a ser objeto de estudio que quisieran hacer de ella una materia científica o racionalmente mensurable y cuantificable, con los riesgos que son de imaginar, y a veces también con los altos hallazgos conocidos, pero que no pocas veces naufragan en su intento-cuando la intención es demasiado ambiciosa-u obtienen sólo fugaces victorias a lo Pirro (cuando es modesta o sensata la ambición). Esos intentos suelen ser encarados también por poetas, es decir, por creadores de la misma materia que se juzga, y aunque no se lo puede considerar como una ley, resulta facilmente aceptable coincidir en que para la mayor parte de los casos los resultados de sus afanes son, por lo general, cuando se logran, más fecundos y menos deletéreos que los de otros.
Por aquellos felices tiempos presocráticos-de los que siempre el inmenso Heráclito, pero también Empédocles, Parménides o Zenón, por ejemplo, serán resplandeciente paradigma- en que aún no se había dividido a la filosofía y a la poesía como dos compartimientos estancos, separados, con dominios distintos y casi impenetrables entre sí, tampoco podría haberse asumido esa escisión, como desgraciadamente después llegó acurrir, "profesionalmente". El logos griego era al mismo tiempo palabra, verdad y realidad, y no se limita ni se parcializa sino que por el contrario se abre, se expande, se mantiene disponible (conservándose uno) para la diversidad, para el cambio.
Algo de eso hay en la forma parábola elegida por Cristo y, para otras religiones, en los textos jasídicos o sufíes, sin que se pueda aquí olvidar en absoluto al zen. La idea o su razonamiento no son presentados en forma discursiva, lineal, pretendidamente descriptiva, sino que se encarnan en la mismísima llama del lenguaje vivo, como una evidencia y no como una disquisición. Algo cerca de lo cual las modernas y recientes investigaciones científicas sobre el lenguaje han venido a traer un casi inesperado, insospechado aporte. Aquella escisión de que hablábamos se mantiene como una herida abierta a todo lo largo del derrotero de la cultura occidental. E intentó-y logró-ser soldada una y otra vez por las grandes individualidades o los grandes movimientos de la poesía.
El mar de Homero, el mar de Moby Dick, el mar de Joseph Conrad, por mencionar sólo algunas de sus muchas memorables referencias, estambién el mar de la vida (claro lugar común) y el mar de nosotros mismos, de nuestra propia interioridad, indudablemente. Pero es también el mar de las páginas de libros, el mar no menos inmenso de la literatura, y también el mar primigineo del lenguaje-como el otro, también claustro materno-,que nos rodea y nos constituye, nos crea y nos implica. El lenguaje nos hace hombres. Estamos hechos de lenguaje como estamos hechos de tiempo y, por lo tanto, en consecuencia, de memoria. Y deviene entonces ilusoria (también ésta, ay) la certeza de que nos servimos del lenguaje cuando es él quien muy probablemente se sirve de nosotros.
Braceando sobre los abismos de la vida, y no de una vida cualquiera, abstracta, sino de esta vida, nuestra, actual, contemporánea, donde el destino final implementado por los propios humanos puede ser más ferozmente voraz que un tiburón o una orca, el lenguaje humano es consciente de que no es posible ya, ante tanto naufragio, intentar apenas decir sino casi milagrosamente ser, así lo haga por un instante. No otra es la ambición de la más auténtica poesía, en rigor de todo el más auténtico arte moderno. Especialmente a partir de Rimbaud.
Experiencia del fracaso de nuestra condición, pero a la vez prueba irrefutable de su presencia (así sea instantánea, como vimos) en el mundo, quizá no sean los hombres quienes hablan sino ese mar orgánico y fecundísimo del gran lenguaje humano, hecho de todos los lenguajes, de todas las civilizaciones y de todos los muertos, vida misma en sí, lengua viva inmortal mientras la humanidad exista, y que sería irrisorio pretender juzgar apenas como literatura. A ese nivel, la poesía sólo encuentra-y ofrece-preguntas.
Rodolfo Alonso. Jornada semanal 563.
sábado, diciembre 10, 2005
Al lado del camino
Me gusta estar al lado del camino
fumando el humo mientras todo pasa.
Me gusta abrir los ojos y estar vivo,
tener que vérmelas con la resaca.
Entonces navegar se hace preciso
en barcos que se estrellen en la nada.
Vivir atormentado de sentido,
creo que esta sí, esta es la parte mas pesada.
En tiempos donde nadie escucha a nadie,
en tiempos donde todos contra todos,
en tiempos egoístas y mezquinos,
en tiempos donde siempre estamos solos,
habrá que declararse incompetente
en todas las materias del mercado.
Habrá que declararse un inocente
o habrá que ser abyecto y desalmado.
Yo ya no pertenezco a ningún ismo
me considero vivo y enterrado.
Yo puse las canciones en tu walkman,
el tiempo a mi me puso en otro lado.
Tendré que hacer lo que es y no debido,
tendré que hacer el bien y hacer el daño.
No olvides que el perdón es lo divino
y errar a veces suele ser humano.
No es bueno nunca hacerse de enemigos
que no estén a la altura del conflicto.
Que piensan que hacen una guerra
y se hacen pis encima como chicos.
Que rondan por siniestros ministerios
haciendo la parodia del artista.
Que todo lo que brilla en este mundo
tan solo les da caspa y les da envidia.
Yo era un pibe triste y encantado
de Beatles, Caña legui y maravillas,
los libros, las canciones y los pianos,
el cine, las traiciones, los enigmas,
mi padre, las cervezas, las pastillas, los misterios,
el whisky malo, los óleos, el amor, los escenarios,
el hambre, el frío, el crímen, el dinero y mis 10 tías
me hicieron este hombre enreverado.
Si alguna vez me cruzas por la calle
regalame tu beso y no te aflijas.
Si ves que estoy pensando en otra cosa
no es nada malo es que paso una brisa.
La brisa de la muerte enamorada
que ronda como un ángel asesino.
Mas no te asustes siempre se me pasa
es solo la intuición de mi destino.
Me gusta estar al lado del camino
fumando el humo mientras todo pasa.
Me gusta regresarme del olvido
para acordarme en sueños de mi casa,
el chico que jugaba a la pelota,
del cuatro nueve cinco ocho cinco.
Nadie nos prometió un jardín de rosas,
hablamos del peligro de estar vivos.
No vine a divertir a tu familia
mientras el mundo se cae a pedazos.
Me gusta estar al lado del camino,
me gusta sentirte a mi lado.
Me gusta estar al lado del camino,
dormirte cada noche entre mis brazos.
Al lado del camino, al lado del camino,
al lado del camino.
Es mas entretenido y mas barato.
Al lado del camino...
Fito Páez.
fumando el humo mientras todo pasa.
Me gusta abrir los ojos y estar vivo,
tener que vérmelas con la resaca.
Entonces navegar se hace preciso
en barcos que se estrellen en la nada.
Vivir atormentado de sentido,
creo que esta sí, esta es la parte mas pesada.
En tiempos donde nadie escucha a nadie,
en tiempos donde todos contra todos,
en tiempos egoístas y mezquinos,
en tiempos donde siempre estamos solos,
habrá que declararse incompetente
en todas las materias del mercado.
Habrá que declararse un inocente
o habrá que ser abyecto y desalmado.
Yo ya no pertenezco a ningún ismo
me considero vivo y enterrado.
Yo puse las canciones en tu walkman,
el tiempo a mi me puso en otro lado.
Tendré que hacer lo que es y no debido,
tendré que hacer el bien y hacer el daño.
No olvides que el perdón es lo divino
y errar a veces suele ser humano.
No es bueno nunca hacerse de enemigos
que no estén a la altura del conflicto.
Que piensan que hacen una guerra
y se hacen pis encima como chicos.
Que rondan por siniestros ministerios
haciendo la parodia del artista.
Que todo lo que brilla en este mundo
tan solo les da caspa y les da envidia.
Yo era un pibe triste y encantado
de Beatles, Caña legui y maravillas,
los libros, las canciones y los pianos,
el cine, las traiciones, los enigmas,
mi padre, las cervezas, las pastillas, los misterios,
el whisky malo, los óleos, el amor, los escenarios,
el hambre, el frío, el crímen, el dinero y mis 10 tías
me hicieron este hombre enreverado.
Si alguna vez me cruzas por la calle
regalame tu beso y no te aflijas.
Si ves que estoy pensando en otra cosa
no es nada malo es que paso una brisa.
La brisa de la muerte enamorada
que ronda como un ángel asesino.
Mas no te asustes siempre se me pasa
es solo la intuición de mi destino.
Me gusta estar al lado del camino
fumando el humo mientras todo pasa.
Me gusta regresarme del olvido
para acordarme en sueños de mi casa,
el chico que jugaba a la pelota,
del cuatro nueve cinco ocho cinco.
Nadie nos prometió un jardín de rosas,
hablamos del peligro de estar vivos.
No vine a divertir a tu familia
mientras el mundo se cae a pedazos.
Me gusta estar al lado del camino,
me gusta sentirte a mi lado.
Me gusta estar al lado del camino,
dormirte cada noche entre mis brazos.
Al lado del camino, al lado del camino,
al lado del camino.
Es mas entretenido y mas barato.
Al lado del camino...
Fito Páez.
Al final del ciclo.
Concluyo mi etapa como burócrata, por fin podré retomar mis planes personales, he aprendido mucho de esta experiencia, y hoy como nunca me siento fortalezido y seguro de mi pasos. He empacado ya mis cosas, el próximo fin de semana terminaré de trasladarme de nuevo provisionalmente al departamento de mi madre.
Este año que inicia será decisivo en mi vida, así lo veo y así lo deseo.
Extrañaré a Mamá Conchita, a Eli y a Iván, mis confidentes, mis hermanos del alma, mis amigos.
Echaré de menos el abrazo preciso, el apapacho espontáneo y la sonrisa sincera de Gersom. Los pies jamaiquinos de Tania, la energía para exprimirle el jugo a la vida de Isabel. Aunque en un inició miré estéril la ciudad donde trabajé cerca de dos años, ahora veo que germinaron bellas amistades, de esas en las que no hay temor de compartirse en una pluralidad de formas. Mis experiencias humanas son ahora mi fortaleza.
Y también ¿porqué no? extrañaré los conflictos laborales, el mal aliento, la calumnia, el palabrerío, el hastío, porque de ello corrí mi cuero. Aprendí a quitarles el poder de lastimarme.
Me excita la idea de volver a vagabundear, cargaré la mochila al hombro y me lanzaré al vértigo de la aventura, miraré otras caras, tocaré otros corazónes, o quizá solo uno, el que yo quiero, el que deseo, el que más amo sobre todos los corazónes en este momento.
Nuevamente me dejaré arrastrar, iré a donde quieran ir mis pies, el universo me pondrá en el lugar y en el momento indicado, me abriré sin reservas para recibir el calor de un nuevo día.
Caminaré por Oaxaca, Puebla y Veracrúz, si me encuentran en la calle no duden en acercarse sonriendo a mi encuentro, que yo les recibiré con los brazos extendidos.
Este año que inicia será decisivo en mi vida, así lo veo y así lo deseo.
Extrañaré a Mamá Conchita, a Eli y a Iván, mis confidentes, mis hermanos del alma, mis amigos.
Echaré de menos el abrazo preciso, el apapacho espontáneo y la sonrisa sincera de Gersom. Los pies jamaiquinos de Tania, la energía para exprimirle el jugo a la vida de Isabel. Aunque en un inició miré estéril la ciudad donde trabajé cerca de dos años, ahora veo que germinaron bellas amistades, de esas en las que no hay temor de compartirse en una pluralidad de formas. Mis experiencias humanas son ahora mi fortaleza.
Y también ¿porqué no? extrañaré los conflictos laborales, el mal aliento, la calumnia, el palabrerío, el hastío, porque de ello corrí mi cuero. Aprendí a quitarles el poder de lastimarme.
Me excita la idea de volver a vagabundear, cargaré la mochila al hombro y me lanzaré al vértigo de la aventura, miraré otras caras, tocaré otros corazónes, o quizá solo uno, el que yo quiero, el que deseo, el que más amo sobre todos los corazónes en este momento.
Nuevamente me dejaré arrastrar, iré a donde quieran ir mis pies, el universo me pondrá en el lugar y en el momento indicado, me abriré sin reservas para recibir el calor de un nuevo día.
Caminaré por Oaxaca, Puebla y Veracrúz, si me encuentran en la calle no duden en acercarse sonriendo a mi encuentro, que yo les recibiré con los brazos extendidos.
domingo, diciembre 04, 2005
En el momento en que la voluntad descansa y surge la contemplación, el simple ver y entregarse, todo cambia. El hombre deja de ser útil o peligroso, interesante o aburrido, amable o grosero, fuerte o débil. Se convierte en naturaleza: es hermoso y notable como todas las cosas sobre las que se detiene la contemplación pura. Porque contemplación no es exámen ni crítica, solo es amor. Es el estado mas alto y deseable de nuestra alma: el amor desinteresado.
Hremann Hesse. Mi credo.
Hremann Hesse. Mi credo.
Cuando se contempla a dos hombres modernos, que acaban de conocerse por casualidad y no desean nada material el uno del otro, cuando se observa su conducta, se tiene la sensación casi física de la atmósfera densa, de la costra de protección y de la actitud defensiva que rodea a todos los hombres, una red tejida con renuncias del alma, con propositos, temores y deseos dirigidos todos ellos hacia fines baladíes que los apartan de sus semejantes. Es como si lo principal consistiera en no dejar que el alma hable, como si fuese preciso rodearla de una valla muy alta, la valla del miedo y la verguenza. Esta red solo puede ser perforada por el amor desinteresado. Y dondequiera que haya sido perforada, el alma nos contempla.
Hermann Hesse. Mi credo.
Hermann Hesse. Mi credo.
Tal vez, sin embargo no deba ser conveniente hacer el inventario de las fuerzas y de las debilidades de alguien, para luchar contra ese o como simple registro estadístico sin hacer balance previo de las nuestras propias y en esa ponderación será imposible ignorar aquellas que, a fin de cuentas, pesan en nosotros como bolas de plomo arrastradas en el rodar de un cilindro, en realidad movido por otra fuerza, pero en cuyo movimiento las mismas bolas actúan sin que el cilindro lo note y sin que la fuerza efectiva lo sospeche.
José Saramago. Manual de pintura y caligrafía.
José Saramago. Manual de pintura y caligrafía.
Escribir no es otra tentativa de destrucción sino mas bien la tentativa de reconstruirlo todo por el lado de dentro, midiendo y pesando todos los engranajes, las ruedas dentadas, contrastando los ejes milimétricamente, examinando el oscilar silencioso de los muelles y la vibración rítmica de las moléculas en el interior de los aceros.
Jose Saramago. Manual de pintura y caligrafia.
Jose Saramago. Manual de pintura y caligrafia.
jueves, diciembre 01, 2005
El principito y el zorro.
Entonces apareció el zorro:
- Buenos días- dijo el zorro,
- Buenos días- respondió con cortesía el principito, volteándose pero sin ver. Estoy aquí -dijo la voz-, bajo el manzano.
- ¿Quién eres? -dijo el principito-. Eres muy bonito.... Soy el zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-. Estoy tan triste...
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-. No estoy domesticado. -¡Ah! Perdón dijo el principito. Pero, después de pensarlo añadió: - ¿Qué significa "domesticar'?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro-, -¿Qué buscas?
-Busco a los hombres -dijo el príncipito-, ¿qué significa "domesticar"?
- Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy fastidioso! También crían gallinas. Es lo único interesante. ¿Buscas gallinas?
-No -dijo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"?
-Crear vínculos –
-¿Crear vínculos?
-Claro -dijo el zorro-. Para mí, tú no eres todavía más que un niño parecido a cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. Para ti no soy más que un zorro parecido a cien mil zorros. Pero si me domesticas, nos necesitaremos el uno al otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para tí único en el mundo.---Empiezo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... Creo que me ha domesticado...
-Puede ser -dijo el zorro, En la Tierra se ve todo tipo de cosas... - Mi vida es monótona -dijo el zorro-. Yo cazo gallinas, los hombres me cazan a mí. Todos las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Por eso me aburro un poco. Pero, sí me domesticas, será como si mi vida se bañara de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen meterme bajo tierra. El tuyo me llamará fuera del cubil, como una música. Además, fíjate, ¿Ves allá los campos de trigo? Yo no como pan, Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan. ¡Y eso es muy triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. ¡Entonces, cuando me hayas domesticado, será maravilloso! El trigo, que es dorado, me traerá tu recuerdo. Y me gustará el rumor del viento en el trigo.. .
El zorro calló y miró largo tiempo al principito: - ¡Por favor... domestícame! dijo. - Como quieras -contestó el principito-, pero no tengo mucho: tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los seres humanos ya no tienen tiempo de conocer a nada. Compran cosas hechas a los vendedores. Pero como no existen vendedores de amigos, los hombres ya no tienen amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
Así, pues, el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de marcharse: -¡Ah! -dijo el zorro-. Lloraré.
-Tú tienes la culpa -dijo el principito-. Yo no quería hacerte daño, pero quisiste que te domesticara... - Claro -dijo el zorro. - ¡Pero vas a llorar! -dijo el principito. - Claro -dijo el zorro. -¡Entonces no sales ganando con todo esto! - Si salgo ganando -dijo el zorro-, por el color del trigo.
Luego añadió: -Vete a ver las rosas otra vez, Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás para decirme adiós, y te regalaré un secreto.
-Adiós -dijo el principito- una vez que volvió de ver las rosas - Adiós –
-dijo el zorro- Este es mi secreto: Es muy sencillo- Sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. -El tiempo que perdiste con tu rosa hace que tu rosa sea tan importante. Los hombres lo han olvidado, pero tú no debes olvidarlo. Te haces responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa....
- Buenos días- dijo el zorro,
- Buenos días- respondió con cortesía el principito, volteándose pero sin ver. Estoy aquí -dijo la voz-, bajo el manzano.
- ¿Quién eres? -dijo el principito-. Eres muy bonito.... Soy el zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-. Estoy tan triste...
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-. No estoy domesticado. -¡Ah! Perdón dijo el principito. Pero, después de pensarlo añadió: - ¿Qué significa "domesticar'?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro-, -¿Qué buscas?
-Busco a los hombres -dijo el príncipito-, ¿qué significa "domesticar"?
- Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy fastidioso! También crían gallinas. Es lo único interesante. ¿Buscas gallinas?
-No -dijo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"?
-Crear vínculos –
-¿Crear vínculos?
-Claro -dijo el zorro-. Para mí, tú no eres todavía más que un niño parecido a cien mil niños. Y no te necesito. Y tú tampoco me necesitas. Para ti no soy más que un zorro parecido a cien mil zorros. Pero si me domesticas, nos necesitaremos el uno al otro. Serás para mí único en el mundo. Seré para tí único en el mundo.---Empiezo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... Creo que me ha domesticado...
-Puede ser -dijo el zorro, En la Tierra se ve todo tipo de cosas... - Mi vida es monótona -dijo el zorro-. Yo cazo gallinas, los hombres me cazan a mí. Todos las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Por eso me aburro un poco. Pero, sí me domesticas, será como si mi vida se bañara de sol. Conoceré un ruido de pasos que será diferente de todos los otros. Los otros pasos me hacen meterme bajo tierra. El tuyo me llamará fuera del cubil, como una música. Además, fíjate, ¿Ves allá los campos de trigo? Yo no como pan, Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan. ¡Y eso es muy triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. ¡Entonces, cuando me hayas domesticado, será maravilloso! El trigo, que es dorado, me traerá tu recuerdo. Y me gustará el rumor del viento en el trigo.. .
El zorro calló y miró largo tiempo al principito: - ¡Por favor... domestícame! dijo. - Como quieras -contestó el principito-, pero no tengo mucho: tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los seres humanos ya no tienen tiempo de conocer a nada. Compran cosas hechas a los vendedores. Pero como no existen vendedores de amigos, los hombres ya no tienen amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
Así, pues, el principito domesticó al zorro. Y cuando se acercó la hora de marcharse: -¡Ah! -dijo el zorro-. Lloraré.
-Tú tienes la culpa -dijo el principito-. Yo no quería hacerte daño, pero quisiste que te domesticara... - Claro -dijo el zorro. - ¡Pero vas a llorar! -dijo el principito. - Claro -dijo el zorro. -¡Entonces no sales ganando con todo esto! - Si salgo ganando -dijo el zorro-, por el color del trigo.
Luego añadió: -Vete a ver las rosas otra vez, Comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás para decirme adiós, y te regalaré un secreto.
-Adiós -dijo el principito- una vez que volvió de ver las rosas - Adiós –
-dijo el zorro- Este es mi secreto: Es muy sencillo- Sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos. -El tiempo que perdiste con tu rosa hace que tu rosa sea tan importante. Los hombres lo han olvidado, pero tú no debes olvidarlo. Te haces responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa....
Gracias a la vida.
Esta canción se la dedico a todos los hermanos en condición de VIH positivo. Seguimos luchando.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
me dio dos luceros que cuando los abro
perfecto distingo lo negro del blanco
y en el alto cielo su fondo estrellado
y en las multitudes el hombre que yo amo.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
me ha dado el oído que en todo su ancho
graba noche y día grillos y canarios
martirios, turbinas, ladridos, chubascos
y la voz tan tierna de mi bien amado.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
me ha dado el sonido y el abecedario
con él, las palabras que pienso y declaro
madre, amigo, hermano
y luz alumbrando la ruta del alma del que estoy amando.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
me ha dado la marcha de mis pies cansados
con ellos anduve ciudades y charcos
playas y desiertos, montañas y llanos
y la casa tuya, tu calle y tu patio.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
me dio el corazón que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano
cuando miro el bueno tan lejos del malo
cuando miro el fondo de tus ojos claros.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
me ha dado la risa y me ha dado el llanto
así yo distingo dicha de quebranto
los dos materiales que forman mi canto
y el canto de ustedes que es el mismo canto
y el canto de todos que es mi propio canto.
Gracias a la vida, gracias a la vida.
Mercedes Sosa.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
me dio dos luceros que cuando los abro
perfecto distingo lo negro del blanco
y en el alto cielo su fondo estrellado
y en las multitudes el hombre que yo amo.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
me ha dado el oído que en todo su ancho
graba noche y día grillos y canarios
martirios, turbinas, ladridos, chubascos
y la voz tan tierna de mi bien amado.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
me ha dado el sonido y el abecedario
con él, las palabras que pienso y declaro
madre, amigo, hermano
y luz alumbrando la ruta del alma del que estoy amando.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
me ha dado la marcha de mis pies cansados
con ellos anduve ciudades y charcos
playas y desiertos, montañas y llanos
y la casa tuya, tu calle y tu patio.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
me dio el corazón que agita su marco
cuando miro el fruto del cerebro humano
cuando miro el bueno tan lejos del malo
cuando miro el fondo de tus ojos claros.
Gracias a la vida que me ha dado tanto
me ha dado la risa y me ha dado el llanto
así yo distingo dicha de quebranto
los dos materiales que forman mi canto
y el canto de ustedes que es el mismo canto
y el canto de todos que es mi propio canto.
Gracias a la vida, gracias a la vida.
Mercedes Sosa.
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