lunes, marzo 10, 2014

El movimiento agrarista en Tanlajas y la formación de los ejidos. 1930-1945

En Tanlajas, hacia 1930, la mayoría de las propiedades estaban en propiedad de rancheros y hacendados. Pocas eran las propiedades que estaban en posesión de comunidades indígenas, en ese momento solo existían dos comunidades con plena posesión de su territorio. Estas eran la comunidad de Ojox y Jomte. Estas dos comunidades habían comprado la tierra en que estaban asentadas. Mientras que la mayor parte de la tierra estaba repartida entre los ranchos y haciendas en propiedad de los mestizos. 

Entre los mestizos del municipio la familia Larraga se destacaba por la posesión de varias propiedades, como la hacienda de San José del Tinto, La Labor, San Nicolás y La Concepción. Esta familia además jugó un papel importante durante la revolución en la huasteca potosina. El líder de la familia fue sin duda el General Manuel C. Larraga. Además de esta familia había otras familias de pequeños ganaderos que tenían algunas posesiones a destacar como Enrique Oliver socio mayoritario de la Compañía Agrícola de la huasteca. 

Este panorama va a cambiar radicalmente en un periodo aproximado de 15 años. En este dicho lapso se formaron 14 ejidos dando lugar a una importante redistribución de la tierra. El periodo de reparto agrario más intenso se dio entre 1938 y 1945, que coincide con el periodo del reparto agrario de Lázaro Cárdenas, inicia justo cuando tiene lugar el conflicto entre Cárdenas y Saturnino Cedillo pero continua hasta el periodo en que Miguel Alemán que comienza a tratar de frenar la reforma agraria y comienzan a publicarse los certificados de inafectabilidad ganadera. Es también la etapa de la consolidación de Gonzalo N. Santos en San Luís Potosí. Por tanto el movimiento agrarista en Tanlajas tiene que verse dentro de este contexto que describimos mas detalladamente en el primer capitulo. 

El periodo que va de 1934 a 1940 es llamado por algunos autores acertadamente como la era ejidal. Debido a que durante el gobierno del presidente Cárdenas se dio no solo el reparto agrario mas importante hasta esa fecha sino que además este reparto agrario se acompañó de la creación de otras instituciones que poyaran la producción agrícola así se creó la Comisión Nacional de Irrigación, se volvió a restablecer la banca ejidal. Estas políticas llevaron a una transformación real de la política agrícola y agraria de México, el ejido fue visto como el camino del desarrollo agrícola además se crearon los ejidos colectivos, donde antes dominaban la empresas extranjeras como en la comarca lagunera, la cuenca del Tepalcatepec. El cambio quizás mas sustancial fue que de ahí en adelante toda acción productiva en el ámbito rural se relacionaría de una u otra forma con el Estado. Así el mismo gobierno mexicano adoptó una ideología de un Estado basado en los campesinos. (Martínez Saldaña, 1990: 318) 

Ante esto, no hay que perder de vista el hecho de que el ejido fue la institución mediante el cual el Estado implementó la reforma agraria. Así el ejido se convirtió en un elemento central en la tradición selectiva a partir de la cual el Estado posrevolucionario construyó su legitimidad y aseguró su hegemonía. De esta manera el ejido, ha servido para subrayar su carácter popular, pero al mismo tiempo sirve para esconder el control que adquiere el estado sobre los campesinos y la producción agrícola. “Lo populista se apropia de lo popular para construir una imagen del estado como representante de la nación y de sus verdaderos hijos: el pueblo” (Nugent, 2002:178) 

El primer ejido en formarse en Tanlajas fue el ejido de Coromohom en 1931. Pero pasaron cerca de siete años para que iniciara un movimiento más amplio. El agrarismo se intensificó gracias a la intervención del Mayor Ezequiel Ahumada, Serapio Gutiérrez y Enrique Oliver. Estos tres personajes de algún modo representan el movimiento agrarista de Tanlajas. Cada uno tenía una formación y un origen muy distinto. Ezequiel Ahumada fue Mayor en el ejercito constitucionalista, en 1921 ayudo a Gonzalo N. Santos a combatir a los larraguistas en la huasteca. Estudio economía en la ciudad de México y fue presidente municipal de Tanlajas en 1928. Serapio Gutiérrez era Tenek de San José Xilatzen, fue juez auxiliar en su comunidad y en 1940 fue Presidente Municipal de Tanlajas, justo cuando el movimiento agrarista estaba en su apogeo. Finalmente Enrique Oliver “gringo” su padre era norteamericano y su madre era de Tanlajas, era además socio mayoritario de la Compañía agrícola de la huasteca ubicada en el predio de Santa Rosa. Los tres fueron muertos por los rancheros y a los tres se les recuerda por haber facilitado el reparto agrario en el municipio. De ellos tres el Mayor Ezequiel Ahumada parece que fue el impulsor de los agraristas de Tanlajas. La base de este movimiento estuvo en los guardias rurales. Estas guardias rurales se formaron en Tanlajas hacia 1927 para ir a combatir a los cristeros en Jalisco y Guanajuato. Es probable que los batallones hayan participado junto con Saturnino Cedillo. A su regreso muchos de los que participaron en la guerra regresaron con “su rifle y su caballo”. Además ya estaban entrenados en la disciplina y el manejo de armas, varios de los que fueron guardias rurales, luego los vamos a ver como los lideres de los comités agrarios locales. Las guardias rurales jugaron un papel central en la lucha de las comunidades por promover sus demandas agrarias. Durante el momento más álgido del conflicto, cuando los lideres fueron asesinados, fueron los guardias rurales los que defendieron a sus comunidades de los ataque de los guardias blancas que contrataban los rancheros. Uno de los secretos de su efectividad es la alianza que mantuvieron los guardias rurales de varias localidades para apoyarse mutuamente. 

Una de las causas que motivaron a los campesinos a luchar por la tierra era por los abusos que sufrían por parte de los rancheros. En el ejido de San Nicolás recuerda que los dueños los obligaban a trabajar pero no pagaban. Entre los trabajos estaba tumbar el monte, la siembra, la cosecha, hasta desgranar el maíz todo esto se hacia gratis. Además “cuando hacen la milpa antes de cosechar el maíz lo abren los ricos, lo abren para que coma el ganado, entonces tenias que circular con latas, con palos, tumbar cercas. ¿Quien va a acudir a defenderte? Por eso escucharon que había solicitudes con Lázaro Cárdenas y se apuntaron… El dueño vino aquí dijo ¿quien van a ser los solicitantes? Y entonces uno se levantó y ahí lo agarraron y lo pelaron de los pies luego lo mataron para hacerlos sufrir (Entrevista, ejidatario San Nicolás, 2005). 

Por su parte en San José Xilatzen recordaban que: “Un grupo de campesinos fue perseguido durante mucho tiempo por terratenientes... El grupo llegaba incluso a esconderse entre los matorrales, pero fueron muertos porque les pusieron una trampa; el problema que se suscitaba entre estos grupos era porque los campesinos querían obtener tierras de los terratenientes. Los pocos integrantes del grupo que quedaron vivos siguieron perseguidos durante muchos años hasta el momento en que se les entregaron las tierras.” (Notas de campo, 2004) 

De igual forma los ejidatarios de la Argentina comentaron que: “el ejido se solicitó un 18 de diciembre de 1938 y en esta época llegaron tres personas en la cabecera del municipio sin querer dar nombres por el peligro que corrían y dijeron- nadie va a decir a que hemos venido, sino que van a decir que venimos a comprar caballos, vacas, pollos para que no se den cuenta quienes somos-. En la casa de Juan Santiago estaban tres personas de las cuales tomaron rumbos diferentes para incitar a la gente a la petición de tierras... en el casco de la Argentina que vivía en la zona se cuidaban y las juntas se organizaban durante la noche” (Maisterrena, 2004).

Este ejido se formó quizás de una forma atípica pues Enrique Oliver era el socio mayoritario de de “La compañía agrícola y ganadera de la huasteca” donó la mayor parte de sus tierras para que se formara el ejido. Como quedó manifestado en el expediente agrario del Ejido La Argentina: “El señor Enrique Oliver, en numerosos escritos que obran en autos, tiene manifestada su conformidad absoluta para que se afecte el predio de Santa Rosa con excepción de un lote de 300-00-00 Has. Que desea conservar para el sostenimiento de su ganado que posee, con cuya petición están conformes los mismos vecinos de la Argentina y los solicitantes de los ejidos”. 

Al parecer el general Ezequiel Ahumada Mora fue un intermediario importante en este proceso de dotación de tierras. Sin embargo la información que tenemos sobre él es poca, proviene en su mayoría de testimonios orales pues hasta ahorita solo hemos encontrado un documento elaborado por él, en este documento firma como el representante de las Organizaciones Agrarias. El documento se dirige al C. ingeniero jefe de la brigada de ingenieros de la 12va zona agraria ubicada en Ciudad Valles, para recordarle que: “yo fui a hablar con usted el día que acordamos en Tantoval pero por circunstancias que no puedo mencionar no pudimos tratar la benida (sic) del ingeniero, pero le anticipo que tenemos el ejido de San José Xilatzen, el Barrancón, el May, La Concepción, La Cebadilla en San Nicolás, y Santa Martha es bastante trabajo pero ya todos están listos esperando la benida (sic) del ingeniero que se comisione para estos trabajos los estimaría mucho que les mandara uno que sea competente para allanar cualquier dificultad que se presente por los afectados, de mi parte le ofrezco auxiliar al personal que se comisione”.

En ese mismo documento menciona a Antonio Martínez, (en ese entonces era el presidente del comité ejecutivo agrario del ejido de La Concepción) como: “el representante en todos sus asuntos a los poblados indígenas de este mismo municipio que han solicitado dotación de tierras conforme a sus derechos, le suplico que de serle posible se active la formación del censo de población al poblado de referencia que es el único que ha quedado pendiente y de esta manera el ingeniero que venga a entregar las tierras solicitadas que lo haga también con este ejido para que quede resuelto el problema agrario en este municipio.” 

El Mayor Ezequiel Ahumada era una persona ligada políticamente con Gonzalo N. Santos, lo mismo que Enrique Oliver. En 1921 ayudaron a Gonzalo N. Santos a combatir a un grupo de indios huastecos que estaban liderados por Agustín Manitas en la selva de Malilija. Este grupo era el único de los larraguistas que estaba aún en armas. De hecho el reparto agrario en Tanlajas debe verse también en el contexto de las pugnas entre Gonzalo N. Santos y Manuel C. Larraga, pues gran parte de las haciendas y ranchos repartidos pertenecían a la familia Larraga. Si bien estos conflictos favorecieron el reparto agrario en Tanlajas, también le impusieron un límite, pues tal parece que el movimiento agrarista no fue más allá.*

Las versiones del asesinato de Ezequiel Ahumada no coinciden sobre el lugar donde murió. En lo que si concuerdan es que el asesinato lo llevaron a cabo dos sujetos que venían de Veracruz, pagados por los hacendados (sin mencionar nombres). Algunos recuerdan que luego del asesinato los gatilleros se fueron a emborrachar a una cantina en Tanlajas. De ahí tomaron camino de regreso hacia Veracruz. Decidieron irse por Santa Martha, “porque ahí hay puros indios” La noticia de que los asesinos del líder agrarista escapaban se supo de alguna forma por los campesinos de Santa Martha. Ahí un campesino que gustaba de cazar venado decidió esperarlos para dar muerte a uno y herir al otro. Este hecho fue de gran significado pues demostró a los hacendados que los campesinos también estaban armados y 
dispuestos a pelear. 

Con el asesinato del General Ezequiel Ahumada no se detuvo el proceso de solicitud de tierras, pues las solicitudes siguieron su curso y el movimiento ahora estaba liderado por Serapio Gutiérrez. A los pocos años los ejidos obtuvieron sus tierras. En algunas comunidades lo recuerdan como, “alguien que ayudaba a los campesinos a conseguir sus 
tierras”(Notas de campo, 2004) 

En el caso del ejido de La Concepción, hay referencias de que la primera solicitud de tierras del ejido de La Concepción en 1924. Un grupo de 24 vecinos de la comunidad indígena de Malilija solicitó tierras de la Hacienda de la Concepción, sin embargo, su petición no prosperó, fue hasta 1938 cuando se da todo este movimiento, que las solicitudes comenzaron a avanzar. De este tiempo hay algunos hijos de ejidatarios que recuerdan que: “Antes aquí la gente si la veían con un pedacito de lápiz los mataban los ahorcaban”. Esto por que los hacendados sospechaban que estuvieran haciendo algún trámite de tierras. 

En este proceso de lucha por la tierra, el ejido La Concepción obtiene su resolución provisional en 1940. “La comisión agraria mixta en sesión celebrada el 29 de junio, aprobó el dictamen emitido por el presidente de la misma, concediendo por concepto de dotación de ejidos al poblado de La Concepción municipio de Tanlajas, San Luís Potosí una superficie de 1,805 Has. De terrenos de agostadero con un 60 % laborable de los predios de La Concepción propiedad indivisa de la sucesión de Ignacio Lárraga, con 1,613 Has. De la misma calidad y del Tiyub de Gregorio Martínez con 190 Has. De igual clasificación”. 

Según la información que se puede extraer de los mismos expedientes agrarios al momento de hacer el censo ejidal nos describen la situación que guardaba en ese entonces el poblado. El pueblo estaba formado por 493 habitantes- todos indígenas huastecos- de los cuales había 103 jefes de familia. Entre ellos se eligieron a 136 individuos capacitados como ejidatarios. Antes de la resolución provisional eran arrendatarios los terrenos que cultivaban. El ejido no contaba con un área urbana definida pues los campesinos vivían diseminados en sus campos de cultivo. Entre los productos agrícolas estaba la caña de azúcar, y algunas frutas- aunque estas se cultivaban en poca escala- predominando para la subsistencia individual los cereales maíz y fríjol. El salario mínimo se calculó en $1.25. Las tierras fueron definidas como arcillo-limosas en sus partes bajas y arcillosas en sus partes altas y mesetas como calcáreas, con buenos agostaderos para la cría y engorda de ganado (en ese momento contaban con 85 cabezas de ganado mayor) Los terrenos estaban cubiertos por extensos bosques con maderas de todas clases entre ellas el ébano, cerón, cedro, chijol, palo de brasil. 

El ejido obtuvo la resolución provisional el 2 de septiembre de 1939, pero tuvo que pasar por un litigio de seis años para obtener la resolución presidencial el 28 de marzo de 1945. Con esto no terminaron los problemas de tierras del ejido, pues en el proceso perdieron 125-00-00 Has. El proceso fue así: Con la resolución presidencial se dotó al poblado de 1,803 –00-00 Has. Tomadas de La siguiente manera. 1,613-00-00 De la Hacienda de La Concepción, propiedad de la sucesión de Ignacio Lárraga, y 190-00-00 Has del predio de Tiyub de Gregorio Martínez; para beneficiar a 136 campesinos más la parcela escolar. Sin embargo los problemas empezaron cuando el 30 de junio de 1947 se ejecutó parcialmente la Resolución presidencial entregando solamente 1,627-00-01 Has. Tomando 1,437-60-00 de la dicha Hacienda y no las 1,613-00-00 que dictaba la resolución definitiva. Para enmendar el error, hubo una segunda posesión el 7 de febrero de 1948, en la que se dieron a los ejidatarios 50-00-00 Has que sumadas a las 1,437-60-00 dieron un total de 1,487-60-00 faltando por entregar 125-39-99 para completar la dotación total, esta falta de entrega se fundaba, en que la hacienda no tenia más tierras afectables. 

Estas tierras colindan al sur del ejido no han estado en disputa más allá de las solicitudes interpuestas en esa época. De ahí a la fecha solo hay una solicitud aislada que se hizo en 1977 solicitando la intermediación de la CCI el 9 dic de 1977, para tratar de recuperarlas, luego de esa fecha el asunto se ha archivado y no hay nadie que se interese por el asunto, con la confirmación de los planos del PROCEDE parece que hubo una aceptación implícita de aceptar los limites establecidos. 

La obtención de la Resolución Presidencial significaba para muchas comunidades el reconocimiento por parte del Estado del derecho legítimo sobre el territorio. Pero también significaba el reconocimiento de la hegemonía del Estado, tanto en términos agrarios como políticos. Hay evidencia etnográfica de comunidades que solicitaban la restitución de tierras antes que la dotación para no aceptar su subordinación al estado. Daniel Nugent describe muy bien esta situación en el caso de Namiquipa: “Muchas veces las peticiones de restitución se negaban pero el mismo territorio era concedido como dotación. En otras palabras cuando finalmente era otorgado un ejido, tenia que aparecer como un acto del Estado, un regalo al cual se esperaba que los campesinos expresaran gratitud, se mostraran a gradeados y en servidores del Estado (Nugent, 2002, 194) Así a partir del acto de entregar la Resolución presidencial el Estado hacia valer de su poder como el verdadero propietario del territorio nacional que se expresaba en el hecho de registrar los expedientes agrarios. 

En términos de la organización política el ejido como forma de organización social fue la base para un nuevo tipo de autoridad: “El comisariado de bienes ejidales”. Aquí quiero recordar este ejido se formó a partir de la reforma agraria. En este sentido, era por un lado una comunidad nueva, pues no tenía la antigüedad de comunidades como San 
Francisco Cuayalab. Sin embargo, no deja de ser interesante que una vez fundada se creara un sistema de organización social, con un juez, y un mayordomo, similar al de las comunidades cuyos orígenes se pueden encontrar en la época colonial. 

En La Concepción una de las figuras más importantes fue desde el principio el Comisariado de bienes ejidales. El primer comisariado del ejido fue también el principal promotor del grupo de solicitantes. Antonio Martínez según el testimonio de los algunos ejidatarios lo mencionan como, “el líder natural del grupo”. Esto parece confirmarlo su desempeño en la formación del ejido. En abril de 1937 Ezequiel Ahumada lo presenta como el representante de los pueblos que solicitan tierras en el municipio de Tanlajas. En ese año fue el presidente del comité ejecutivo agrario de La concepción. Posteriormente aparece como presidente de bienes ejidales en 1944 y dura en el cargo hasta 1947. Es en esos años, en que se lleva a cabo la Resolución presidencial y el deslinde definitivo, en momentos es cuando el trámite agrario se hizo más complicado sobre todo por la definición de los linderos del ejido. 

Muertos los principales lideres del movimiento como Ezequiel Ahumada y Serapio Gutiérrez, la CNC comienza a jugar un papel más protagónico en el reparto agrario y en la ulterior organización política de los campesinos de la región. Así el 15 de agosto de 1945 el comisariado ejidal se dirige al Senador Gabriel Leyva, Secretario general de la CNC para enterarlo: “de las gestiones que se esta haciendo ante las dependencias del Departamento agrario a fin de que se active la tramitación de la resolución definitiva de este ejido”. En este proceso también intervino la Liga de Comunidades Agrarias de San Luis Potosí. En noviembre de 1945 solicitaban al Delegado Agrario: “que se violente la tramitación de su expediente de dotación de ejidos que actualmente se encuentra en posesión provisional, por lo que encarecemos se sirva remitir este expediente debidamente integrado para su estudio y fallo definitivo. 

Luego de la muerte de los principales lideres agraristas como Ezequiel Ahumada, Serapio Gutiérrez y Enrique Oliver, parece que nuevamente los pequeños propietarios volvieron a hacerse del control del ayuntamiento. Así los lideres indígenas y agraristas fueron desplazados por los pequeños propietarios mestizos, quienes conseguían el control político a través de organizaciones como la CNC y la Liga de Comunidades agrarias de San Luís Potosí. 
Un proceso muy similar describe Emilia Velásquez en la Sierra de Santa Martha en Veracruz.: La otra forma de apoyo político que dio a un grupo que formaba parte de la gente de razón, es decir de los mestizos ricos el cual en 1947 desplazó el poder municipal a los agraristas de la región que habían adquirido fuerza en los años treinta. (Velásquez, 
2000: 113).

En este proceso hay varios documentos donde solicitan la intervención del Diputado Francisco Purata Hernández, que era entonces el Secretario General de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de San Luís Potosí. Así el 11 de julio de 1944, el comisariado ejidal Antonio Martínez se dirige ante el gobernador del Estado: “Suplicamos a usted con todo respeto que nos haga favor de dispensar en que distraigamos de sus altas atenciones por medio de estas líneas pero la urgencia nos obliga a hacerlo con el sentido de pedir se active la tramitación de la posesión definitiva para este poblado porque ya se llevó a efecto hace 5 años la dotación y hasta la fecha no nos han dado la posesión definitiva”. Un año después 11 de junio de 1945 nuevamente el comisariado escribía: nos interesa saber los tramites legales que se están llevando a cabo con motivo a la resolución definitiva de nuestro ejido, le transcribimos a usted lo anterior para manifestarle que no queremos ser engañados, que se nos diga lo que esta dentro de la justicia y de la verdad, ya que nosotros también tenemos derecho a poseer estas tierras porque desde 1937 estamos solicitando la dotación porque solo la poseemos en provisional”. El texto remitía copias al: Delegado del distrito agrario; al Diputado Francisco Purata Hernández, al Gral. Gabriel Leyva, Secretario de la Confederación Nacional Campesina y al Pedro Pozos Procurador de Asuntos Indígenas en Ciudad Valles. 

Luego de conseguir la resolución definitiva, parece que la CNC siguió siendo la organización a la que se dirigían los comisariados ejidales para la gestión de recursos y la solución de algunos problemas de tierras. Por su parte la comunidad parece que fue visitada en varias ocasiones por diputados del PRI en campaña. En este sentido vemos como la CNC empezó a ser la organización que llegó a capitalizar el movimiento agrarista para constituirse en la organización que permitía la intermediación entre los campesinos y el Estado nacional. Por su parte la persona de Francisco Purata, era una persona allegada a Gonzalo N. Santos, así lo refiere él mismo, en sus Memorias. (Santos, 1986: 610-611) 

La CNC creada en 1934 tuvo su periodo de apogeo en tiempos de Cárdenas, quien busco que las movilizaciones campesinas surgidas en diferentes regiones del país fueran centralizadas alrededor del Estado. En este sentido la CNC jugo un papel clave para encauzar las demandas rurales. Así durante el gobierno de Cárdenas y algunos años mas, esta organización fue la que se encargó de hacer las gestiones de tierras. De esta manera el amplio y complejo movimiento campesino que surgió en el país durante los años treinta al final fue guiado y encauzado dentro de la acción de esta institución. Fue el mismo Cárdenas quien la organizó y la puso bajo el control directo del poder ejecutivo y posteriormente bajo el partido oficial PRI. La CNC fue una organización beligerante hasta los gobiernos más reformistas de Ávila Camacho en adelante. Esto hizo que la mejor parte de las organizaciones campesinas se convirtieran en un movimiento politizado donde la demanda de tierra pasaba al defensa de la política agraria del régimen. (Martínez Saldaña, 1999: 321) 

 Así a medida que la CNC, se fortalecía en diferentes partes del país, el movimiento campesino fue perdiendo su fuerza política, como sugieren Bartra y Nugent, en la medida que los campesinos reconocieron el derecho del Estado como la instancia que tenia el control sobre la tierra, el agrarismo fue cooptado por el estado: “el Estado al establecer las reglas del juego transformaba, silenciaba e incluso negaba el empuje de los movimientos sociales. Desde la perspectiva el agrarismo era la ruta a través del cual el nuevo Estado era capaz de crearse una base sólida entre las masas. Los agraristas en el momento en que admitía su derecho a la tierra provenía el del Estado aceptaba su subordinación (Nugent, 2002: 178; Bartra, 1985: 23) 


* En sus Memorias Gonzalo N. Santos escribió: “Mientras esto sucedía, mande a Lucio M Lárraga acompañado de Chico Zúñiga, un indio huasteco tartamudo dependiente mió; del gringo Carlos Oliver, un joven rico, huasteco, muy trabajador, hijo de norteamericano y mexicana; de Ezequiel Ahumada, exmayor villista y verdadero líder campesino, y de su primo Marcial Lárraga y de los rurales de Villa Guerrero (hoy Tamuin) que el propio Lucio Larraga comandaba un numeroso grupo de indios a cuya cabeza iría Chico Zúñiga a que se arrastraran como culebras en la selva de Malilija, municipio de Tanlajas y con ordenes de que peinaran el monte hasta dar con el mentado Agustín Manitas que andaba en armas y había puesto varias emboscadas a las fuerzas del gobierno. Este Agustín Manitas no hablaba ni una palabra de español y era larraguista de hueso colorado. Les ordene que lo exterminaran junto con su gavilla de indios rebeldes. Agustín junto con su núcleo de 40 o 50 indios huastecos era el único que quedaba de los larraguistas en armas de la Huasteca. Para entonces el bandolero Manuel C. Larraga se encontraba desterrado en San Antonio Texas”. (Santos, 1986: 245, 251).


Hernández, Cendejas Gerardo Alberto. Tenek Lab Teje. Etnicidad y transformaciones agrarias en el ejido de La Concepción, Tanlajás, San Luis potosí. Maisterrena, Zubirán Javier (Dir.) Tesis de maestría en Antropología Social México. 2007. El Colegio de San Luis. Pp. 199-213.
Disponible en http://biblio.colsan.edu.mx/tesis/HernandezCendejasGerardoAlberto.pdf

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