jueves, octubre 06, 2005

También el alma tiene su cómplice: el mar, su doble, siempre renovado y que, como ella, abriga bajo una una brillante capa, bajo un techo dorado, sus riquezas insospechadas y tumultos.

Ensayo de explicacióm a El Cementerio marino de Paul Valery. Hecha por Gustave Cohen.

No hay comentarios.: