sábado, noviembre 13, 2004

A partir de esta fecha se ha iniciado dentro de mí un trabajo oscuro y complicado. Una savia recóndita se ha puesto en movimiento, allí en las más profundas raíces, atormentándose con el sentimiento de una renovación imposible. Débiles brotes tratan de abrirse paso a través de una corteza endurecida.
J. J. Arreola.

Y que bueno que hayas agitado mi interior. se cimbraron mis sentidos aquélla noche equivocada, cuando mirábamos la luna en lo alto de los edificios, cobijados con un cielo huidízo, al que nos entregamos, devorándonos los ojos.
Hoy descubro en tus palabras otras formas de decir te quiero. Como cuando me preguntas como estoy, como cuando me ofreces un dulce, como cuando me dices que no tienes tiempo para hablar, como cuando te quedas en silencio. Entonces sé que nuestro secreto te atormenta, que mi presencia te hace flaquear, entro a tu mundo destruyendo quimeras y desnudo ya no sabes en dónde ocultar tu pobreza.
Duros han sido los años buscando mi tierra. Condenado al exilio de tus besos y de tu cuerpo. A veces puedo sentir como mis entrañas se petrifican, ahogado en este mar de cardos, de cenizas y de recuerdos vanos.
Mas en tí se renovaron mis fuerzas, para seguir rompíendome los puños contra el humo, contra el espejismo, contra el vértigo, ahí donde la inmovilidad se aparentaba surgió el movimiento arrebatado del sentimiento.
por eso hoy, me consuela la simple idea de conversar contigo.

No hay comentarios.: