subirme al camión cargando mis petacas colmadas de curiosidad, respirar el cochino aire contaminado de la capital, confluir en las calles con miles de desconocidos y sentirme vagamente extraviado, transitar azaroso, con pies ligeros, alzar la mirada para descubrir una ventana abierta en la esquina, y soñar con mujeres de sexo húmedo confundiendose con el primer calor de la mañana, sonreír a un extraño con la ingenuidad de un provinciano, conversar con un viejo en la alameda, mirar a los mimos en los jardines, jugar con un niño a la pelota. Quiero oir idiomas que no sepa pronunciar imaginando las conversaciones con solo juzgar las expresiones de los amantes.
Quiero que el tiempo en el centro histérico de este país transcurra lento: para saludar a los viejos amigos, para disfrutar una pintura en el museo, para escuchar los sonidos de la ciudad, sus suspiros, sus reclamos, sus gritos, sus susurros nocturnos cuando todos fingen que descansan en altas camas.
El sábado por la mañana consquistaré al monstruoso Distrito y me robaré el corazón de sus gentes.
4 comentarios:
Sé que lo hará, claro que sí.
Saludos conocedores.
El Zórpilo.
pues no me importaria nada estar ahi, que bonita ciudad debe ser.
Wóralex! ta cabrooon!
Extraño mucho el DF...
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