Don Arnulfo era el velador en el hotel donde trabajé unos meses hace un año. Hicimos una increíble amistad basada en el respeto, la solidaridad y la confidencialidad. En las noches en que se me programaba la guardia, cuando la demanda de cuarto era menor, conversábamos hasta el amanecer compartiendo anécdotas y fragmentos de nuestras historias de vida. A pesar de mi juventud, nos comprendimos cálidamente.
Entonces me hablaba del viejo Tampico, aquél en el que se transportaba en tranvía, atravesando un puerto semi rural en el que igual encontraba edificios afrancesados y calles perfectamente trazadas, como humildes viviendas de campesinos avenidos a la ciudad en busca de oportunidades de escala social, con todas las carencias imaginadas.
En lo que hoy conforma en centro histórico vivían las familias burguesas, la mayoría de ellas migrantes españoles, italianos y chinos. Por aquellos años Khalo y Rivera se alojaron en el mas exclusivo hotel de la época. La salitre aún no carcomía las molduras de los edificios neoclásicos ni la gran inundación exilió a los poderosos a mudarse. Tampoco la prostitución, las cantinas y los comercios se habían instalado en las avenidas.
Don Arnulfo solía irse con sus amigos infantiles a nadar a la Laguna del Carpintero, donde las aguas eran cristalinas, el mangle crecía prodigioso y la fauna salvaje así como la pesca era abundante. Años después, recibió los desechos residuales del alcantarillado público, convirtiendo al lugar en un sitio insalubre cuyo fétido ambiente era bien conocido por los visitantes. Greenpeace presionó a los gobiernos municipal y federal, logrando que sus aguas fueran tratadas y restaurar el frágil ecosistema.
Sin embargo la ambición de los capitalistas lo privatiza todo. La naturaleza no es la excepción. Una iniciativa del gobierno municipal en coordinación de empresarios locales desea construir un complejo "turístico" en la laguna, quitándole a la población el único pulmón verde de la ciudad. Los trabajos han comenzado y el escenario es realmente desolador, donde antes crecía el mangle se encuentran desechos de construcción rellenando el terreno.
La acción de la sociedad civil ha tratado de detener el ecocidio, pero la represión policíaca y la intimidación han podido más que el uso del juicio moral y la razón. Las generaciones futuras tienen derecho de disfrutar de la naturaleza tal y como nosotros lo hacemos, por tanto es conveniente preservarla y no permitir que se modifique por caprichos monetarios y fines políticos.
Un abrazo de solidaridad por los compañeros de La Otra Campaña en Tamaulipas, que fueron privados de su libertad por oponerse a la irracionalidad de los poderosos.
4 comentarios:
Y no entendemos, el frío cada vez cobra más víctimas, la sequía cada vez es más intensa, pero seguimos arrojando toda clase de porquería a la atmósfera y al mar.
Terminarermos como los mayas, en un auténtico ecocidio.
Saludos preocupados.
El Zórpilo.
Tengo una pregunta para ti...
En una de sus últimas participaciones en el Coloquio que se realizó en San Cristóbal de las Casas, el sub dijo, respecto a las mujeres zapatistas, que primero son eso, zapatistas y luego, mujeres.
Jum. Hizo que la ceja derecha se elevara.
¿tu qué opinas?
remo:
las preocupaciones en torno al ecocidio son diversas, a uno no le queda mas que levantar la voz, hablar de ello, denunciar y algunos, como los compañeros activistas, perder la libertad. vea usté estas nevadas e inundaciones.... el fin del mundo?
vanto:
mmm. pos primero se es mujer ¿que no? es una condición que no se elige... bueeeno, existe la reasignación de sexo pero solo para unos cuantos y la modificación genética pos todavía tiene muchos candados. el zapatismo es una elección... como que esos idealismos de pronto cobra tintes extremistas muy pendejos y mire que me gustan algunas posturas del EZLN.
gracias por los comentarios
Amigo:
Desde Chile observo como los ecocidios marcan a toda nuestra América Morena, el capital se asocia con el poder político y quienes deberiamos tener ese poder finalmente perdemos, por intereses mezquinos, o sólo por llenar los bolsillos de algunos pocos, mientras los demás perdemos patrimonio, naturaleza y por que no decirlo, belleza y naturalidad.
Un abrazo desde el Sur del Mundo.
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