Griselda.

Me ve llegar y sin importar el tiempo sin vernos
me recibe con su mas honesta sonrisa
y me abraza.
Entonces permanece conmigo
y nunca me hace reproches gravosos,
Me toma de la mano
y nos vamos al huerto a jugar
donde el tiempo se alarga
con el canto de sus risas.
Cuando me siento a comer me mira divertida,
bebe de mi agua con su mirada,
y al dormir me arropa con alargados besos.
En mis piernas se sienta y le cuento del mundo,
se sorprende con la lluvia, el ocaso y las caprichosas nubes
hasta rendirse de sueño en mis brazos.
Si me sorprende queriendo huir sin despedirme
presurosa dirige sus pasos a mi encuentro,
no me dice nada,
solo sonríe y alarga su mano en el viento
hasta que la visite de nuevo.
Así es mi prima Griselda y por eso la quiero mucho.