"Esta es mi muerte" dijo.
El sol se fue volteando sobre las cosas y les devolvió su forma. La tierra en ruinas estaba frente a él. Vacía. El calor caldeaba su cuerpo. Sus ojos a penas se movían; saltaba de un recuerdo a otro, desdibujándo el presente. De pronto su corazón se detenía y parecía como si también se detuviera el tiempo y el aire de la vida [...]
Sintió que unas manos le tocaban los hombros y enderezó el cuerpo, endureciéndolo.
-Soy yo, don Pedro
-dijo Damiana-. ¿No quiere que le traiga el almuerzo?
Pedro Páramo respondió:
-Voy para allá. Ya voy.
Se apoyó en los brazos de Damiana Cisneros e hizo intento de caminar.
Después de unos cuántos pasos cayó,
suplicando por dentro; pero su decir una sola palabra.
Dio un golpe seco contra la tierra y se fué desmoronando
como si fuera un montón de piedras.
1 comentario:
que lindo!!!!
pedro paramo uno de mis libros favoritos, me encanta.
es siempre bueno leer a rulfo.:)
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