Al cumplir una semana de labores en la empresa donde logré colocarme gracias a que nadie deseaba ocupar mi puesto, el gerente me llamó a su diminuta oficina, para interrogarme:
-"¿Ya conoces al Sr. Garza?" preguntó con un dejo de soberbia, esa que tienen los que suelen tutearse con los poderosos, sintiendo su cobijo protegiéndoles los pasos.
-"Ah... no, no he tenido el gusto". Respondí un tanto curioso de saber la identidad del insospechado personaje.
-"Mira ve". Dijo haciendo con su cabeza una seña para que dirigiera la mirada hacia la pared, de donde pendía un descomunal retrato de un vejete sonrientemente calvo. -"Te presento Al Sr. Garza, el es el dueño de la empresa ¿eh?". añadió orgulloso.
Desde entonces entendí que trabajo para una fotografía viviente, lujosamente enmarcada, que igual se enoja, se alegra, dirige, negocía y nos explota sin misericordia ni remordimientos, y todas esas pasiones humanas emanan de su imagen sin desgastar su sonrisa capturada en papel y química....
1 comentario:
Esperemos que ese retrato no sea como el de Dorian Grey...
Saludos fotográficos.
El Zórpilo.
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