Para que haya arte, para que exista unaación y una contemplación estéticas cualesquiera, se requiere una condición fisiológica previa: la embriaguez. La embriaguez tiene que haber aumentanto primero la excitabilidad de toda la máquina: sin esto no es posible el arte. Todas la clases de embriaguez, por muy dierente que sea lo que las determine, tienen el poder de conseguir esto; sobre todo la embriagez de la excitación sexual, que es la forma más antigua y primitiva de embriaguez. También hay que incluir la embriaguez que hay detrás de todo gran deseo, de toda pasión intensa; la embriaguez de la fiesta, de la contemplación, del acto de valentía, de la victoria, de todo movimiento extremado; la embriaguez de la crueldad; la embriaguez de la destrucción; la embriaguez primaveral, por ejemplo, o la debida al efecto de los narcóticos; por último, la embriaguez de la voluntad, la embriaguez de una voluntad plena y saturada.
Friedrich Nietzsche.
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