viernes, enero 16, 2009
Náufrago en este frío invernal
Me dejo llevar por la marea de extraviados por las calles
bajo un cielo gris de smog y vientos traídos por Mam.
El dolor se filtra por los huesos.
Huérfano,
envidio al loco hurgando en la basura no sé que papeles,
sin temor,
sin frío,
con mucha hambre
y suficientes pasos para calentarse el estómago.
La sonrisa de esa anciana en la sala de espera entibia el alma,
la mueca en el rostro de todas las abuelas.
Me dan ganas de tejer chambritas que calcen con la tristeza.
Esta ciudad parece más deprimida de lo que siempre ha estado.
Y la eterna paranoia
arrastrando a la gente a no se qué perseguidas avenidas.
y entonces suavecito llueve, como no queriendo la cosa.
No volveré a salir a caminar sin calcetas.
Me dejo llevar por la marea de extraviados por las calles
bajo un cielo gris de smog y vientos traídos por Mam.
El dolor se filtra por los huesos.
Huérfano,
envidio al loco hurgando en la basura no sé que papeles,
sin temor,
sin frío,
con mucha hambre
y suficientes pasos para calentarse el estómago.
La sonrisa de esa anciana en la sala de espera entibia el alma,
la mueca en el rostro de todas las abuelas.
Me dan ganas de tejer chambritas que calcen con la tristeza.
Esta ciudad parece más deprimida de lo que siempre ha estado.
Y la eterna paranoia
arrastrando a la gente a no se qué perseguidas avenidas.
y entonces suavecito llueve, como no queriendo la cosa.
No volveré a salir a caminar sin calcetas.
martes, enero 06, 2009
Los inicios.
Dicen que el tiempo es homogeneo, que siempre le buscamos contrastes a esta línea blanca e insípida a la que llamamos vida, ahí inventamos la temporalidad de nuestra existencia, agregamos nuestra experiencia subjetiva a las situaciones vitales, algunas breves, fugaces, poco significativas, otras de duración variable y mas complejas. Dice Rosa Elena que nos eforzamos por evitar la sensación de vacío de forma barroca. Pinceladas aquí y allá, colores estridentes, líneas, puntos suspensivos, una pared publicitaria usada una y otra vez, amontonamos recuerdos, experiencias, suenos, los pendientes del super y la semana.
Marcamos entonces en esa línea fracciones. Y a ellas las solemos llamar transiciones. Y ahí está el nacimiento de sobrino, la boda del hermano, las vacaciones en un punto geogáfico que recorremos con avidéz, el fin del noviazo y el inicio del matrimonio o por lo menos de la vida en pareja, las muertes, los ritos, los cultos a la fecundidad, el cambio de residencia, el nido vacío.
Todo esto ha sucedido en los últimos seis meses de mi vida. Nací en los ochenta, en medio de una profunda crisis económica (no es la primera y tampoco la última), un momento de transiciones en la forma de pensar, en las modas, en los sonidos, en las formas de entender la salud y la sexualidad. Vuelve la crisis económica y vuelvo a pasar de una etapa a otra. Y entonces la línea del tiempo se curva, parece mas bien una elipse, si asciende o desciende da lo mismo, los tiempos se repiten en lo esencial, lo demás es puro maquillaje.
Comienzo el tiempo ya no en la huasteca. Ese lugar ya conocido, ya caminado, comienza a quedarse en mis memorias y comienzo a reconocer y a caminar en la ciudad mounstro, en la hiedra de mil cabezas que es la Ciudad de México, la Gran Metrópoli, la Torre de Babel.
Y qué provinciano no se siente intimidado con la hiper violencia de esta ciudad. La amamos y la odiamos al mismo tiempo. Nos conglomeramos aquí, en este breve espacio, apilados unos con otros como cadáveres vivientes en esta gran morge. La competencia es feróz, una vorágine irracional, el escaparate de los suenos rotos y vueltos a remendar.
Me entusiasma esta nueva etapa de mi vida. Tengo la sensación de haberme quedado muchos días atrapado en ilusiones. Hoy vuelvo a tomar las riendas de mi vida, si antes me apasionaba andar por la vida sin un destino predeterminado, oliendo las flores a mi paso, impresionado por algún suceso extraordinario: el canto de un ave, el baile triste de una puta ebria en una cantina anónima, la despedida de dos enamorados, el reencuentro con el amigo de antano; ahora es tiempo de trabajo y esfuerzo por materializar mis suenos. Gusto me da tener 28 anos de vida y sentir que mi proyecto de vida está saliendo como lo pedí.
Amigos: vivo con el hombre inteligente, sensible y enamorado con el que me visualizé en el pasado. Estoy compitiendo para hacer un diplomado sobre Disidencia sexual y manejo del VIH-SIDA y por una maestría en Antropología Médica o Medicina Social. Me sudan las manos, habrá que picar muchas piedras, grandes, gordas. Demanda esfuerzo y disciplina, hacer hábitos. Apasionante la forma en que nos complicamos al crecer. Hoy como nunca me doy cuenta del valor que tienen los suenos y ruego porque nunca deje de hacerlo, revitaliza al alma, nos da sentido.
En esta ventana al mundo serán testigos de esta historia que a penas se escribe. Ya evaluaremos después el saldo desde la trinchera. Mis mejores deseos para todos.
Marcamos entonces en esa línea fracciones. Y a ellas las solemos llamar transiciones. Y ahí está el nacimiento de sobrino, la boda del hermano, las vacaciones en un punto geogáfico que recorremos con avidéz, el fin del noviazo y el inicio del matrimonio o por lo menos de la vida en pareja, las muertes, los ritos, los cultos a la fecundidad, el cambio de residencia, el nido vacío.
Todo esto ha sucedido en los últimos seis meses de mi vida. Nací en los ochenta, en medio de una profunda crisis económica (no es la primera y tampoco la última), un momento de transiciones en la forma de pensar, en las modas, en los sonidos, en las formas de entender la salud y la sexualidad. Vuelve la crisis económica y vuelvo a pasar de una etapa a otra. Y entonces la línea del tiempo se curva, parece mas bien una elipse, si asciende o desciende da lo mismo, los tiempos se repiten en lo esencial, lo demás es puro maquillaje.
Comienzo el tiempo ya no en la huasteca. Ese lugar ya conocido, ya caminado, comienza a quedarse en mis memorias y comienzo a reconocer y a caminar en la ciudad mounstro, en la hiedra de mil cabezas que es la Ciudad de México, la Gran Metrópoli, la Torre de Babel.
Y qué provinciano no se siente intimidado con la hiper violencia de esta ciudad. La amamos y la odiamos al mismo tiempo. Nos conglomeramos aquí, en este breve espacio, apilados unos con otros como cadáveres vivientes en esta gran morge. La competencia es feróz, una vorágine irracional, el escaparate de los suenos rotos y vueltos a remendar.
Me entusiasma esta nueva etapa de mi vida. Tengo la sensación de haberme quedado muchos días atrapado en ilusiones. Hoy vuelvo a tomar las riendas de mi vida, si antes me apasionaba andar por la vida sin un destino predeterminado, oliendo las flores a mi paso, impresionado por algún suceso extraordinario: el canto de un ave, el baile triste de una puta ebria en una cantina anónima, la despedida de dos enamorados, el reencuentro con el amigo de antano; ahora es tiempo de trabajo y esfuerzo por materializar mis suenos. Gusto me da tener 28 anos de vida y sentir que mi proyecto de vida está saliendo como lo pedí.
Amigos: vivo con el hombre inteligente, sensible y enamorado con el que me visualizé en el pasado. Estoy compitiendo para hacer un diplomado sobre Disidencia sexual y manejo del VIH-SIDA y por una maestría en Antropología Médica o Medicina Social. Me sudan las manos, habrá que picar muchas piedras, grandes, gordas. Demanda esfuerzo y disciplina, hacer hábitos. Apasionante la forma en que nos complicamos al crecer. Hoy como nunca me doy cuenta del valor que tienen los suenos y ruego porque nunca deje de hacerlo, revitaliza al alma, nos da sentido.
En esta ventana al mundo serán testigos de esta historia que a penas se escribe. Ya evaluaremos después el saldo desde la trinchera. Mis mejores deseos para todos.
domingo, enero 04, 2009
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