El canto del Golfo.

La lluvia cincelando los rostros de los asistentes al cierre de la gira por México de Manu Chao y su Radio Bemba Sound System, no pudo detener la llegada de los convocados al Foro Sol. Culebras eléctricas se ramificaban por los cielos. De nada sirvieron los impermeables contra las travesuras de los tlaloques.

La maldita Vecindad abrió el concierto con elegancia pachuca. Las consignas políticas provocaron gritos desesperados, mentadas de madre contra los gobiernos opresores, El Faquir se apoderó del público y los hizo bailar, hipnóticos, chocaban los cuerpos unos con otros, contagiados por la mística musical, el ska sabrosón, las chelas derramadas en el slam fueron inevitables pérdidas etílicas.

En el intermedio mi vejiga protestó por la ingesta de alcohol. Javier y Monique me acompañaron a los baños, ".no vaiga ser de malas que nos perdamos". El baño de los hombres se vistió de fisiológica impaciencia: "-pa cagar, a su casa", "oraaaa quiero miaaar", "déjate de chaquetear, cabroooon" Los minutos se nos hicieron lentos y el esfínter a punto de relajarse en cualquier momento. Con la luz de los negocios y los baños observé la bien conocida mirada perdida, enrojecida, extraviada en cavilaciones oníricas. Mariguana: Ilegal.

Tres jovencitos de entre 13 y 17 años formados detrás de mi conversaban de su experiencia de iniciación:

"-Me siento mal"

-"Es normal, te ataca no'mas un rato wey"

- "¿cómo se me ven los ojos?"

-"que oso, imagínate estar haciendo eso allá con toda esa gente, mejor hacerlo encerrados en el baño."

-"¡¡me siento bien pacheco!!"

Dejó de llover.

Exploramos las gradas del estadio. La vista era fenomenal, el viento soplaba fresco, miles de manos con el puño izquierdo levantado, las cientas de cámaras digitales grabando el video para acreditar legalmente haber estado ahí, en el epicentro del temblor.

Las luces se volvieron a apagar. manu chao, apareció equipado con toda la energía de su radio bemba, de inmediato comenzamos a saltar, a danzar, coreamos todas sus canciones, sus consignas se solidarizaron con todas las causas: los zapatistas, los bolivianos, miles de mentadas de madre contra Bush. Los puños bien cerrados, bien agitados, le cantamos a la paz, a los migrantes, a los pobres, a los campesinos, a la esperanza. Pase lo que pase, ultima estación: Esperanza.

Se despidió unas tres veces mismas en las que regresó y recibió la ovación de los ahí congregados. Al final, un discurso por los protagonistas del caso Atenco, palabras celebrando la libertad, la posibilidad de un mundo mejor, exhortaciones a no quedarse callado, a levantar las voces, a denunciar toda injusticia, a hacer frente común en la defensa de nuestros derechos.

"...sing something good to me, this world go crazy, it's an emergency..." El olor a petate quemado ascendió al cielo para detener la ira de Tláloc, apaciguado y con los ojos rojos, nos sonreía entre las nubes peleándonos sus enormes colmillos complacidos. Nosotros al final nos fuimos por la carretera, pisando un sendero de condones usados: ¿quien dijo que la música no provoca el deseo protegido?