Aproveché el ligero fresco marino que invadía al puerto en la noche para conseguir una pulcera del set que dará infected mushroom esta noche, antes de que el dinero se me terminara. Caminé por las oxidadas calles que consumían mis pasos presurosos. Una decrépita cajera del OXXO no tenía ni la mas puta idea de lo que le estaba preguntando, mascuyó con apatía y decidí salirme maldiciendo que las puertas no fueran frágiles para azotarlas con toda mi mala leche. Ni modo, tenía que conseguir la entrada así que recorrí las plazas. En el jardín frente a catedral merodeaban chacalones, chichifos y divas que especulaban en las carnes de los que transitaban a deshoras por ese terruño del que se habían apoderado. Nada interesante, la búsqueda me frustraba aún más porque nadie parecía entender mis palabras, las preguntas se repetían con un ligero toque de hastío por el monótono discurso.
Abatido, malherida mi suerte, me dirigí al Ricardos bar, un antrucho de mala muerte que un amigo documentalista me recomendó a principios de año y del que me hice asiduo cliente cada vez que vengo al puerto. La extensa flora y fauna de freaks tampiqueños acestaban la diminuta pocilga decorada con posters y souvenirs del atlético América... al entrar todas las miradas me examinaron, mis rotos y desgastados jeans contrastaban con los trapos seudo fashion de los parroquianos, en la rockola sonaba mónica naranjo, me colé en un pequeño espacio libre de la barra, no había lugar, pronto, una cerveza, montejo por favor, la bebo de prisa, quiero sacarme este agrio sabor de boca con mas amargura, quizá así logre anesteciarme.
Me pongo paranoico, todos me miran, otra cerveza, por fin se desocupa un lugar donde no estorbo el paso de los meseros. Alguien pone a Metálica en el reproductor, me distraigo mirando el video, agito mi cabeza como miro hacerlo al guitarrista en cada riff, me siguen mirando. Continua la misma música sosa que hace bailar a una pareja de lesbianas a mi lado, una de ellas agita su melena y me parece una hembra maravillosa, bramando encelada, intento pedir mi tercer cerveza, alguien se adelanta y me envía mas agua mareadora. Indago con el mesero: te la invita el de allá. Gesticulo un salud a la distancia. Sigo pensando en cómo conseguir la entrada para esta noche. Sé que quiere acercarse.
El tipo se aproxima, es una persona madura, me palmea la espalda, me interroga, respondo con flojera, me invita a sentarme con él. Más cervezas, me presenta a su "amigo", coquetea conmigo, me río, insiste en convertirme en un florero. Propone ir a la playa. Cambia de planes, me invita a su departamento. Voy al baño, te acompaño, espera, dame un beso, es que no te puedo besar en público, tengo que mantener mi imagen, me vuelvo a reír mas fuerte. Su amigo me examina, estás muy rico papi, gracias, no en serio, ok. Salud entonces, bebemos.
¿Quieres que vayamos tú, mi amigo y yo? me da igual. Su amigo se tambalea y baila como poseído. Nos vamos, una patrulla nos detiene, todo está bien, soy abogado, que bueno, conversaciones que no entiendo, me concentro en la ciudad de noche. Entramos a la casa, es pequeña, se desnudan, los beso alternadamente, se escuchan nuestras respiraciones agitadas, sudor, quejidos, sombras, yo quiero, ponte un condón. Me gusta como besa su amigo, me concentro mas en él, llegan al clímax ruidosamente, prendo un cigarrillo con apatía. ¿Quieres cenar? no. Me tratan con mucho interés, no me acostumbro a ser tratado con cordialidad. Busco al amigo, nos besamos, el se da cuenta que ya perdí el interés. Vamos a dormir, entro a la habitación del amigo, charlamos, presto me hace confesiones a medias. ¿Cuánto me vas a cobrar? me río estrepitosamente, en franca carcajada, creen que soy un chichifo. Es amor al arte. Tenemos sexo, salvajemente, sudamos, adoro la textura de la piel macerada con ácidas gotas de sudor. Abrazame.
¿Cuándo te vas? mañana, que lástima, dame tu número, anótalo. Se baja del coche pero antes me besa tiernamente. Camina sin mirar atrás. Su novio me acerca a la ciudad, me confiesa cuánto le ama. Yo no digo nada, pienso en una promesa que comienza a envejecer. te veré de nuevo.
Abatido, malherida mi suerte, me dirigí al Ricardos bar, un antrucho de mala muerte que un amigo documentalista me recomendó a principios de año y del que me hice asiduo cliente cada vez que vengo al puerto. La extensa flora y fauna de freaks tampiqueños acestaban la diminuta pocilga decorada con posters y souvenirs del atlético América... al entrar todas las miradas me examinaron, mis rotos y desgastados jeans contrastaban con los trapos seudo fashion de los parroquianos, en la rockola sonaba mónica naranjo, me colé en un pequeño espacio libre de la barra, no había lugar, pronto, una cerveza, montejo por favor, la bebo de prisa, quiero sacarme este agrio sabor de boca con mas amargura, quizá así logre anesteciarme.
Me pongo paranoico, todos me miran, otra cerveza, por fin se desocupa un lugar donde no estorbo el paso de los meseros. Alguien pone a Metálica en el reproductor, me distraigo mirando el video, agito mi cabeza como miro hacerlo al guitarrista en cada riff, me siguen mirando. Continua la misma música sosa que hace bailar a una pareja de lesbianas a mi lado, una de ellas agita su melena y me parece una hembra maravillosa, bramando encelada, intento pedir mi tercer cerveza, alguien se adelanta y me envía mas agua mareadora. Indago con el mesero: te la invita el de allá. Gesticulo un salud a la distancia. Sigo pensando en cómo conseguir la entrada para esta noche. Sé que quiere acercarse.
El tipo se aproxima, es una persona madura, me palmea la espalda, me interroga, respondo con flojera, me invita a sentarme con él. Más cervezas, me presenta a su "amigo", coquetea conmigo, me río, insiste en convertirme en un florero. Propone ir a la playa. Cambia de planes, me invita a su departamento. Voy al baño, te acompaño, espera, dame un beso, es que no te puedo besar en público, tengo que mantener mi imagen, me vuelvo a reír mas fuerte. Su amigo me examina, estás muy rico papi, gracias, no en serio, ok. Salud entonces, bebemos.
¿Quieres que vayamos tú, mi amigo y yo? me da igual. Su amigo se tambalea y baila como poseído. Nos vamos, una patrulla nos detiene, todo está bien, soy abogado, que bueno, conversaciones que no entiendo, me concentro en la ciudad de noche. Entramos a la casa, es pequeña, se desnudan, los beso alternadamente, se escuchan nuestras respiraciones agitadas, sudor, quejidos, sombras, yo quiero, ponte un condón. Me gusta como besa su amigo, me concentro mas en él, llegan al clímax ruidosamente, prendo un cigarrillo con apatía. ¿Quieres cenar? no. Me tratan con mucho interés, no me acostumbro a ser tratado con cordialidad. Busco al amigo, nos besamos, el se da cuenta que ya perdí el interés. Vamos a dormir, entro a la habitación del amigo, charlamos, presto me hace confesiones a medias. ¿Cuánto me vas a cobrar? me río estrepitosamente, en franca carcajada, creen que soy un chichifo. Es amor al arte. Tenemos sexo, salvajemente, sudamos, adoro la textura de la piel macerada con ácidas gotas de sudor. Abrazame.
¿Cuándo te vas? mañana, que lástima, dame tu número, anótalo. Se baja del coche pero antes me besa tiernamente. Camina sin mirar atrás. Su novio me acerca a la ciudad, me confiesa cuánto le ama. Yo no digo nada, pienso en una promesa que comienza a envejecer. te veré de nuevo.
3 comentarios:
¡Gulp!, sin palabras.
¿Quién soy yo para juzgar?, si así te sientes bien, pues síguele y disfrútalo.
Saludos.
El Zórpilo.
Pues que onda, mi Raxta, yo tampoco, juzgo, porq esas son jaladas, (las de juzgar), espero en buena medida que aya sido muchisimo mas placentero, tu eclipse salvaje, que el no visto concierto de infected mushroom, como siempre, te las arreglas muy bien, para entrar al despiadado inframundo de Tampico, y de cualquier, ciudad, jajaja me dan risa tus palabras, porq apesar de que tienen un toque de verdad, no dejan de ser alegoricas categorias de los personajes urbanos que nos puede entragaruna noche, esto viene a ser el vaiven de la vida, una verdad carroñera, q existe en el cobijo de la noche, amiga sincera de la hipocresia, y amante nocturna de la estupidez, porque bien sabemos que cuando raya el sol, todos tratamos de scondernos en nuestras madrigueras, para q no nos vean los ojos maldicientes de la sociedad arcaica. Todo por una buena imagen como tu deciis en tu post. Ni modo esta vida esta plagada de viejas fotografias que se renuevan constantemente y q nunca sucumben al abate del tiempo.
Un abrazo amigo, como siempre sabes q te qiero un gustazo haber ocmpartido una noche efimera con usted en este puerto de caricatura!!
atte
Ronnie Valencia
agradezco las sinceras palabras y tienes razón ronnie, sabes como me seducen esos personajes bizarros, aprisionados en sus propios juegos mentales. claro que hay elementos autobiográficos en el relato, sinembargo esta experiencia está muy lejos de haber concluído, jejeje.
el troquín de infected??? ufff aún no puedo ordenar mis ideas (casi voy llegando a casita) como para comentar sobre la música de este dúo isrraelí, solo les puedo decir que nos dió unos buenos azotes musicales para mi delicia.
vuelvo al puerto este próximo fin de semana.
saludos a todos!!
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