Mi madre será madrina de un egresado de primaria. La usanza huaxteca es la de conseguir padrinos para casi todo evento imaginable. Puede haber padrino o madrina hasta de calzones, jejeje y nos es broma.
La costumbre es que quien desea ser apadrinado debe ir a hablar con los posibles padrinos a su casa, llevando consigo tamales, pan, refrescos, agua ardiente, aves de corral y abundante comida. Solo de esa forma se asegura una respuesta afirmativa.
Cuando se pide a una novia, los padres de ésta pagan un dote, así que si para la familia del novio no es suficiente, se les despide hasta tres veces, cuando han satisfecho las necesidades de la familia. Esto incluye granos, bestias domesticadas, bebidas, enceres menores, dinero, especias, aves de corral y abundante comida.
No es raro que gran parte de la comunidad participe apadrinando a una persona, generalmente los gastos para organizar las fiestas se distribuyen entre los conocidos, vecinos y amigos cercanos. Resulta muy chistoso cuando en los spots de radio, los desposados agradecen a una interminable lista de padrinos, ante la imposibilidad en tiempos, dinero y esfuerzo para hacerlo personalmente.
En esta ocasión los padres del niño que egresa de la primaria son de muy humilde orígen. Su tradición les indicó cubrir a duras penas el protocolo, y aunque para mi madre esta costumbre no es significativa, para mi me resulta sumamente interesante porque de esa forma se trazan alianzas estratégicas con los demás integrantes del grupo comunitario y hasta se trazan líneas de parentezco con las comunidades aledañas.
Durante las fiestas siempre participa toda la comunidad en la organización y fungen como anfitriones ya que uno casi nunca recibe invitación escrita, por lo que se reciben visitas de los pueblos vecinos.
En la huaxteca cualquier pretexto para hacer el huateque es válido, ¡¡y padrinos sobran!!
lunes, junio 27, 2005
lunes, junio 20, 2005
Pronombres Personales.
Roberto Diego Ortega.
Je est un autre.
-Arthur Rimbaud.
l
YO
La sed en la conciencia se pregunta
dónde se mueve o existe el yo despavorido
como una conjetura, punto de dispersión y fuga:
como un espantapájaros, es pasmo, un vacío
- yo para ser el mismo
tendría que ver en mi reflejo la otra historia,
ser a tarvés de los espejos
y sobre todo ver desde tus ojos
para reconocerme,
para evadir las emboscadas
y saberme a salvo, ser otro
a través de los otros, mis cómplices,
y desbrodar cada frontera,
desconocer, simplemente olvidarla
para quemar las naves de aquél
a quien pensé que conocía:
el extranjero, la presencia en vilo
y su ración de atributos falaces.
Mi yo se difuma paso a paso,
indaga entre sus posibilidades,
me transfigura en el prófugo de mis instantes.
ll
TÚ
(Entonces yo quisiera interrogar la aparición:
si el otro me define
tú cumples el reloj de mi existencia.)
La segunda persona conjuga en el espejo
el ser donde otro ser se reconoce -y por eso
tú eres el pronombre más extenso y preciso;
en ti se ha consagrado la piedra de salvación
que induce la deriva imaginaria
y niega las fronteras monótonas,
los mapas de la "realidad" o de la "costumbre".
Porque eres el sabor y el alimento, el calor
ausente del destierro de la infancia.
Estoy en la semilla del paisaje
porque si no existieras -lo sé- no habría nadie.
Tampoco existiría la intimidad.
(Vasos comunicantes de este mundo,
el eslabón del habla te menciona
con el emblema de la luz y la catástrofe).
La figura que esquiva la sospecha,
un tanto solapada, así como el depredador
que merodea la presa o el botín
lll
ÉL
y en su momento la carroña, pues él
-embozado, decisivo y ajeno-
jamás conjugará con el nosotros.
Aunque nos pudo brindar la redención
como el amigo, el hermano, inclusive el Mesías
-ninguno de ellos será más ajeno.
El nómada que se apodera de la tierra hostil
y no tiene remedio si es semejante a otro.
(Nosotros y los otros urdimos el estigma).
Él no llega sin tu voz o la mía
y la promesa de una conciliación
se vuelve la señal ilusoria, delirante
que desde el artificio nos miente o desengaña,
teatro de sombras que delata
los móviles destellos del pronombre.
lV
ELLA
Una persona que no logro alcanzar,
una mujer que nunca será mía del todo
-nadie pertenece nunca del todo.
Si abre los ojos
el mundo se inagura esta mañana.
Intuyo el sueño bajo sus párpados cerrados.
La calle reposa más allá de este refugio.
Porque la travesía deshecha el insomnio
no podrá ser capaz de comprenderla,
ella, inmersa en la carne de su vida
-el continente de su cuerpo- está en otra parte.
Cuando ella se abandona en el abismo de la piel
renace y se despierta en el deseo,
un eco recurrente al amanecer.
(Disfruto el aroma inconfundible del otoño.)
-Pero ella se abisma en la plomada de sus ojos.
Ventanas como un haz de sensaciones
unen la percepción de ciertas cosas
que por la costumbre pasan desapercibidas,
las desoladas bagatelas:
lo que la Historia o la Nación ignoran,
la maravilla de lo inútil, de lo efímero
en la huella latente y recobrada.
V
NOSOTROS
-Somos al fin la cofradía, sólo por eso
nos reocnocemos: los conjurados
equidistantes del mundanal, su compañía
veleidosa, reunión de soledades.
Entre una isla y otra no hay fronteras.
Ocurren como un yo multiplicado.
Sólo cuando se desvanece
la primera persona
podemos comjugar este nosotros.
(Y algún traidor hoy nos acecha,
lo exige así la rueda de la historia,
casi la quintaesencia de la especie.)
Pues la entidad que llamamos nosotros
sólo existe como algo fugitivo:
la parvada de pájaros fugaces,
la conjunción de metáforas desaforadas
como una ofrenda de la niebla -hoy llueve
a cántaros, de manera insaciable
para invadir los muros y las calles
en otra fiesta de la fertilidad
al tiempo de fundar la constelación nosotros.
Vl
USTEDES
Porque nunca seremos como ustedes
puedo sólo reconocerme
a través del espejo en ti, en nosotros,
los que hemos execrado contra ustedes
y los desconocemos.
El vínculo que tiende la distancia,
la diferencia y los matices
de un acuerdo ficticio,
dos ángulos o situaciones inconciliables,
capaces todavía de enfrentarse
porque la trama y el tejido, premonitorios,
deciden sus enlaces y no tienen salvación
como el principio de la vida plural,
la dicha de su llaga y su condena.
Vll
ELLOS
Ajenos y falazmente triunfales,
los súbditos de la desgracia,
ominosos como los escorpiones.
Entre sus filas dominan los depredadores,
herederos de un mundo que se extingue,
emisarios de un orden derruido.
Llegaron a la tumba más temprana,
siguieron cada paso de su rumbo y ascenso
con el imán de sus motivaciones
como cualquiera de nosotros
-pero ellos, por alguna razón imprevisible,
son los heraldos de su propia muerte,
anticiparon el desamparo, la mortaja
envilecidos por la música de los sapos,
caudillos de una guerra sin tregua ni memoria.
Ortega. Poeta. Autor del libro Nacer a cada instante (Ed. Cal y arena.)
viernes, junio 17, 2005
Las tardes serranas.
Ayer estábamos en el jardín. En esta temporada calurosa ha sido la parte favorita de la casa, donde por las tardes esperamos el advenimiento del manto nocturno, y si es una tarde de lluvia mucho mejor. Entre tanto bebemos cerveza, conversando animadamente mientras el cielo se pinta de dorados y púrpuras, jugando con las formas de las nubes. Al fondo, la música siempre inteligente, ayer escuchábamos a Jhetro Tull, a veces callados para prestarle atención a algún instrumento musical que captara poderosamente nuestra atención, otras veces animadamente discutiendo.
Conforme avanza el tiempo la luna se asoma pletórica, nos perece una amiga cercana, que nos habla de frente, ella no puede dejar de abrazarnos con su cristalina luz, aunque lo intente. De pronto la neblina transita como una ráfaga, avanzando sin retroceder, amenazante. la luna se resiste a apagarse cuando las oscuras nubes se interponen entre nosotros y uno piensa que la verdadera resistencia es nunca dejar de brillar, ante cualquier situación.
Cuatro grandes cúmulos de neblina se acercaron violentamente desde puntos opuestos, en un encuentro inpostergable; así los hombres, coincidimos en un mismo tiempo y espacio por acción del universo sin poder evitarlo, la vida, la naturaleza, la fuerza cósmica nos une y separa todos los días. Nunca estamos quietos, nunca podemos detenernos, todo cambia, nada puede ser como ayer. Los paisajes que hoy amamos mañana serán distintos. Hoy nos encontramos, mañana habremos pasado de largo, giramos sobre ejes que desconocemos o que a penas podemos vislumbrar. Nos congregamos en constelaciones, en sistemas, o en galaxias y alteramos lo que somos.
Me gustan mis tardes. En ocasiones un amigo inesperado nos acompaña y nos rompe el esquema, porque a veces queremos hablar, o solo estar en silencio, o mirar, o pensar, y al entrar en contacto con otros, nuestros mundos (deseos, fantasías, pensamientos, experiencias, esencias, demonios) crecen, transformándose en esta eterna evolución.
Iván ha sido un alma errante que en este peregrinaje ha sabido coincidir conmigo en lo esencial, quizá por ello siempre nos buscamos, aún cuando no tengamos nada que decirnos en palabras. Tener amigos cotidianos así, es deleite y motivo de gozo.
Conforme avanza el tiempo la luna se asoma pletórica, nos perece una amiga cercana, que nos habla de frente, ella no puede dejar de abrazarnos con su cristalina luz, aunque lo intente. De pronto la neblina transita como una ráfaga, avanzando sin retroceder, amenazante. la luna se resiste a apagarse cuando las oscuras nubes se interponen entre nosotros y uno piensa que la verdadera resistencia es nunca dejar de brillar, ante cualquier situación.
Cuatro grandes cúmulos de neblina se acercaron violentamente desde puntos opuestos, en un encuentro inpostergable; así los hombres, coincidimos en un mismo tiempo y espacio por acción del universo sin poder evitarlo, la vida, la naturaleza, la fuerza cósmica nos une y separa todos los días. Nunca estamos quietos, nunca podemos detenernos, todo cambia, nada puede ser como ayer. Los paisajes que hoy amamos mañana serán distintos. Hoy nos encontramos, mañana habremos pasado de largo, giramos sobre ejes que desconocemos o que a penas podemos vislumbrar. Nos congregamos en constelaciones, en sistemas, o en galaxias y alteramos lo que somos.
Me gustan mis tardes. En ocasiones un amigo inesperado nos acompaña y nos rompe el esquema, porque a veces queremos hablar, o solo estar en silencio, o mirar, o pensar, y al entrar en contacto con otros, nuestros mundos (deseos, fantasías, pensamientos, experiencias, esencias, demonios) crecen, transformándose en esta eterna evolución.
Iván ha sido un alma errante que en este peregrinaje ha sabido coincidir conmigo en lo esencial, quizá por ello siempre nos buscamos, aún cuando no tengamos nada que decirnos en palabras. Tener amigos cotidianos así, es deleite y motivo de gozo.
domingo, junio 12, 2005
viernes, junio 10, 2005
Un cuarto de siglo y contando...
Antier celebré mis 25 añotes, ya tenía planeado reunirme con los amigos después de haber cumplido con las obligaciones en la oficina, la verdad es que nunca me imaginé recibir tantas muestras de cariño y buenos deseos. Pude haberme quedado a meditar ahora que me encuentro a una edad plateada, pero preferí agasajarme en compañía de los nuevos y grandes amigos que he encontrado en esta región.
Alguien me decía ayer (Elita) que imaginaba muy triste pensarse festejando en una ciudad ajena sin su familia. La verdad no es para tanto, uno se habitúa a estar lejos de su sangre y de sus amigos cotidianos. Al menos para mi es siempre una aventura salirse de la rutina y estar presto para encontrarse con otros humanos que están abiertos a compartirse. Hoy día creo que tenemos una enorme necesidad de hablar, de expresarnos, de abrirnos, de vomitar todo el cúmulo se emociones, sensaciones, pensamientos, fantasías, experiencias, y ante el menor movimiento estamos desnudando el alma.
Lo curioso es que después de la resaca, el cansancio y las pocas ganas de probar alimento, hoy amanecí nostálgico. Ni siquiera me lamento de los años de atrás, mas bien del Carlos que ha evolucionado como persona y que afronta la incertidumbre del hombre contemporaneo hacia el futuro y el devenir de los hombres. Supongo que estoy en un momento en el que cierro un ciclo, quien sabe.
Agradezco los apapachos, besos, felicitaciones, buenos deseos y reclamos para toda la bandota que se acordó de este pobre diablo.
hoy solo me resta seguir viviendo.
Alguien me decía ayer (Elita) que imaginaba muy triste pensarse festejando en una ciudad ajena sin su familia. La verdad no es para tanto, uno se habitúa a estar lejos de su sangre y de sus amigos cotidianos. Al menos para mi es siempre una aventura salirse de la rutina y estar presto para encontrarse con otros humanos que están abiertos a compartirse. Hoy día creo que tenemos una enorme necesidad de hablar, de expresarnos, de abrirnos, de vomitar todo el cúmulo se emociones, sensaciones, pensamientos, fantasías, experiencias, y ante el menor movimiento estamos desnudando el alma.
Lo curioso es que después de la resaca, el cansancio y las pocas ganas de probar alimento, hoy amanecí nostálgico. Ni siquiera me lamento de los años de atrás, mas bien del Carlos que ha evolucionado como persona y que afronta la incertidumbre del hombre contemporaneo hacia el futuro y el devenir de los hombres. Supongo que estoy en un momento en el que cierro un ciclo, quien sabe.
Agradezco los apapachos, besos, felicitaciones, buenos deseos y reclamos para toda la bandota que se acordó de este pobre diablo.
hoy solo me resta seguir viviendo.
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