viernes, febrero 22, 2008

La anunciación.


Ayer me avisó mi madre que en ocho meses seré tío. La noticia me ha tomado por sorpresa y en mis pensamientos ahora veo un rostro pequeñito que duerme plácidamente en mis brazos y a quien amo profundamente antes de conocerle. Alguien dice por allí que no se puede amar a lo que no se conoce pero uno siempre reconoce a su sangre, aún la venidera.
Mi madre planeaba seriamente en adoptar a una niña, temerosa de que no le alcanza la vida para criarla me pidió que me hiciera cargo. Y pensé seriamente en la posibilidad de convertirme en padre a esta edad: me gustó la idea.
No cabe duda que los hombres somos posibilidad, todo el tiempo existe la posiblidad de ser y hacer. Mi aquí y ahora es el trabajo fìsico-intelectual pero sobre todo la maduración personal para que mis posibilidades-cualquiera que sean las que se me descubran- se desarrollen y logre mi trascendencia.
Amadito mío, te estamos esperando ansío leerte un cuento desde tu paraíso, platicarte mi vida y mostrarte la música que amo.
Deseo mirarte a los ojos y reconocer en ti, una parte de mí.

miércoles, febrero 20, 2008

¡Chin! se me ha vencido el plazo. Yo tenía que haber visitado Cuba antes de que Fidel dejara el poder, porque no quiero recorrer la vieja Habana encontrándome un Mc Donal's, un Burger King, o esas horrendas tiendas que estandarizan gustos y pensamientos. Celebro con los camaradas cubanos esta transición, ignoro para donde apunte, que venga y qué pasará con su riqueza cultural, aunque tengo fé en que sabrá hacerse solo de aquello que beneficie su identidad como pueblo.

martes, febrero 12, 2008

Migrar.

Hoy amanecí con fuertes ganas de hacer emigrar al dolor.
Que se vaya y que viva en New York.
De veras que no lo voy a extrañar.

lunes, febrero 11, 2008

Vestigios.

Toda mi vida he sentido la extraña fascinación por los objetos que recogen la mayor cantidad de polvo posible. Suelo pasar horas contemplando la superficie de todo lo que me rodea, uno debe ser muy meticuloso y desarrollar una estóica paciencia, entonces, en el momento menos esperado, se comienza a observar en los objetos una capa delgada de puntos blancos diminutos, la gran mayoría de las veces se trata de una pelusa muy menuda. Lentamente se irá desarrollando una capa mas gruesa, polvorienta, a veces arenosa, que se endurece con los cambios climáticos hasta convertirse en una película de lodo que me tienta a pasarle el dedo y probar su seca textura con la lengua. A veces pienso que mi polvo algún parentezco guarda con el hollín. Adoro las cenizas.
Mi casa está colmada de porcelanas y figurillas de pasta, son excelentes para depositar el polvo. En cada fiesta a la que soy invitado cargo con cuanto recuerdo del evento me regalen. Las carpetitas bordadas no me sirven de mucho, se enegrecen y no dejan ver el proceso de acumulación de polvos. Los muebles de mi casa dan la impresión de ser en realidad altares barrocos del kitsh, su belleza reside no en el exceso, sino en la poesía del polvo.
Hace poco me enamoré de un maníatico de la limpieza. Cuando llegó a mi vida le permití hacerse de un espacio en mi casa. Pronto llegaron las escobas y los plumeros. Equipado con un azulado tapabocas fregó los pisos de mi habitación, con una mezcla de horror y fascinación morbosa le ví alborotar el polvo tantos años almacenados en mi. Cansado por la faena, se derrumbó en mi pecho a dormir plácidamente, como un angelito de porcelana, del que me enamoré perdidamente: pronto se llenaría de polvo.
Con el tiempo el entusiasmo de sus rituales se volvió un problema. Descubrió lo inutil de su tarea: el viento que se cuela por los resquicios de puertas y ventanas reinicia el proceso. Durante un tiempo intentó cubrir esos flancos enemigos, pero la sensación de ahogo y encierro lo persuadió de no hacerlo. Ya no sonreía, ya no dormía con facilidad, muchas noches presentí su insomnio, su impotencia. Con el paso de los años se rindió, dejó de luchar contra el polvo que yo amo, un tiempo todavía se quedó conmigo a observar las gruesas capas de arenas, de organismos pulverizados, de años muertos, que nos comenzaron a cubrir.
Ya no recuerdo si un día fastidiado se marchó, o si el polvo que llegué a acumular lo ahogó en alguna pieza de lo que queda de mi hogar. Los vientos soplaron con mas fuerza en los últimos tiempos. De mi historia recuerdo muy poco, las tolvaneras a veces dejan al descubierto las ruinas de mi vida, aquí y allá aparecen los objetos que solía amar, quien desea indagar en mi pasado tendrá que acercarse con curiosidad científica, con la paciencia de los arqueólogos, se hará conjeturas de quien fuí, de mis curiosidades, de mi forma de vivir, a partir de los vestigios mudos que me sobrevivan, recreará mis amores, mis conversaciones, mis promesas rotas, mis necesidades sepultadas por una pasión inocentemente letal.

Dedicatoria escrita en una maceta.

Esta flor que miras pronto morirá, se marchitará su belleza, dejará la maceta vacía y en su lugar, la promesa de una nueva flor, de otras bellezas, el recuerdo se desvanecerá, nada, vagedad, imagen carcomida por el tiempo. Procura cuidar tu nueva flor, resguárdala del insolente sol, abrígala en tu cama, y cada tercer día, aliméntala con agua. Que tu flor permanezca para siempre, para siempre.

martes, febrero 05, 2008

Mónologo imaginario con el amigo que siempre amé.

La ciudad de México me dió la impresión de estar mas apretada de lo usual, es decir, caminar por el centro histórico ya sin el ambulantaje en el primer cuadro, resultó un desafío, siempre esquivando el tránsito, los cientos de turistas y capitalinos que se acercaban al Museo Nómada. Un profeta del new age los convocaba desde el televisor, ordanas enteras de razas y culturas se desplazaban hacia el ombligo del mundo esperando entrar a aquel santuario y mirar el milagro de la naturaleza que se reconcilia con el hombre, mostrando su aspecto mas dócil.
El encuento con Javier-un amigo de los Buenos Aires avecinado en el Distrito Federal- fue como lo esperaba, una entrevista ávida de experiencias y de sentido humanitario. La conversación giro en torno a la cultura Argentina, la dictadura, sus íconos populares. Javier lloró por los amigos que nunca volvió a ver a causa de la irracionalidad, la sed de poder que rebasa a muchos líderes y hace salir de ellos la maldad de todos los hombres. Sus ojos cansados de tanto mirar al mundo constantemente se llenaban de cristalinas lágrimas y su voz se manifestó contra el olvido. Los hombres necesitamos de la memoria para darle sentido a nuestra historia, para soportar nuestra realidad absurda y dolorosa. Entonces pensé en tí, ya sin rencores y en la lucha que me has encomendado pelear desde mi humilde mundo rural diverso, intuí que tu paso por mi vida jamás será olvidado, eres mi realidad, algo tuyo se ha quedado para siempre en mi, y permanece.
Mis pies reconocían históricos edificios, de este país, de este transéunte y entonces mi vista se mantenía atrás, reconstruyendo diálogos, aromas, sensaciones, mi historia. Sin proponérmelo, al salir de una estación del metro, unos activistas se me acercaron y al mirarle a sus ojos super que debía participar en la causa. Me sobrepuse al miedo, nunca dejaré de ser el fatalista de siempre.
Frente a la Catedral esperé a Tania, jóven compañera cuya amistad cultivé en los nublados bosques de la sierra Hidalguense. Hablamos del dolor vivido en el año que pasó sin vernos, pero en especial del crecimiento y la maduréz que nos obligaron las experiencias a asumir.
En Ciudad Neza fuí popular. Tu familia me recibió con mas amor del que siempre recibo, sé que les advertiste a tus padres hacer distancia con nuestra historia, siempre respetuosos, son los anfitriones consentidores de los que siempre, en este medio, hago gala. Tu abuela es la persona que nunca, nunca, deja de sorprenderme, ¿porqué soy especial para ella? ¿porqué quizo estar muy cerca de mi? ella siempre está conmigo, muy adentro del corazón, y con ella toda tu sangre bendita. Gracias por haberme hecho sentir que fuí el invitado mas esperado de la fiesta.
Y tu. Sabes cuan fuerte es el cariño que te profeso, a pesar de la pena y el dolor con el que nuestro romance terminó, tu sensibilidad, tu sincero amor por tus padres, tus hermanos y la familia entera me hicieron recordar el motivo por el cual, a pesar de que somos dos polos opuestos, me enamoré de ti. Valoro esta amistad que insospechadamente comenzamos a construir, nos hizo falta ser amigos desde el principio. Mi inicial frialdad delató el nerviosismo con el que viví nuestro encuentro. Tus infantiles cariños derribaron los gruesos muros del rencor. Hoy me experimento distinto. Valoro el especial momento que compartiste cpnmigo. el silencio fué un pacto amistoso en el que no hizo falta añadir nada.
Ahora que continúo mi andar por la vida, nuevas dudas surgen. La ilusión de que mi vida recibe una segunda oportunidad es solo eso, ilusiones. Nuestras existencias, la tuya, la mía, tienen la misma oportunidad de encontrar sus rumbos. Caminemos amigo por los senderos que se vislumbran a la distancia: algo de provecho nos aguarda.
Estoy en paz.