miércoles, enero 30, 2008

ya quiero que sea viernes.

subirme al camión cargando mis petacas colmadas de curiosidad, respirar el cochino aire contaminado de la capital, confluir en las calles con miles de desconocidos y sentirme vagamente extraviado, transitar azaroso, con pies ligeros, alzar la mirada para descubrir una ventana abierta en la esquina, y soñar con mujeres de sexo húmedo confundiendose con el primer calor de la mañana, sonreír a un extraño con la ingenuidad de un provinciano, conversar con un viejo en la alameda, mirar a los mimos en los jardines, jugar con un niño a la pelota. Quiero oir idiomas que no sepa pronunciar imaginando las conversaciones con solo juzgar las expresiones de los amantes.
Quiero que el tiempo en el centro histérico de este país transcurra lento: para saludar a los viejos amigos, para disfrutar una pintura en el museo, para escuchar los sonidos de la ciudad, sus suspiros, sus reclamos, sus gritos, sus susurros nocturnos cuando todos fingen que descansan en altas camas.
El sábado por la mañana consquistaré al monstruoso Distrito y me robaré el corazón de sus gentes.

martes, enero 22, 2008

Sexualidad y decapitación.

La decapitación era un ritual que podría haber significado la obtención de un trofeo, pero es más probable que haya constituido una práctica religiosa-sexual destinada a propiciar la fertilidad. En el caso específico de la Huasteca, como en algunas otras culturas, el dios murciélago, Tzinácatl, es el dios cercenador de cabezas, dios que decapita y que, según un mito, mordió los genitales de Xochiquétzal, y después de haberlas llevado a Mictlan para que las lavaran, determinó, en última instancia, la creación de las flores. El murciélago, a su vez, había nacido de la fecundación de una piedra por el semen producido por una masturbación de Quetzalcóatl.

Si asumimos, como es probable, que exciste una filiación directa entre las culturas tolteca y huastecas, este mito aparentemente de origen tolteca podría confirmar la relación que se establece entre la decapitación y la fecundación en la huasteca.

El incesto si bien no existen fuentes genuinamente huastecas que fundamenten el hecho entre los pueblos del mismo nombre, la gesta de quetzalcóatl contiene esquemas mitológicos que no dejan lugar a dudas al respecto. Es probable, que el rey-dios tolteca quetzalcóatl haya heredado rasgos mitológicos del rey huasteco Cuextécatl, si no es que se trata de una evolución mítico-histórica directa, por lo que la inferencia resulta válida. En una versión de esta gesta, quetzalcótal se embriaga con su hermana quetzalpétlatl y tiene una mancomunidad incestuosa con ella (anales de Cuauhtitlan). Esta hierogamia (matrimonio-unión-sagrado) entre un ente heliaco y otro selénico, es decir, entre el sol y la luna, podría haber suscitado rituales afines entre los toltecas y mas aún entre los huastecos, cuyo modelo cultural siguieron los primeros.

El "Cuecuechcuícatl", es un canto travieso que se entonaba y danzaba principalmente en contextos rituales para propiciar la fertilidad de las plantas. Tenía una carcácter erótico, obsceno. La traducción castellana que los frailes dieron generalmente al vocablo cuecuechcuicatl, "baile cosquilloso o de comezón" (Durán), fue probablemente sugerida por sus auxiliares indígenas nahuatlos. Cuecuelzoca significa de hecho "tener comezón". Sin embargo, encontramos en el campo semántico del vocablo otras nociones afines a ésta, pero que sugieren un uso más extenso de la palabra, así como una funcionalidad mas específica de su referente vocal y dancístico.

Cuecuech podría venir de cuecuetzoa, que tiene el sentido mas general de "emocionarse", "conmoverse", o podría constituir la duplicación de cuechtli, "caracolillo", paradigma simbólico de la fertilidad y de la sexualidad en el mundo náhuatl prehispánico. Cabe recordar que en las instancias festivas en las que se cantaba el cuecuechcuícatl, los danzantes ostentaban este tipo de caracoles.

Por otra parte, los huastecos (cuexteca) podrían también, haber sido epónimos de este género expresivo. En efecto, desde la época de los toltecas, esta cultura se había vuelto el emblema de la sexualidad.

Si consideramos que los sonidos x y ch son variantes de pronunciación en ciertas palabras náhuatl, la traducción de cuecuechcuícatl podría ser "canto de huastecos". La presencia reiterada del topónimo huasteco Panotla en este tipo de cantos tiende a confirmar esto.

El erotismo huasteco tenía una manifiesta función revitalizadora. Tlazoltéotl, diosa huasteca del sexo y de las inmundicias, comía lo sucio y lo viejo y lo reciclaba, pariendo lo limpio y lo joven, mediante un proceso digestivo de lo que comía, regeneraba la vida.

Se deduce de lo anterior que si bien la fama de los huastecos tenía algo de real, el juicio de valor emitido por los conquistadores es erróneo e injusto, ya que desconoce el marco axiológico en que se efectuaban las prácticas sexuales aludidas.

Más que "proverbial", la sexualidad de los huastecos se volvió mitológicamente arquetípica y se integró como tal a los programas mítico-rituales de los pueblos nahuas del Altiplano Central.

Fuente: suplemento cultural del periódico "Zunoticia". 20 enero 2008.

sábado, enero 12, 2008

Comadrita

Mi querida comadre Vero, el día en que me fué a visitar a la casa porque andaba yo con mal de amores. Saludos hasta Cd. Victoria, Tamaulipas.

jueves, enero 03, 2008

El ecocidio en la Laguna del Carpintero.

Don Arnulfo era el velador en el hotel donde trabajé unos meses hace un año. Hicimos una increíble amistad basada en el respeto, la solidaridad y la confidencialidad. En las noches en que se me programaba la guardia, cuando la demanda de cuarto era menor, conversábamos hasta el amanecer compartiendo anécdotas y fragmentos de nuestras historias de vida. A pesar de mi juventud, nos comprendimos cálidamente.
Entonces me hablaba del viejo Tampico, aquél en el que se transportaba en tranvía, atravesando un puerto semi rural en el que igual encontraba edificios afrancesados y calles perfectamente trazadas, como humildes viviendas de campesinos avenidos a la ciudad en busca de oportunidades de escala social, con todas las carencias imaginadas.
En lo que hoy conforma en centro histórico vivían las familias burguesas, la mayoría de ellas migrantes españoles, italianos y chinos. Por aquellos años Khalo y Rivera se alojaron en el mas exclusivo hotel de la época. La salitre aún no carcomía las molduras de los edificios neoclásicos ni la gran inundación exilió a los poderosos a mudarse. Tampoco la prostitución, las cantinas y los comercios se habían instalado en las avenidas.
Don Arnulfo solía irse con sus amigos infantiles a nadar a la Laguna del Carpintero, donde las aguas eran cristalinas, el mangle crecía prodigioso y la fauna salvaje así como la pesca era abundante. Años después, recibió los desechos residuales del alcantarillado público, convirtiendo al lugar en un sitio insalubre cuyo fétido ambiente era bien conocido por los visitantes. Greenpeace presionó a los gobiernos municipal y federal, logrando que sus aguas fueran tratadas y restaurar el frágil ecosistema.
Sin embargo la ambición de los capitalistas lo privatiza todo. La naturaleza no es la excepción. Una iniciativa del gobierno municipal en coordinación de empresarios locales desea construir un complejo "turístico" en la laguna, quitándole a la población el único pulmón verde de la ciudad. Los trabajos han comenzado y el escenario es realmente desolador, donde antes crecía el mangle se encuentran desechos de construcción rellenando el terreno.
La acción de la sociedad civil ha tratado de detener el ecocidio, pero la represión policíaca y la intimidación han podido más que el uso del juicio moral y la razón. Las generaciones futuras tienen derecho de disfrutar de la naturaleza tal y como nosotros lo hacemos, por tanto es conveniente preservarla y no permitir que se modifique por caprichos monetarios y fines políticos.
Un abrazo de solidaridad por los compañeros de La Otra Campaña en Tamaulipas, que fueron privados de su libertad por oponerse a la irracionalidad de los poderosos.