miércoles, diciembre 26, 2007

Navidad Huaxteca.

Las fiestas decembrinas en la huaxteca hidalguense transcurren entre compras de último momento, visitantes que llegan y se van, decenas de puestos callejeros ofertando toda suerte de mercancía alusiva a la festividad de la natividad. Las antiguas calles donde transitaban carretas jaladas por mulas o caballos ahora se saturan de automóviles, moles de hierro multicolores en todos los tamaños imaginados. Los embotellamientos son un fenómeno reciente, una clase de enfermedad de los nervios para la que se receta una buena dosis de paciencia.

Los nuevos evangelizadores cristianos son los vendedores de discos piratas. En las plazas, mercados y atrios de las iglesias se paran mudos, con su mirada inquisitiva hacen guardia junto a un televisor, en el que aparecen escenas de la vida del Cristo, siempre estoico, siempre sereno y condescenciente. Otros episodios de la biblia son escenificados en tono con las fiestas cristianas. Los campesinos se arremolinan en torno a los improvisados puestos, embelesados, no necesitan leer, es mas fácil ser evangelizados con la mirada, con las imágenes de harapientos hombres blancos que al igual que ellos, claman por el pan nuestro de cada día, por la salvación del campo atribulado, por una vida futura amable para su descendencia. No entienden el español, pero el dramatismo de los actores en el televisor les es familiar, casi pueden anticiparse a los giros de la historia. El evangelizador los mira curioso y a la vez con indiferencia, ninguno de ellos vacía sus bolsos, ninguno de ellos renuncian a las riquezas materiales a cambio de una mansión celestial, y todo por únos módicos veinte pesitos marchante.

Centenares de jóvenes indígenas regresan en la víspera de la navidad a sus pueblos, las terminales de autobuses lucen pletóricas de imágenes caóticas y posapocalópticas. Jovencitos de marcados rasgos indígenas, retornan al pueblo con una estética a la usanza Emo: flequillos estorbando la mirada, delineador negro en las pestañas, uñas negras o por lo menos largas, camisas adquiridas en un tiri tiri capitalino, pantalones chinos imitando las marcas mas reconocidas en el mundo. Tercermundistas emulando la vida industrial de consumo desmedido. Y el náhuatl se les olvida.
Los migrantes también pisan el suelo donde han nacido. En caravana se les ve llegar como hijos pródigos, a bordo de camionetas gringas no legalizadas sustituyen los viajes a caballo, abriéndose paso por antiguos senderos que hoy se sustituyen con una carretera nuevecita en la que se llega al pueblo en la mitad del tiempo estimado, y los militares en mucho menos que eso.
Una mujer mira a su pequeño hijo recargada en la pared junto al tianguis. El niño, con sus mejores ropas, acaricia con la mirada un par de lustrosos zapatos negros recién adquiridos. Absorto no tiene ojos para nada más, son los zapatos mas hermosos del mundo, aunque hayan costado cincuenta pesos en el remate de calzado por fin de año.
Y el salvador nace aquí, en la verde serranía hidalguense, esta vez sin la llovizna anual y una luna regordete, que alumbra los marginados caseríos anticipándose a las elecciones estatales que se aproximan. Habrá que ver cómo nos pinta el año entrante.

martes, diciembre 18, 2007

Acusan a policías de violar a un activista gay.

Javier Chávez (Corresponsal)

Cancún, Q. Roo, 17 de diciembre. Cinco policías municipales secuestraron y violaron a un activista de la comunidad lésbico gay, bisexual y transgénero. El agredido, José de Jesús Medrano Carrillo, interpuso una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales de la Procuraduría General de Justicia del Estado.

En su declaración precisó que los policías municipales lo interceptaron anoche en una avenida periférica y lo obligaron a subir a la patrulla, donde fue sometido y obligado a tener relaciones sexuales. Incluso lo obligaron a practicar sexo oral.

El líder de esta agrupación Roberto Guzmán advirtió: “Hacemos responsable al alcalde Francisco Alor de estos actos que atentan contra la diversidad sexual”.

Dijo que a José de Jesús lo pasearon toda la noche y su cuerpo fue mancillado por policías que se encargan de vigilar las calles para disuadir a delincuentes. La identidad de los cinco policías no ha sido revelada y tampoco el ayuntamiento de Benito Juárez ha fijado su postura.

En la prensa local se han difundido manifestaciones de rechazo popular en contra de grupos de artesanos chiapanecos y homosexuales, quienes han efectuado frecuentes manifestaciones para defender sus derechos.
Fuente: Periódico La Jornada.

Despertar.

En un año y medio dejé de leer compulsivamente. Mis libros comenzaron a enpolvarse, los libros prestados se apilaban y se apachurraban como perritos falderos, esperando el momento en que cambiara mi mirada perdida y volteara a mirarles con cariño, acariciando sus lomos para jugar avanzando a través de las horas.

Mis discos dejaron de sonar. Generalmente esperando el timbre del teléfono móvil, siempre a ciertas horas, ciertos días, con la angustia obsesiva de estar siempre presto a contestar las llamadas recibidas.

Pasó un año y medio de mi vida sin viajes fantásticos, aquellos en los que me hacía acompañar de una mochila y tres cajas de sueños, de avidéz por las aventuras, por conocer gente nueva, encuentros que nos tocan el alma y nos iluminan el día.

Dejé pues, en resumen, de vivir, de disfrutar de las cosas pequeñas, de las cosas básicas, las que amo, las que me dan paz y me hacen sentir contento el corazón. Ahora que volví a la soltería, aparte del dolor de la separación, me encontré conmigo mismo, con mi yo habitual y ha sido delicioso, poco a poco irme recogiendo en espíritu, volviendo al punto intermedio de las situaciones vitales. A noche me entretuve mirando un concierto de Ray Charles, fumando un tabaco después del trabajo y ha sido de las actividades mas placenteras que he tenido desde mi ruptura sentimental. El concierto viene acompañado de una entrevista con el maestro jazzista, que ayuda al escucha a contextualizar las piezas, con detalles de su proceso creativo, manías, comentarios sobre sus influencias musicales y sobre todo su fino sentido del humor. Confieso no tener conocimiento de este señor que dicho sea de paso tiene una voz con acento a ghetto, deliciosa, económica, uno de inmediato se siente en una atmósfera íntima, como si de verdad estuviésemos sentados a su lado y lo invocáramos a que nos narre sus anécdotas. El material es muy ilustrativo, ya que cada pieza interpretada en el recital es puntualmente comentada en viva voz. Me enamoré de su versátil música y su personalidad intimista.

Ahora pienso apoderarme una vez más de mi, recoger las piezas de mi corazón roto, tratar de remendarlo y no negar las suturas que se irán formando en el proceso. Entiendo que desde un principio, en el juego del amor salí perdiendo, lo aposté todo y perdí mucho, mas de la cuenta podría decir yo, a fin de cuentas, el amor es arriesgarse. Perdí salud, tiempo, fuerzas, ganas, pero no estoy dispuesto a volver a perderme a mí mismo.

Nuevamente se escucha en mis anhelosos oídos la música que permaneció en pausa tanto tiempo, sacudí el polvo de las palabras que me emocionan. Mis ojos miran con curiosidad insaciable al mundo, y aunque el despertar ha sido lento, disfruto volver a ser yo y no lo que otro monigote quiere para sentirse cómodo.

Habrá que aprovechar estas vacaciones para completar el proceso.

gracias por esperar.

martes, diciembre 04, 2007

Puertos.

Para llegar a mi país suelo tender un puente imaginario. Una red de agua. A veces, incluso, una escalera. Alguien me ha dicho que una escalera sirve para subir o bajar pero no para llegar a mi país, pero yo creo que las escaleras sirven siempre más que para eso. Además, subir o bajar es como ir o volver, como avanzar o retroceder. Y yo pienso que mi país o está adentro de mí mismo, para lo cual tendría que bajar o está arriba de mí mismo, para lo cual tendría que subir. Y para subir o bajar es que se hicieron también las escaleras y los puentes imaginarios. Ayer visité mi país, por cierto. Anduve sus calles y avenidas, conocí sus mujeres, me hice rey en una esquina donde vendían cerveza. Fue todo un derroche. Pero no pude volver. Me quedé atrapado en medio del océano porque mi puente imaginario se rompió, y se rompieron mis escaleras y mis redes de agua, y todo yo quedé partido a la mitad, por la mitad, sin saber ni tener noticias ni de lo que pasaba en la otra orilla donde estaba el otro que soy ni en esta otra donde está este que empieza a nacer.

Rogelio Guedea.