jueves, mayo 31, 2007

Astrid Hadad en Tampico. Jueves 7 de junio de 2007.

Estoy ansioso de que sea jueves para ir a ver a Astrid Hadad en el Espacio Cultural Metropolitano de Tampico, se presentará con Carlos Cuevas en un extraño homenaje a un personaje que vaya mi desconocimiento de la historia, no sé que velas tiene en el entierro, y aunque ese artista masculino no es de mi agrado, haré a un lado mi mala disposición con tal de disfrutar de esta singular cantante mexicana de ascendencia libanés. Lo mejor es que Tomás consiguió los dos primeros asientos de la primera función, a eso le llamo tener buena suerte.

Estoy en medio de pequeñas crisis pre-cumpleañeras, ojalá llegue a los veintisiete a lado de mi pulgoso, de la familia y de los buenos amigos. Amenazo con hacer una taquiza con tequila debajo de un árbol en el patio de la cabaña, justo en la puesta de sol. Están todos invitados.

P. S. Traigan sus casas de acampar... Y mucha cerveza!!

domingo, mayo 27, 2007

El galán.

El agua caía a raudales desde su rostro moreno. El espejo le devolvía la imagen de sus hinchados pómulos, sus ojos razgados y afilados como su nariz respingada y sus labios pidiendo un beso. De la bolsa trasera de su pantalón de mezclilla sacó un peine negro de plástico y con teatral galanura luchó como lo hacen los cuatreros cuando lazan vacas, de domar sus prietos pelos necios. Una sonrisa actuada se reflejaba en el enorme espejo de los baños públicos del mercado.

Con alarde se abría paso entre las abarrotadas calles, era domingo de plaza, los pregoneros de voz ronca se oían sucesivamente a su paso. Montones de marchantes desfilando entre la fruta mallugada, los charcos de agua y la despensa dispuesta a los ojos. El alboroto de colores, formas y olores no redujo su galanura, las indias suspiraban y se mordían los labios de las ganas de robarle un beso, el mas caro, el que pocas podían obtener.

Sus ojos buscaron la puerta negra de la cantina sobre la avenida. Olía a loción barata y deseo. Con una mirada obtuvo una mesa solitaria, de prisa una manos nerviosas limpiaron los rastros de cerveza sudada y colillas de cigarro. Una blanca mujer de crespa cabellera espantó al cliente ganoso de falso amor pagado, y en ese adiós se despidió de sus sueños de una vida de abundancia, de príncipes encantados, de amantes buenos y tiernos y de noches apacibles de sueño.

Con prisa salen de la cantina. Alcanzan un taxi desocupado, lo abordan sin mediar palabras, un silencio extraño los inunda, el conductor los mira por el retrovisor y los encuentra divagando en el paisaje urbano, indiferentes a las cosas que se les mete por los ojos.

La vecindad está quieta, dentro de los cuartuchos, las telenovelas han suspendido el tiempo y la respiración. Ella introduce la llave por el cerrojo y algo dentro de ella cambia, es como un ansia que escala desde el estómago hasta su pecho, hay prisa, inexplicable, ella ya debía estar acostumbrada a esa sensación, pero por alguna extraña razón eso no sucedía. Un ligero ardor muy grato le removía las entrañas. El la sigue con tranquilidad aparente y en su rostro aparecía el desprecio.

A penas adentro la toma por el cuello y la recarga con violencia sobre la fría pared, y en su espalda explotan en cascada las sensaciones en la piel de la frescura del muro, la porosidad del ladrillo y la intensidad del color deslavado. Le besa el cuello como un chupasangre, los dos jadean, los dos embisten sus cuerpos mutuamente como dos bestias, la toma de los cabellos y desliza su lengua desde el nacimiento de su cabello hasta la espalda, rompe su blusa y la toma por la espalda. De pronto, con un empujón lo manda al suelo. Escapa.

Y vuelve. Su cabeza metida en una bolsa de plástico transparente le cierra ligeramente los párpados, su rostro adquiere propiedades desconocidas, burbujas de aire le desfigura el rostro y el vaho de su respiración humedecen su boca y su sexo. El la besa y se desespera por la barrera plastificada que no le permite posesionarse de la lengua ajena, muerde en su desesperación la bolsa y del otro lado, unos labios que sangran, que tiñen de rojo un rostro.

La falta de oxígeno le hace palidecer, sus ojos miran de reojo a la muerte pero no le hace caso, quiere ignorarla, no quiere distracciones, el cuerpo convulsiona en un orgasmo, escandaloso, a gritos y unas manos arrugando los pliegues de las sábanas. Los barrotes de su cama golpean con frenesí las paredes, sus puños tensionados se desvanecen. Y el que no termina.

Cansada lo rechaza, lo mira condescendiente, con esa mirada que le devora el alma, que lo desnuda, que lo consume a nada. Y el la odia intensamente, por mostrarle su pequeñez, por encontrar al niño temeroso que se esconde en cada uno de sus gestos y en su fingida altanería de Don Juan.

El ardor de su sexo se apaga y yace tendido de bruces mirando al cielo. Y llora en silencio. Ella se levanta y desaparece. Una tímida voz le ofrece de cenar, el en penumbras la desconoce, el lugar le parece distinto, ya no se reconoce y enmudece tratando de encontrar respuesta a su vida.

Los dos vuelven a la cama sin faena. El se hace aún mas pequeño en su regazo. Su respiración acompasada se vuelve profunda mientras sienta por la espina dorsal la suave mano materna que lo protege del coco y del mal sueño. Ella en vela espanta con su otra mano los mosquitos, el mal agüero, los malos aires. Ahora duermen y ya no son tan distintos.

viernes, mayo 25, 2007

Poema en Chelsea Walls.

"I want to be a lost poem in a stranger's coat pocket, that conveys the importance of you.
To assure you of my desire, to assure you of dreams. I want all the possibilities of you in writing.
I want to give you your reflection, I want your eyes on me, I want to travel to the lightness with you and stay there, and I want everything before you...
...everything before you to follow us like a trail behind me.
I want never to say goodbye to you, even on the street corner or the phone.
I want, I want so much... I'm breathless.
I want to put my power into a poem to burn a hole in your pocket so I can sew it.
I want my words to scream through you. I want the poem not to mean that much.
And I want to contradict myself by accident, and for you to know what I mean.
I want you to be distant and for me to feel you close, I want endless days when it's day and... nighttime never to end when it's night.
I want all the seasons in one day. I want the sun to set before us and come up in front of us.
I want water up to our waists and to be drenched by the rain, up to our ankles with holes in our shoes.
...with holes in our shoes. I want to think your thoughts because they're mine.
I want only what's urgent with you.
I want to get in the way of the barriers and I want you to be a tough guy when you're supposed to,
like you do already.
...when you're supposed to. And I want you to be tender, like you do already.
And I want us to have met for a reason and I want that reason to be important.
And I want it to be bigger than us, I want it to take over us.
I want to forget. I want to remember us.
And when you say you love me I don't want to think you really mean New York City, and all the fun
we have in it.
And I want your smile always, and your grimaces too.
I want your scar on my lips, and I want your disappointments in my heart.
I want your strength in my soul and I want your soul in my eyes.
I want to believe everything you say, and I do.
And I want you to tell me what's best when I don't know.
And when you're lost I want to find you.
And when you're weary I want to give you steeples and cathedral thoughts and coliseum dreams.
I want to drag you from the darkness and kneel with you exhausted with the blinding light blaring on us...)

miércoles, mayo 23, 2007

La acción es la elección de una posibilidad y la renuncia a otras. O la elección de una imposibilidad y el fracaso. Pero siempre vivir es renunciar. La renuncia es necesaria, pero no determinada. Es la consecuencia y el contrapeso de una opción libre. Libre, aún cuando conduzca al fracaso: el hombre es el único ser que fracasa. Si en la opción no hubiese renuncia nuestras posibilidades se reducerían a una, y en este caso tampoco habría elección, ni tendría sentido decidirse a nada. No habría proyecto ni futuro. Seríamos, en todo caso, espectadores de nuestro propio destino. Mientras que ahora somos actores de nuestra vida, y espectadores de las vidas que pensamos hubiéramos podido vivir, y que a veces creemos ver representadas en las vidas ajenas o en las creaciones literarias que nos emocionan hondamente.
Eduardo Nicol. Temporalidad y acción. CFE.

martes, mayo 22, 2007

¡Quiero permanecer estéril, quiero permanecer solitario! Así sabrán lo que han perdido. ¡Quiero ser un reproche encarnado!

Albert Camus. Los Poseídos.

lunes, mayo 21, 2007

Vh1 celebra diversidad sexual y orgullo gay

Durante junio, el mes del orgullo gay, Vh1 Latinoamérica reservará un espacio en su grilla a tres programas que reflejan la diversidad sexual: My Fabulous Gay Wedding, Open Bar y Real Momentum.



“Junio es un mes muy especial para la comunidad LGBT [Lésbica, Gay, Bisexual y Transexual] no sólo en México, sino en Latinoamérica y en el mundo, pues es un tiempo para rendir un reconocimiento a la diversidad sexual y al orgullo gay”, dijo en un comunicado Dean Broadhust, director sénior de programación y adquisiciones de Vh1 Latinoamérica. “En Vh1 programar contenido relevante y entretenido especialmente dedicado a la experiencia lésbica y gay durante estas fechas es una manera de unirnos al festejo y a la alegría de esta comunidad”.




Vh1 presentará My Fabulous Gay Wedding los miércoles, a las 11 p.m., donde el conductor Scott Thompson ayudará a preparar la boda de sus sueños a varias parejas gay y lésbicas en tan sólo una semana. Los martes, en el mismo horario, la serie Open Bar contará la historia real de Tyler Robuck, un hombre que sale del clóset ante sus familiares y amigos, mientras decide abrir un bar para la comunidad LGBT en West Hollywood. Finalmente, los jueves el turno será de Real Momentum, una serie de documentales que abordan temas como la educación y crianza de adolescentes dentro de hogares gay, el proceso de aceptación y darse a conocer como una persona LGBT y la historia de un equipo de Rugby conformado por atletas homosexuales, entre otros.



Además, habrá un maratón de Open Bar el domingo 3 de junio, a partir de las 11 p.m., y otro de Real Momentun el domingo 17.

Urge Abogado Hoy

Comunicado de La Matriz de las Cenizas
Mayo 21 de mayo de 2007

Saludos camaradas,

El pasado jueves 17 de mayo, acudieron a la okupa dos sujetos que dicen ser abogados, uno de ellos, se identificó como Arturo Tello, yerno del dueño de las casas ubicadas en Lanzagorta números 113 y 115, donde se encuentra La Matriz de las Cenizas. La visita se debía a hacernos una petición; desalojar el espacio o afrontar demandas por 'despojo".

La situación es sencilla, pues al haber invadido un lugar que no es nuestro en términos legales, es poco lo que podemos hacer en ese aspecto para conservar los espacios liberados. Sin embargo, el contexto bajo el cual se inserta la dinámica de las okupaciones, contiene ciertos riesgos que se corren, al no terminar de estar organizados de manera que estén previstas estas situaciones.

Es común que edificios que tienen décadas abandonados se encuentren intestados, cualquiera que conoce los procedimientos legales y tiene las palancas suficientes se apropia de edificios abandonados para hacer negocio de ello, y así obtener un dinerito extra, pues de algún lado se tiene que sacar para pagar las letras del carro de la esposa.

Existiendo cierta ignorancia en nosotros sobre el marco legal, hemos convocado a una reunión el lunes 21 de mayo a las 7:00 PM, para tratar los asuntos del proceso jurídico, de los delitos que se nos puedan imputar, de lo que los supuestos dueños necesitan comprobar, etc., para tener una estrategia que permita la permanencia en el espacio liberado.

Lo que aquí nos interesa explicar es en referencia a lo que representa lo que hemos llamado "espacio liberado", conocidos como okupas, término que hace alusión a la acción que representan en la dinámica social de la búsqueda de identidad cultural que permita la cohesión en la lucha contra el neoliberalismo.

El proyecto pretende ser una alternativa para salir del estancamiento de generación de las tribus urbanas, es decir, grupos juveniles urbanos de identidades diversas, provenientes de los sectores populares: fraccionamientos proletarios, barrios, colonias populares. Una dinámica de socialización y alianzas, distinta a la de las bandas y a la de los alienados.

La Matriz de las Cenizas, es objeto de estudio de una tesis de licenciatura en antropología, con la cual se planteará una estrategia de lucha, de reivindicación de la identidad cultural, la retransmisión y realimentación de valores para la generación de un estilo de vida híbrido con estrategias de apropiación del bienestar, el cual está limitado sólo a las clases acomodadas.

Como grupo social, provenimos del sector popular como se ha mencionado, donde las bandas predominan, la violencia desde el seno familiar, la miseria, la drogadicción, la falta de oportunidades, la inseguridad real, no como en términos de un gobierno.

Nunca hubo emancipación para nosotr@s, se sigue recayendo en el simulacro de las instituciones y nuestra permanencia en espacios liberados pone en crisis la realidad oficial. Nuestra condición es marginal y nuestro estancamiento es evidente.

Nuestro espacio liberado no estuvo exento de que se llegaran a filtrar los aspectos de nuestra posmoderna sociedad que dan pie al tan mencionado estancamiento. La división por intolerancia a la diferencia, la despolitización de la democracia equilibrada por el consumo como forma de apropiación del bienestar, la apatía, la pasividad, el desencanto del ideal educativo, la autodestrucción. No hay cohesión ideológica, no hay unidad de lucha, ni comprensión del énfasis a la colectividad, que es cegado por el individualismo perpetuado por el orden capitalista.

La segregación entre la misma izquierda que no acepta que no somos el ideal del "joven revolucionario" que siempre ha querido ver; hay poca vinculación con las organizaciones sociales que exigen un cambio y ayudan poco a lograrlo desde abajo, fomentando otra forma de ver y hacer la política. Y eso sería difícil de lograr, pues de qué manera se intentaría, si para empezar los jóvenes no están identificados con quienes dirigen las organizaciones de izquierda de nuestro San Luis Potosí.

Por el otro lado, tenemos la división entre las mismas tribus urbanas, generada por la necedad a considerar que la lucha de la contracultura es contra la misma gente de abajo. Nosotr@s consideramos que la lucha es por la concientización abajo, con los de abajo, y la confrontación directa con los de arriba, no al revés.

Bajo estas condiciones, agreguen que aparte de todo existen trabas, las cuales meticulosamente logran insertar los colaboradores del sistema que ven nuestro movimiento como algo que debe ser de inmediato combatido para preservar el orden.

Sin embargo, la fundación del espacio liberado permitió que la identidad fuera arrojando raíces y poco apoco fuera consolidando una unión fuerte. Tanto sorprendió el hecho, que quienes una vez filtraron actitudes no positivas al movimiento, ahora cambian su comportamiento hacia algo convenido entre la colectividad y deciden organizarse conforme a las estrategias propuestas desde el seno mismo de la okupación.

Sin ideología definida, ahora el comportamiento y la convivencia se convienen entre los colectivos. Se finalizó la organización de la mesa directiva de la Asociación Cultural Alternativa, A.C., y actualmente se establecieron cursos de duración mayor en los que figuran defensa personal, música (guitarra, teclado y percusiones), pintura, dibujo y escultura, círculos de estudio y lectura.

El espacio ha propiciado la socialización que nos interesa fomentar, pues el ambiente que las tribus urbanas generan, es un campo fértil para la ideología, y como todo texto es una producción ideológica, los proyectos a seguir en los próximos meses se refieren a la creación artística y la capacitación educativa por el fomento de un código ideológico que nos identifique.

El espació sirvió a muchas reuniones de la coordinadora de la Otra Campaña SLP, se hicieron diversas proyecciones de películas y videos, se realizaron eventos para muestras musicales, fotografía, stencil. Sirve de vivienda, y se han hospedado muchos jóvenes del país y del extranjero que han estado de paso en la ciudad. Sirve de espacio de ensayo a diversas bandas musicales. Ha servido para la convivencia y reunión de diferentes colectivos, han surgido proyectos ya en pie a partir de las interrelaciones generadas.

Esto es lo que representa La Matriz de las Cenizas; un espacio liberado, legítimamente nuestro en la lucha contra el neoliberalismo, por la búsqueda de la identidad y la reivindicación de la cultura; y no en el derecho burgués de la propiedad. Las casas okupadas son nuestro territorio, siempre amenazado, en peligro.

Los supuestos abogados del dueño acudirán el miércoles 23 a las 8:00 PM para recibir nuestra respuesta.

Convocamos a la participación por conservar este espacio, a las estrategias en el marco legal, pero sobre todo, a dar continuidad a este tipo de iniciativas, alternativa real para el mundo de las tribus urbanas, centro social de desarrollo contracultural, lugar que permite conservar el lenguaje de la identidad.

Convocamos a la incorporación de más colectivos e individuos que luchen por la identidad, artistas, estudiantes, intelectuales, bandas, etcétera. Abrimos diálogo y discusión con organizaciones sociales, luchamos por nuestra inserción en la reivindicación de la nueva izquierda mundial.

Unión, acción, autogestión!

Colectivos:
MUGRE Kolektiva
83
Jugo Gástrico
Colectivo Cucaracha
Colectivo Conciencia
Colectivo Caótico
Lophophoraw
Ni un paso atrás
Colectivo Resiste y Existe
Drao
Bandas (nacionales y extranjeras):
Supremo Kaiosama (SLP, México)
Black Sun (SLP, México)
@patía No! (Caracas, Venezuela)
Fallas Del Sistema (Guadalajara, México)
Humans Invented Violence (Chula Vista, U$A)
Condenada (Chicago, U$A)
Lynched (Ireland)
Sonskull (Olympia, U$A)
Thretning Verse (Los Angeles, U$A)
Alone In The Crowd (Saltillo, México)
Our Bastard Existence (Monterrey, México)
Rebeleon Sound Crew (SLP, México)
Agente 33 (SLP, México)
Mustang (SLP, México)
Aptera (SLP, México)
Agonía (SLP, México)
21 Gramos (SLP, México

Y quienes se sumen

¡Okupa y resiste!

Caminata nocturna por la Lucha contra el sida, 2007.


2 de junio
Caminata nocturna por la Lucha contra el sida, 2007
“México por la vida, alto al sida”
En memoria de las personas que han fallecido por sida y en apoyo a las que viven con VIH.
Feria informativa y talleres a partir de las 12:00 horas en el Hemiciclo a Juárez
Salida al Zócalo capitalino: 18:00
Informes: Diversum México, tel. 5355-8529
Redsida, tel. 5741-1475,
Cappsida, tel. 5740-3402,
Voz y VIHda, tel. 2228-2985.

11o Festival de Diversidad Sexual en Cine y Video

Si usted es un afortunado capitalino, o en su defecto estará pisando el ombligo del mundo del 24 al 9 de junio (yo cumplo años el 8, ¿alguien me regala un viaje al D.F.?), no se pierda este festival anual de cine diverso.
Consulte la cartelera en los links anexados a su derecha.

sábado, mayo 12, 2007

Presagios.

Detrás de los cerros
la lejana lluvia
y dios alto
haciendo fotografías
para recordar quiénes somos.
El viejo cegatón
de quien habló Sabines
ya no distingue,
su mirada ya no nos reconoce,
el suspiro de su nostalgia hoy,
es éste inquieto aire
y yo queriendo
que nos recuerde
a tí y a mí
que de veras nos mire
con sus ojos apagados
y nos levante
como el polvo de huesos que seremos
y volar,
sí, volar
entre las hojas de los árboles,
rodear al mundo con frescura
y caer en la bramura de los mares,
mecernos
en una interminable ola
erosionarnos en arena,
ser sabia tortuga,
sin envidiar el carroñero
vuelo emplumado
de la gaviota
porque un día fuimos viento
y antes de eso no recuerdo,
tal vez libre albeldrío
y lluvia de esperanzas
para un reseco corazón
que clama en el desierto.

viernes, mayo 11, 2007

Jornada Nacional Contra la Homofobia


17 de mayo
Jornada Nacional Contra la Homofobia

Calendario de actividades 2007

Foro: Día Nacional Contra la Homofobia 12:00 horas. Cámara de Diputados.

Jornada Informativa17:00 horas. Hemiciclo a Juárez.

martes, mayo 08, 2007

Todas las estrellas del cielo por un beso.

En ese entonces comenzaba a salir de mi barrio a recorrer la ciudad en bicicleta, tardes enteras descubriendo parques nunca antes vistos, plazas, tiendas comerciales, grandes avenidas, unidades habitacionales, casas residenciales y toda una suerte de espacios sorprendentes. La ciudad de pronto me pareció un organismo vivo que crecía a un ritmo misterioso y disparejo. Amaba el aire veraniego golpeándome violento el rostro.

En la Plaza de la Bandera, una extraña y moderna construcción se levantaba más allá de las copas de los árboles. Tenía forma de una cruz hundida en el piso y de pirámide desplomada cuyo interior estaba decorado con numerosos vitrales, pero que me daba la impresión de ser una nave espacial impactada en el corazón de aquél pulmón verde en la capital potosina.

En un costado de la Iglesia de la Santa Cruz, de forma inadvertida, discreta, gris y silenciosa, me percaté de una entrada que me llamó la atención inmediatamente, tal vez contagiado con el reciente espíritu de explorador urbano, o por una pasión arqueológica muchos años escondida, o incluso quizá motivado por la consabida y apremiante curiosidad, me asomé a los adentros de aquél anexo casi olvidado.

Ante mis ojos aparecieron centenares de libros obsesivamente ordenados en estantes metálicos. Vi algunas mesas con sus respectivas sillas distribuidas uniformes en una sala muy fría, en la que escazamente entraban los rayos del sol. Habían también dos personas que leían concentradas unos libros viejos (lo supe por el color pardo de sus hojas) , que solo detenían la lectura para tomar un bolígrafo y hacer anotaciones apresuradas en cuadernos muy blancos.

Alguien al otro lado de la puerta me invitó a pasar. Con pies delicados y lleno de un sentimiento eclesiástico di unos pasos al interior, ese insospechado santuario a la sabiduría de inmediato me hacía enmudecer de ignorancia. Caminé con extremo cuidado, con pasos precavidos, porque tenía miedo de que mis zapatos rechinaran en el encerado piso y los feligreses interrumpieran furiosos sus lecturas, o que la torpeza adolescente de mis piernas me hicieran ir a dar contra los estantes y vaciar las palabras de los libros por el suelo y entonces ser castigado volviendo a poner las letras sobres las páginas. Afortunadamente nada de esto pasó y pude sentarme muy lentamente en una de las sillas para observar ese enigmático lugar, y entonces en revelación súbita, recordé a mi maestra de 6o año de primaria hablándonos de la existencia de esos insólitos espacios a los que nos exhortó a sacarles provecho.

Y así lo hice. A penas recuperado del temor inicial a ser reprendido por una ruidosa aparición en la biblioteca, o de importunar a las atareadas y letárgicas bibliotecarias, comencé a desarrollar una viciosa adicción a los libros. Leía de todo, atropelladamente, enloquecido, sin una lógica predeterminada, como un prisionero al que se le ha privado de lo más básico y al que de pronto ponen ante su vista suculentos manjares. En la escuela yo era un loco.
Cierto día las señoritas (unas solteronas muy tiernas, de habla pausada y tranquila) me pidieron que me quedara a un evento que tenían preparado esa misma tarde, dijeron que el conferencista estaría charlando sobre astronomía, un tópico del que comenzaba a tener gran interés.
A la hora convenida y después de conectar muchos cables de luz a aparatos extraños y fuentes de poder, un hombrecito de mediana edad se apoderó de un micrófono, al que se aferró ansioso y se dirigió a un reducido grupo de personas muy disímbolas entre sí. Algunas tomaban posturas muy serias y nunca volteaban a saludar al vecino, los jóvenes abrazaban a sus novias con discreción y los otros niños como yo parecían forzados a permanecer pegados en sus sillas con mucha inquietud. La tarde caía y del proyector de diapositivas aparecieron sorprendentes imágenes del sistema solar, de la vía láctea y de los confines mas apartados del universo. Yo me enamoré de las nebulosas irremediablemente.
Recuerdo que cuando nos detuvimos a analizar los misterios guardados en el impenetrable planeta rojo de nuestro sistema solar, nos mostraron fotogramas espeluznantes, extensos mares de fuego y azufre me remitían a la noción que desde niño mi madre y mi abuela me habían predicado: el infierno. Las profecías cobraban cierta validéz científica y eso me daba un poco de asfixia, tanto que me estremecía.
Una tras otra las imágenes ilustrativas suponían la topografía marciana, su extinta hidrografía e ilustrativamente se teorizaba sobre sus temperaturas. Tener una idea exacta de lo que sucede en Marte era una idea muy lejana en esa época y casi imposible para el ojo humano. Nos consolaba el conferencista con promesas de tecnologías en pleno desarrollo para futuras exploraciones, el tenía informes de que otros países estaban haciendo pruebas a sus nuevas naves, y de lanzamientos secretos, pero esa información nos parecía mas un mito y una falsa promesa que prácticamente hoy nos parece inocente y boba: ya sabemos como es Marte y hasta hemos bautizado sus montes.
Mi costumbre a mirar el cielo nocturno se agravó. Las tardes nostálgicas en las que mi cuerpo comenzó a cambiar dramáticamente, eran seguidas por la vigilancia de los astros de forma ritual. Con los pesos que me ganaba empacando bolsas en el supermercado, compraba una revista especializada en Astronomía. Me aprendí las constelaciones y me gustaba encontrar a Castor y Pollux para delinear el signo zodiacal bajo el que había nacido. También presencié lluvia de estrellas, eclipses lunares y tránsitos de objetos celestes con mapa celeste en mano.
La casa de a lado, que había permanecido desocupada por meses una vez más encendía sus luces. Una numerosa familia la había ocupado con sus muebles y con un griterío ensordecedor. Las primeras semanas nos limitamos a observar a los inquilinos, nos aprendimos sus ademanes, su acento chilango, sus juegos, su andar y sus contrastes.
Pronto hicimos amistad mi hermano y yo con los niños con edad parecida a la nuestra, así que salíamos a explorar los llanos cerca del anillo periférico montados en las bicicletas de montaña, hacíamos duelos de baloncesto y yo declinaba las invitaciones a echarnos las vespertinas cascaritas para no abandonar mi pasión por los cielos.
Me gustaba subirme al techo de la casa y ver el ocaso, el sol agonizante sangraba los cielos para el asombro y la nostalgia de quien se detenía a presenciar su muerte. Entonces la tierra también moría, poco a poco perdía su calidez y se tornaba primero tibia, después fría. La aparición de las primeras estrellas coincidía con la brisa vespertina que me enchinaba la piel. Lo más cómodo era recostarse en la azotea y dejar que el pensamiento rascara inquisitivo el estrellado cielo.
Esa tarde él se animó a subir conmigo. Tenía días que me observaba abandonar la palomilla de amigos para aparecer en lo alto de mi casa. En silencio le mostraba las primeras estrellas que comenzaban a aparecer tímidas en el firmamento, el las miraba con fingido interés y nos hundimos en un silencio aún mas profundo. Siguiendo mi ejemplo se recostó en el todavía cálido techo de concreto y escuchábamos nuestro pausado respirar.
El manto oscuro de la noche nos envolvió con discreción y en esa penumbra la luz del alumbrado público nos permitía adivinar nuestros rostros. En algún momento, mientras me levantaba colocó su cabeza en mi hombro y se restregaba a mi con ansia. Su cuerpo parecía más desarrollado que el mío, el trabajo duro que su padre lo obligaba a cumplir todos los días se notaba en sus ásperas manos, bajo sus humildes ropas un cuerpo prematuramente musculado se podía sentir cuando se arrimaba a mi. Pero yo no podía dejar de mirarle a los ojos, rasgados, ligeramente ocultos por sus lacios cabellos negros.
Una nueva sensación nos recorría el cuerpo, cientas de hormigas frenéticas entraban y salían del ombligo, dificultando la respiración que se tornaba entrecortada. Una mezcla de miedo, asombro, curiosidad y placer se nos metió por la piel. Ya no tenía frío nunca mas.
Bajamos al patio trasero de mi casa donde tenía un refugio en el que me sentaba a leer y a jugar con mi perro. Súbitamente su nariz me olfateaba el largo del cuello y se perdía en el nacimiento de mi cabellera justo en la nuca. La piel se me erizaba pero esta vez de un insospechado placer. Frotamos nuestros sexos aún vestidos con curiosidad, dejándonos llevar solamente por lo placentero del tacto y lo rítmico de nuestros espasmos. Lentamente desabrochó los dos botones de mi playera polo azul y su mano se alargó prudente hasta alcanzar mi pezón izquierdo, erecto, electrizante a la caricia y yo me llenaba de expectación por la novedosa caricia que culminaba en suaves pellizcos.
La excitación en creccendo, mas convulsiones de la pelvis, manos que recorren el cuerpo ajeno temerosas, nuestros sexos humedecidos, macerados, respingantes ahogados en las molestas ropas, pugnando por liberarse de las ataduras de la moral, más que de las ofrecidas por las débiles vestimentas. Un ligero rocío cubría nuestra suave piel bajo un cielo estrellado que nos mostraba esplenderosa su vía láctea.
Su boca musitando no se qué palabras a mi oído entre ligeros quejidos, urgentes, demandantes, resolutivos. Después, la tersa piel de su mejilla palpando la mía, ondulante, repetitiva, inocente. Mi mano contendiendo su ardor, la quemazón, el amor. Y de pronto, sus labios posándose como la chupa rosa sobre los míos, a penas rozándose, recatados, tenuemente humedecidos y sin embargo, que embriagador aroma la de su saliva, que tibieza la de aquella boca curiosa, ávida de caricias adolescentes, pero arrepentida, un arrepentimiento fugaz que trae su boca esta vez sin titubear, al encuentro con la mía con sus labios apretados que se funden en el primer beso y luego, el descubrimiento del placer, nuestros corazones enloquecidamente palpitantes y su huida a través de nuestras azoteas e interminables noches en vela deseando la aparición de la estrella vespertina que me cumpla un deseo.

lunes, mayo 07, 2007

CNDH, credibilidad en entredicho.

El caso de Oaxaca y el de Ernestina Ascencio Rosario han puesto a prueba a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y, en ambos, ha sido mal parada, lo cual nos muestra la necesidad de una reforma urgente a esta institución creada bajo la sombra del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá.

En 1990 nace la CNDH por un decreto del presidente Carlos Salinas de Gortari, con lo cual se trataba de dar respouesta a una cláusula demócrata contenida en el acuerdo comercial para Norteamérica, aunque hay que reconocer que también respondía a la demanda social de contar con un organismo defensor del pueblo ante los constantes abusos del poder estatal.
La CNDH tiene en su origen un claro interés político que, al parecer, no la ha dejado actuar de manera libre y autónoma, como requiere todo organismo defensor y promotor de los derechos humanos.
Cada vez que algunas de las instituciones más importantes en el sistema de gobierno se ve implicada en un caso de violación a los derechos humanos, como en el caso de las fuerzas armadas, o cuando se cruzan los intereses, como en Oaxaca, la CNDH se ve claramente supeditada al gobierno en turno, lo cual es grave de por sí.
Para el caso de Oaxaca, a pesar de que desde hace un año inició el conflicto, hasta ahora la CNDH no tiene aún lista una recomendación.
Hace a penas unos meses, el presidente de la Comisión, José Luis Soberanes, presentó un informe especial, con un recuento de hechos, pero sin llegar al fondo del asunto.
Ante la comisión se presentaron más de 500 denuncias individuales de violación a derechos humanos y garantías constitucionales por parte del gobierno de Ulises Ruiz y de la Secretaría de Seguridad Pública que realizaron detenciones en casas, negocios y en la calle a personas ajenas a la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO).
Bueno, pues todas las denuncias, aunque se trataban de casos independientes, fueron puestas en un mismo paquete por el cuarto visitador de la CNDH, Jorge Ramón Morales Díaz, quien se encuentra totalmente rebasado por el caso más grave de violación a los derechos humanos que ha habido en las últimas décadas hacia un movimiento social.
Desde los años de la "guerra sucia" no se tenía registro de que policías y soldados hayan actuado con tanta violencia e impunidad en contra de simpatizantes de un movimiento social como es el de la APPO. Hechos como la detención arbitraria a los líderes, su traslado a cárceles de alta seguridad, casos de tortura física y psicológica, amenazas anónimas a sus familias y la persecución por razones políticas renacieron en Oaxaca.
Ante todo esto la CNDH no se ha pronunciado en contra de las autoridades estatales y federales que cometieron esas fenolías, y con ello sólo favorece y legitima la cultura de la impunidad oficial.
El caso de la anciana de Zongolica, Veracrúz, Ernestina Ascencio Rosario, también ha puesto a prueba la imparcialidad y el profesionalismo de las CNDH.
Más allá de la polémica que ha causado la pésima actuación de la Procuraduría de Veracrúz, que se contradijo en los resultados de las necropsias y "perdió" las pruebas seminales recogidas del cuerpo de la anciana, poniendo así en duda la existencia de una violación tumultuaria consumada presuntamente por militares, la actuación del presidente de la CNDH ha sobrepasado sus propios límites legales. Cuando el doctor Soberanes dio a conocer en conferencia de prensa los resultados de su investigación, acusó a la Procuraduría veracruzana de manipular las pruebas y anunció que presentaría una demanda penal en contra de esta autoridad; sin embargo, sobrepasó sus propios reglamentos y a la Constitución, pues se convirtió, al mismo tiempo, en Ministerio Público y en fiscal porque juzgó y sentenció al gobierno de Veracrúz. Además, dio a conocer las conclusiones de una investigación que aún no concluye y que está bajo la responsabilidad de la Procuraduría del estado.
Al parecer Soberanes y su equipo actuaron bajo la consigna de no tocar a las autoridades militares, a pesar de que la Secretaría de la Defensa Nacional también habría cometido una ilegalidad, pues trató de manipular el caso cuando en su boletín 19, con fecha del 6 de marzo, culpó a "grupos desafectos" o contrarios a la institución militar de haber cometido "el crimen buscando inculpar a integrantes de esta dependencia del Ejecutivo Federal y que se abandone el área para con ello continuar con sus actividades".
Tomado de la revista Proceso.

viernes, mayo 04, 2007

Crímenes de odio en México.

La criminalidad ligada a la discriminación sexual, religiosa o racial es un tema poco discutido en México y sobre el cual existen todavía importantes vacíos jurídicos. En este artículo se revisan los antecedentes de penalización de esta figura en los Estados Unidos, el caso de los crímenes por homofobia en México, y la necesidad de revisar nuestros códigos penales a fin de sancionar la discriminación criminal y poner un freno legal a la impunidad imperante.

Por Carlos Bonfi.

Los investigadores estadounidenses James B. Jacobs y Kimberly Potter señalan en su libro Hate crimes, criminal laws and identity politics (Oxford University Press, 1998), que antes de mediados de los años ochenta, el término “crimen de odio” no existía. Esta noción se incorporó al lenguaje jurídico paulatinamente, a medida en que se buscó, por presión del movimiento de derechos humanos, incrementar las sanciones contra aquellos delitos, agresiones o crímenes cuyas víctimas fueran identificadas como miembros de minorías socialmente desfavorecidas. Se trataba de una nueva definición del crimen relacionado con nociones de raza, género, orientación sexual, religión, discapacidad física y otras categorías antes poco contempladas en la legislación penal. Entre los avances jurídicos recientes destaca, por ejemplo, el reconocimiento público de la discriminación basada en la orientación sexual.

Durante las dos últimas décadas, recuerdan Jacobs y Potter, los hombres gays y las lesbianas en los Estados Unidos han exigido la misma protección en contra de la discriminación que grupos sociales como los negros o los judíos. Han exigido ser reconocidos como minorías victimizadas. Y aunque algunos estados de la Unión Americana han promulgado recientemente leyes que protegen a diversas minorías, los homosexuales han sido invariablemente ignorados en la mayoría de las legislaciones.

En 1998, un suceso criminal escandalizó a ese país e impulsó la revisión de las leyes antidiscriminatorias existentes y una tipificación a nivel federal del crimen por homofobia. Se trata del caso del joven Matthew Shepard, brutalmente agredido y asesinado en el estado de Wyoming por el simple hecho de ser homosexual. La violencia de los agresores, la saña con que fue torturado, crucificado y abandonado a la intemperie hasta la muerte, despertó en la conciencia de muchos legisladores y del entonces presidente William Clinton la necesidad de avanzar en una tipificación más rigurosa de los crímenes de odio basados en la discriminación y el prejuicio. Pocas legislaciones en el mundo contemplan leyes similares, aun cuando se sabe que en países como Irán o Nicaragua, o incluso en algunos estados de la Unión Americana, la homosexualidad sigue siendo severamente penalizada.

En México, “puñal mata a puñal”El crimen de odio es una construcción social, y como tal debe estudiarse a partir de la prevalencia de actitudes de discriminación social en sociedades que toleran, e incluso promueven, la violencia ejercida contra las minorías sexuales, religiosas o raciales. En México se ha vivido durante décadas un importante vacío legal que permite que la discriminación contra una minoría homosexual se practique y difunda libremente a través de los medios masivos de comunicación, desde revistas sensacionalistas como Alarma! o Alerta!, hasta emisiones televisivas y representaciones fílmicas que hacen del homosexual objeto de mofa y escarnio social.

En este aspecto, la discriminación ha subsistido en los mismos cuerpos de impartición de justicia, donde al denunciarse un crimen donde la víctima es un homosexual o una lesbiana, de inmediato se procede a calificarlo como crimen pasional, desechando por esta vía todo vínculo con lo que pudiera considerarse un crimen de odio, haciendo de la víctima el responsable de lo sucedido. Es la misma lógica aplicada a muchos de los casos de mujeres violadas e, incluso, en asesinatos relacionados con el género: ‘ellas se lo buscaron, ¿qué hacían de noche fuera de su casa?’.

El argumento es invariable: la víctima propició, con su conducta, atuendo o insinuaciones, el crimen o delito que finalmente terminó con su existencia. No hay nada que perseguir. Violadores y mujeres casquivanas pertenecen a una misma escoria social, y si un homosexual amanece acuchillado —se concluye— esto sólo puede deberse a la venganza pasional de otro ser de una especie semejante. Es conocido, sentencian los partes policiacos, los “desviados” se matan entre sí.El psicólogo Gordon Allport apunta en su libro The nature of prejudice (Cambridge, 1954), que un criminal movido por el odio hacia una minoría sexual o racial, en realidad desea ardientemente la “extinción del sujeto odiado”. El criminal está convencido de que la falla no está en él, sino en el objeto de su odio, lo que de inmediato le exime de todo remordimiento o sensación de culpa. Una revisión de la prensa policiaca en los años setenta arroja titulares elocuentes: “Le aplastó la cabeza con una piedra: asesinaron a un ‘mujercito’”; “Celos homosexuales: amor y muerte de dos ‘mujercitos’. Eran amantes y la coquetería de uno provocó el drama”; “Orgía y muerte de un ‘mujercito’: tenía cincuenta y cuatro años y... siete amantes. Los juntó a todos; él era la única novia”. Invariablemente, la promiscuidad que se atribuye a una minoría sexual es la única causa de su ajusticiamiento inevitable. En su relación de los hechos, los reporteros se presentan a sí mismos como guardianes de la moral en turno, defensores de las virtudes ciudadanas, y apelan a las buenas conciencias a quienes llaman a indignarse por la decadencia moral que se percibe en las grandes urbes. Los “cínicos”, una variante verbal en la descalificación de los “desviados”, han obtenido al final su merecido, y poco importa entonces que la justicia terrenal siga su curso, si la divina ya hizo lo que le correspondía. La virilidad también se llama a ofensa y el costo para los infractores suele ser enorme.

Considérese un caso que hace treinta años causó conmoción en la prensa amarillista. En un departamento de la unidad Nonoalco Tlatelolco, un grupo de amigos homosexuales organiza una fiesta e invita a jóvenes de aspecto “buga” (heterosexual) que levantan en la Alameda Central, sitio de ligue. Todo transcurre sin problemas hasta que uno de los varones invitados accede a tener sexo y sodomiza al anfitrión, quien tiene la mala suerte de “ensuciarle” el miembro durante el coito. Este incidente basta para encender el agravio colectivo de los invitados, llueven las imprecaciones, los reclamos airados, y la suciedad del maricón se vuelve el detonador de una verdadera masacre, donde cada homosexual es maniatado y torturado hasta acabar cada uno apuñalado. “Puñal mata a puñal”, parece ser entonces la consigna. Al denunciarse el hecho, las autoridades policiacas, incapaces o sin ganas de solucionar el caso, aleccionan a los familiares de las víctimas, en total cinco: “Ustedes saben, ellos son así, les gusta la mala vida y acaban matándose unos a otros”.

Esta lógica se mantiene como práctica invariable en las delegaciones de policía de todo el país, durante décadas y hasta la fecha. Así se siguen dando, en la impunidad absoluta, los crímenes de odio en contra de personas como el médico Francisco Estrada Valle, asesinado en los años ochenta en circunstancias similares a las arriba relatadas, o el caso del activista de derechos humanos, Octavio Acuña, ejecutado en Querétaro hace poco más de un año, o los recientes asesinatos seriales ocurridos en la ciudad de México, obra de un “mata gays”, Raúl Osiel Marroquín, también llamado “el Sádico”, noticia de primera plana, quien al ser interrogado no mostró remordimiento alguno por sus actos, ni culpa, ni un asomo de caridad. Osiel, joven atractivo, se procuraba las víctimas en los lugares de ligue capitalinos, en la Zona Rosa o a la salida de los bares, los ajusticiaba con saña —a una de las víctimas, incluso, le despellejó la frente con una navaja para formar la imagen de una estrella, estigma y firma del verdugo— y después de hacerlo sólo experimentaba la satisfacción del deber cumplido. Al ser arrestado confiesa no arrepentirse de ninguno de esos crímenes, por el contrario, se ostenta orgulloso, pues sus delitos “hacen un bien a la sociedad, pues esta gente hace que se malee la infancia”. Según sus propias declaraciones, esto había sido razón suficiente para librarse de ellos. El criminal homófobo como brazo armado de una sociedad intolerante es una noción que si bien no explica por sí sola la gravedad del problema, sí ha permitido en últimas fechas que algunos legisladores consideren como una agravante en este tipo de delitos la evidencia de la discriminación social.

La apertura jurídica.
Si algo ha caracterizado al hostigamiento penal y policiaco de las minorías sexuales ha sido amedrentarlas con el abanico de las vaguedades jurídicas. Si la legislación penal mexicana, inspirada en el Código Napoleónico, no prohibe la homosexualidad (tal vez, como señala Carlos Monsiváis, para evitar que al mencionarla “se propague la existencia del vicio”), a la prohibición expresa la suplantan, con eficacia intimidatoria, los reglamentos que sancionan las “faltas a la moral y a las buenas costumbres”, y que en su amplísima vaguedad y capricho interpretativo autorizan todo tipo de abusos policiacos, desde las redadas en los sitios de ligue hasta el chantaje a quienes se descubre en negociación carnal con individuos de su propio sexo en sitios públicos.

Que lo sepa Dios, pero que no se enteren ni mi patrón ni mi madrecita santa”. La estrategia del arrinconamiento social, acompañado de amenazas abiertas o veladas, dura largo tiempo y vulnera a varias generaciones de homosexuales que desde el clóset esperan una suerte mejor en mejores tiempos, pero a la postre no resiste el desgaste de la moral tradicional ni la reivindicación creciente de los derechos sexuales, ni mucho menos los cambios legislativos que en el nuevo milenio reconocen —a cuenta gotas— formas de igualdad jurídica para las minorías sexuales. Una de ellas, la de mayor impacto en la opinión pública, es el reconocimiento de las sociedades de convivencia en el Distrito Federal en una ley aprobada en noviembre de 2006.

En este clima de apertura jurídica se registra otro logro en el terreno de los derechos de la salud reproductiva, la despenalización del aborto en la ciudad de México, en mayo de 2007, y también, como una nueva materia en la legislación local, la iniciativa lanzada por la Coalición Socialdemócrata en marzo pasado para reformar los artículos 125 y 139 del código penal vigente para el Distrito Federal, relacionados con el crimen, e incluir un artículo, el 125 bis, verdadero preludio a una tipificación de los crímenes de odio, y que señala: “El que prive de la vida a una persona por su sexo, edad, preferencia sexual, identidad genérica, pertenencia étnica o religión, se le impondrá prisión de diez a treinta años y pérdida de los derechos que tenga con respecto a la víctima, incluidos los de carácter sucesorio”.

La justificación de la iniciativa es elocuente por cuanto por primera vez condensa en el discurso legislativo hechos antes sólo atendidos, en los terrenos del activismo, por los organismos defensores de los derechos humanos, (y por la prensa, casi siempre sirviendo de tribuna a la moral compungida por el cinismo de los muertos): la homofobia mata y esa estela de muertes es palpable, evidencia casi siempre ignorada por los impartidores de justicia. “En las formas de ejecución predominan los golpes, armas blancas, torturas múltiples y estrangulamiento. La investigación y persecución de estos delitos no próspera, ya que las autoridades tienden a clasificarlos como crímenes “pasionales” o “típicos de homosexuales”, como si con ello se diera por entendido que no ameritan impartición de la justicia. Esta concepción se ha convertido en un prejuicio y una huella clara de la discriminación que viola derechos fundamentales, dejando impunes a quienes cometen tales delitos u otorgando penas que no corresponden con las agravantes del delito cometido”.La iniciativa, con proyecto de decreto, representa un claro avance en el reconocimiento y sanción penal de crímenes que hasta el momento permanecen por lo general impunes.


Tomado del suplemento Letra S. Periódico La Jornada. Número 130 Jueves 3 de mayo de 2007

jueves, mayo 03, 2007

Día de la Santa Cruz.


Los ví caminar presurosos, sudando copiosamente. Seguí sus pasos a través de un mercado amarillento de flores, largos y finos tallos que se coronaban con diminutos pétalos, extendiéndose hasta rozar los pies de los marchantes. Muy pronto me sentí extasiado con el aroma de las gardenias como todo el pueblo, fuera de mí extravié la razón entre los laberintícos pasillos y la vendimia. Mi curiosidad persecutoria me llevó a caminar en una silenciosa procesión de flores.





Al recobrar la cordura me encontré de frente a una obra de albañilería inconclusa, y desde lo alto de uno de sus muros, una cruz ataviada de coloridas bandas de papel de china me contemplaba orgullosa de las flores ofrendadas, de las luces perpetuas encendidas en su honor.





En aquélla construcción, una cumbia jacarandosa sonaba en la vieja radio. Un grupo de hombres sucios y cansados escenificaban la última cena. Al centro el maestro partía la tortilla para remojarla en el mole y pasarla a sus aprendices. La cerveza familiar se multiplicaba en vasitos de unicel, y entonces el milagro apareció: la bebida nunca terminaba, sus botellas se llenaban a merced del maestro de espuma y amarillo color. Y el maestro reía.





Fuí testigo de aquélla maravilla y fui conminado a divulgar la tradición so pena de maldecir la columna de mis huesos, de aniquilar mis construcciones, derribarlas con renglones chuecos, palabras sin amalgama, lapidación de la sensibilidad para los que desprecien a los desposeídos. Hoy reconstruyo la tradición y seré mil y una vez bendecido.